A diez días de su desaparición, alumnos y colectivos marcharon desde Plaza Universidad hasta el Palacio de Gobierno de Jalisco para exigir a Pablo Lemus la localización con vida del estudiante de la Escuela Politécnica.
Guadalajara, Jalisco, 6 de abril 2025.-A diez días de la desaparición de Édgar Axel Ríos Urzúa, estudiante de la Escuela Politécnica de la Universidad de Guadalajara (UdeG), cientos de jóvenes, madres y colectivos se manifestaron este domingo 6 de abril en el centro de Guadalajara para exigir su localización con vida.
La marcha partió de Plaza Universidad rumbo al Palacio de Gobierno de Jalisco, donde se llevó a cabo un mitin y una intervención frente a las puertas del recinto oficial del Poder Ejecutivo de Jalisco.
Axel desapareció el jueves 27 de marzo de 2025 luego de salir de la Escuela Politécnica, ubicada en la colonia Olímpica en Guadalajara. Vestía ropa negra y se dirigía a su casa en Tonalá, como lo hacía todos los días: caminaba hasta la estación de la Línea 3 del Tren Ligero para tomar un camión en la Central Nueva. Desde entonces, no se sabe nada del paradero del joven de 15 años.
Durante la manifestación, estudiantes de distintas sedes de la UdeG colocaron mantas con frases como: “¿Dónde están?” y “Fue el Estado”, además de bolsas negras simulando cuerpos ensangrentados, en una acción simbólica que buscó visibilizar la gravedad de las desapariciones forzadas en Jalisco.
“Lo que se exige es seguridad para la gente, porque hay muchísimos desaparecidos. Las desapariciones existen desde que tengo memoria”, expresó una estudiante en entrevista.
“Yo tenía 14 años y ya se escuchaba que no buscaras trabajo por Facebook porque desaparecía la gente. Es un problema de hace más de diez años, y no es justo que se siga normalizando”.
Por más de dos horas, los manifestantes exigieron ser atendidos por alguna autoridad estatal. Sin embargo, nadie salió a recibirlos. Ante ello, lanzaron un llamado directo al gobernador Pablo Lemus: “Queremos respuestas y acciones concretas para encontrar con vida a Axel. El Estado tiene la obligación de garantizar nuestra seguridad.”
En el lugar también se encontraba Rosario Martínez Mendoza, madre de Luis Armando González Martínez, desaparecido desde el 22 de julio de 2022, declaró:
“Estoy aquí porque quiero a mi hijo de vuelta. No me interesa saber quién se lo llevó, solo quiero que lo regresen. Vivimos un calvario. La paz de la familia se pierde. El papel del gobierno ha sido pésimo; esta es la prueba de que no hay voluntad, porque acaba de entrar y ya dejó claro que no está para darnos respuestas. Sólo quería el poder.”
Al cierre de la manifestación, los estudiantes advirtieron que en los próximos días convocarán a nuevas movilizaciones, esta vez con la participación de colectivos de familiares de personas desaparecidas, así como estudiantes de todas las sedes de la UdeG.
También exigieron a las autoridades universitarias que se pronuncien públicamente y se sumen a las acciones por la aparición de Axel Ríos Urzúa; lamentablemente, éste no es el último estudiante de la Universidad de Guadalajara reportado como desaparecido, pues el 3 de abril de 2025 no se sabe del paradero de Miguel Alejandro Medina del Castillo, de 17 años, a quien se le vio por última vez en la colonia San Rafael en Guadalajara.
Miguel Alejandro, se señala en fichas de búsqueda es estudiante de la Preparatoria Tlaquepaque, perteneciente al Sistema de Educación Media Superior de la Universidad de Guadalajara. De ambos estudiantes se desconoce su paradero.
¿Quiénes son las y los integrantes de la UdeG que aún se encuentran desaparecidos?
Desde el 2014 a la fecha, 26 personas pertenecientes a la comunidad de la Universidad de Guadalajara fueron reportadas como desaparecidas.
ARTURO JAVIER MORENO RAMÍREZ, 12 de junio de 2014 en Guadalajara.
DANIELA ISABEL MAGAÑA CASTELLANOS, 12 de septiembre de 2014 en Zapotlitic.
