En junio se cumple una década de la creación del CONAVIM, una comisión creada el 1 de ese mes de 2009 para enfrentar la violencia contra las mujeres mediante la coordinación local y federal. Sus letras lo dicen: Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres.
Sin embargo, a tres gobiernos de distancia, es claro que la seguridad, a vida y la integridad de las mujeres no es una prioridad para el Estado; las cifras lo dicen: 12 mil 811 casos de muertes de mujeres con presunción de homicidio en 2017.
El discurso es el mismo y las acciones son las menos. En más de la mitad del país hay Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres Actualmente, es decir, en 18 estados del país ha sido imposible contener y ocultar el contexto violento que viven niñas, adolescentes y mujeres, en los estados, de norte a sur: Veracruz, Guerrero, Jalisco, Morelos, el Estado de México, son solo algunos de los que más se mencionan.
Las razones para emitir una Alerta de Violencia de Género varían: feminicidio, desaparición, agravio comparado, entre otras. En Tlaxcala, la trata de personas ha llevado a organizaciones a solicitar la Alerta, pero ha sido rechazada. Es es uno de los ejemplos de cómo los gobiernos tienen todavía el poder de contener la medida.
Un ejemplo, también, pero de lo ineficaz que ha resultado el manejo de una AVG es el Estado de México, “en donde a tres años de la Declaratoria de AVG, sigue pendiente realizarse un dictamen que permita evaluar el impacto de las medidas emprendidas en materia de seguridad, justicia y prevención, que sustituya a los informes de acciones realizados por la autoridad estatal, que no reflejan las estrategias definidas para atender tan compleja problemática, ni los objetivos específicos que estén guiando dichas acciones”, explica el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio en un comunicado.
El abandono y el retroceso se han convertido en estandartes de aquellas alertas que se han logrado emitir.
La Conavim “no ha desarrollado la metodología de seguimiento y evaluación de las medidas implementadas por los estados, la cual debe contar no solo con indicadores de resultado, sino de impacto, corroborar la efectividad de las acciones y valorar su fortalecimiento, con el fin de disminuir los altos índices de violencia feminicida en el país”, lo que ha llevado a un fracaso que se refleja con más asesinatos de mujeres.
Que las autoridades responsables “realicen un verdadero ejercicio de planeación estratégica, monitoreo y evaluación de todas las AVG, y demás acciones que emprendan para garantizar y proteger los derechos de las mujeres en México”, es una de las tantas exigencias de las organizaciones, de la sociedad civil.
Y además de exigir, proponen cinco ejes estratégicos: Planear, Supervisar (monitorear y evaluar), Apoyar, Proponer y Coordinar las AVGM. Reconociendo el lamentable papel desempeñado por la última titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (CONAVIM).
Para ello, el Observatorio considera relevante y por supuesto, lógico, que la próxima titular de la Comisión sea experta pero sobre todo, esté interesada en el tema.