JORGE EDUARDO MARTÍNEZ GÓMEZ, el 20 de febrero de 2016 en Zapopan.
CÉSAR ULISES QUINTERO GARCÍA, 4 de agosto de 2017 en Ocotlán.
JUAN CARLOS CASTAÑEDA GÓMEZ, 11 de julio de 2018 en Autlán de Navarro.
EDGAR OSWALDO GURROLA MONTENEGRO, 17 de julio del 2018 en Guadalajara.
ÁNGEL DE JESÚS COLUNGA ARRIERO, el 20 de diciembre de 2018 en Guadalajara.
ADRIÁN PONCE MORALES, el 31 de julio de 2019 en Ocotlán.
CARLOS MAXIMILIANO ROMERO MEZA, el 22 de octubre de 2020 en Zapopan.
CHRISTIAN IVÁN GARCÍA GONZÁLEZ, el 27 de noviembre de 2020 en Tlajomulco.
JOSÉ DE JESÚS COVARRUBIAS MARTÍNEZ, el 15 de marzo de 2021 en Tonalá.
JOHAN AXEL MONTAÑO HERNÁNDEZ, el 30 de marzo 2021 en Tlaquepaque.
JAIME JONATHAN LIRA TORRES el 2 de abril de 2021 en Guadalajara.
RUBEN ARREOLA MARROQUIN, el 9 de octubre de 2021 en Tonalá.
ABRAHAM COVARRUBIAS MARTÍNEZ, el 15 de marzo de 2021 en Tonalá.
DULCE MARÍA MARTÍNEZ GÓMEZ, el 7 de marzo de 2022 en Guadalajara.
CELENE CAROLINA ZUÑIGA ZARAGOZA, el 25 de enero de 2022 en Tepatitlán.
MIGUEL ALEJANDRO SOTO MARÍN, el 9 de septiembre de 2022 en Tlaquepaque.
EMILIANO JAVIER REVILLA GARCIA, el 14 de enero de 2023.
HÉCTOR ADRIÁN ÁGUILA CORONA, el 21 de julio de 2023 en Tlaquepaque.
ROBERTO CARLOS OLMEDA CUELLAR, el 11 de agosto de 2023 en Lagos de Moreno.
LAURA LIZETH BRAVO ESQUIVIAS, el 13 de noviembre de 2023 en Tepatitlán.
JUAN MANUEL NUÑEZ MALDONADO, el 19 de noviembre de 2023 en Ameca.
ALDO GONZALEZ SEVILLA, el 13 de abril de 2024 en Guadalajara
ELENA DE LOS ÁNGELES SEVILLA ROSALES, el 17 de abril de 2024 en Tlajomulco.
EDGAR AXEL RIOS URZÚA, 27 de marzo de 2025 en Guadalajara.
En nombre de la estudiante desaparecida Mariela Vanessa Díaz Valverde, el Estudio Magnolia y la Cooperativa Editorial Heredad hacen una convocatoria para participar en el Premio Mariela Vanessa para escritoras emergentes de América Latina en el que se busca impulsar a la formación de escritoras de México y América Latina.
Ciudad de México, 4 de abril del 2025.- El Estudio Magnolia y la Cooperativa Editorial Heredad en honor a Mariela Vanessa Díaz Valverde estudiante del Colegio de Letras Hispánicas de la UNAM, realizaron una convocatoria para participar por el Premio Mariela Vanessa para escritoras emergentes de América Latina con la intención de apoyar a la formación de escritoras emergentes del país de América Latina.
Para el concurso se crearán espacios de acompañamiento y profesionalismo literaria en donde las jóvenes como Mariela puedan cumplir sus sueños de ser escritoras y puedan culminar sus proyectos literarios relacionados con el cuidado de la vida, perspectiva de género y la justicia social.
El premio también contempla un presupuesto económico para apoyar en las investigaciones necesarias para la escritura de la obra, tutorías por seis meses, la publicación de la obra en el marco de una colección coeditada por el Estudio Magnolia y Editorial Heredad, así mismo la realización de actividades para que la obra pueda ser apropiada en espacios comunitarios.
El Premio Mariela Vanessa también se asume como parte de una búsqueda alternativa de justicia, en el que se busca seguir nombrando a Mariela y contribuir con la preservación de su memoria.
El premio está dirigido principalmente para autoras jóvenes nacidas en América o que viven de manera estable en el continente, escritoras que no hayan publicado un libro de propia autoría y preferentemente que hayan nacido en 1990, sin embargo pueden participar escritoras nacidas antes de los 90′ y que recién están iniciando en la escritura.
Para concursar se les pide a las escritoras presentar un proyecto de libro inédito en español que será escrito en un periodo de seis meses con un mínimo de 60 páginas máximo 80. El formato del libro puede ser: poesía, ensayo, crónica, cuento, novela, novela gráfica a una sola tinta, incluso hibridaciones literarias y libros que no se ajusten a lo convencional.
Para conocer más información del concurso ingresa a la página oficial de Estudio Magnolia, el 23 de mayo del presente año se cerrarán las inscripciones en las que se debe de presentar el proyecto.
Mariela Vanessa
El martes 27 de abril del 2018 desapareció Mariela Vanessa Díaz Valverde, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México. Su desaparición ocurrió cuando ella salió de su casa en la Alcaldía Iztapalapa hacia la Biblioteca central de la UNAM desde ese entonces se desconoce su paradero.
Mariela Vanessa tenía 21 años en el momento de su desaparición y se encontraba cursando su segundo semestre de la carrera de Lengua y Literatura. Por la noche al ver que Mariela no regresaba a su casa su madre fue a buscarla a Ciudad Universitaria y la Facultad de Filosofía y letras se encontraba cerrada por lo que no le dieron razón de la estudiante. La familia de Vanessa se dirigió al Ministerio Público 22a ubicado en la Alcaldía Coyoacán, para realizar la denuncia, sin embargo la familia fue revictimizada, no les dieron el asesoramiento adecuado y les dijeron que llamaran a Locatel.
El Centro de Apoyo a Personas Extraviadas o Ausentes (CAPEA) y la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México (llamada así antes de enero del 2020 Procuraduría General de Justicia PGJ) cometieron omisiones en el caso y no realizaron las diligencias correspondientes en el caso de Mariela desde que fue reportada su desaparición, ignoraron y perdieron pruebas que podían haber ayudado en la localización de Vanessa.
Negligencia en el caso
Después de tres días de la desaparición de la estudiante, su hermana Gabriela Díazpresentó a las autoridades la última geolocalización que el celular de Marielaque indicaba uno de los accesos al Parque Nacional Cerro de la Estrella en la Alcaldía Iztapalapa, también se indicó que durante este lapso entraban las llamadas al teléfono de Vanessa pero que jamás hubo respuesta. Las autoridades le dijeron a la familia que regresara en cuatro días pero no fue hasta tres semanas de la desaparición de Mariela que la PGJ comenzó con la investigación.
Las autoridades negaron el acceso a videos de las cámaras de videovigilancia C5 que se encontraban por la zona en la que vive Mariela, los cuales de acuerdo con el Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas Desaparecidas debían de ser revisados como parte de las diligencias a realizar, tras una semana después la familia solicitó acceso a las grabaciones pero las autoridades les informaron que solo las grabaciones del C5 son guardadas por siete días.
Las autoridades habían nombrado a Vanessa como persona ausente y no como persona desaparecida lo que implicó que el caso no fuera relacionado con la comisión de algún delito. Hasta el 23 de julio del 2018 se presentó un escrito ante el Agente del Ministerio Público de la Unidad de Investigación de Asuntos Relevantes de CAPEA de la PGJ para que se cambiara el estatus legal de la estudiante a desaparecida.
Se exigió que la búsqueda y la investigación de Mariela se manejara con perspectiva de género, con un enfoque a los derechos humanos de las mujeres y que se considerara el contexto de violencia social y de género que atravesaba el país, específicamente la Alcaldía Iztapalapa.
También los familiares exigieron que fuera eliminado el examen psicológicoque agrego a la carpeta de investigación el perito Felipe Escobedo Uribe el 25 de junio del 2018 que fue realizado sin Mariela y sin entrevistar directas a los familiares de la estudiante.
Falta de apoyo de la UNAM en el caso
La UNAM demostró que lejos de apoyar en el caso demostró que las puertas de la universidad se encontraran cerradas para las víctimas de desaparición de la comunidad.
Las autoridades de la UNAM comenzaron a mostrar apoyo a los familiares hasta que los estudiantes se pronunciaron y realizaron acciones. La universidad mando a una abogada y a un abogado sin embargo la abogada fue la que mostró más interés en el caso y tuvo la atención de ayudar pero la limitaban mucho.
Después de diez días de la desaparición de Vanessa, estudiantes de la Facultad de Filosofía realizaron una concentración en el plantel y escribieron una carta al director Jorge Enrique Linares Salgado, en el que exigían que las autoridades de la facultad se pronunciaran y ayudarán en la localización de su compañera, fue en ese momento que la universidad lanzó un comunicado relacionado con el caso.
La Facultad de Filosofía y Letras desde ese momento ha publicado comunicados en los exige a la FGJ de la Ciudad de México y a la Comisión de Nacional de Búsqueda de Personas agilizar las investigaciones para dar con el paradero de Vanessa.
No fue hasta el 2023 que la UNAM ofreció una disculpa pública por los actos de negligencia en el caso de Vanessa, el rector Enrique Graue mencionó que la falta oportuna de información a la familia por parte del personal universitario y la exigencia tardía de su búsqueda en la localización de la estudiante, contribuyeron a las dificultades que enfrentó la familia ante las instancias responsables de la investigación.
La familia de Vanessa sigue en espera de saber su paradero, su madre Mariela Herminia Valverde falleció en mayo del 2023 sin saber nada de su hija. Vanessa esta apunto de cumplir siete años de desaparecida y aún no se tiene ninguna pista de su paradero.
Con el apoyo de la organización Justicia Unida, la iniciativa llevará la pega de fichas de búsqueda a 24 países. El anuncio se da tras el asesinato de Teresa González Murillo, activista y buscadora en Guadalajara.
Guadalajara, Jalisco, 4 de abril de 2025.- El Colectivo Luz y Esperanza anunció el inicio de una campaña internacional para la pega de fichas de búsqueda de personas desaparecidas, en coordinación con la organización Justicia Unida, con presencia en Estados Unidos y varios países de Latinoamérica. La iniciativa se desarrollará de manera simultánea en 24 países y busca visibilizar la crisis de desapariciones en México, particularmente en el estado de Jalisco.
Ficha de búsqueda pegada en Bruselas, Bélgica
En entrevista para Somos el Medio, Héctor Flores, integrante del Colectivo Luz y Esperanza, explicó que la campaña tiene como propósito “seguir visibilizando lo que sucede en México y en Jalisco, y lograr empatía en todo el mundo”.
“A través de Justicia Unida, que nos ha apoyado desde el principio en el tema de los desaparecidos, se está impulsando esta pega de cédulas en 24 países. La intención es que los ojos del mundo, que ya están volteando a ver lo que pasa en Jalisco con casos como el de Rancho Vizaguiri, sigan sumando esfuerzos para lograr el cambio que necesitamos las familias”, señaló Flores.
La campaña internacional también busca generar presión para que las autoridades mexicanas atiendan con mayor seriedad la crisis de desapariciones, que ha cobrado la vida, la paz y el futuro de miles de familias. En este contexto, el reciente asesinato de Teresa González Murillo, activista y madre buscadora, evidenció nuevamente los riesgos que enfrentan quienes alzan la voz por justicia.
Ficha de búsqueda pegada en Nueva York
Teresa González fue asesinada el pasado 2 de abril tras un ataque armado perpetrado en su domicilio, en la colonia San Marcos de Guadalajara. Desde septiembre de 2024, Teresa buscaba a su hermano Jaime González Murillo, desaparecido ese mismo año. La activista fue atacada por tres sujetos armados mientras se resistía a un intento de privación de la libertad. Su muerte ha generado consternación y reclamos enérgicos por parte de colectivos y defensores de derechos humanos.
Ficha de búsqueda pegada en Nueva York
Una crisis sin freno
Jalisco se mantiene como uno de los estados con mayor número de personas desaparecidas en México. De acuerdo con datos oficiales, más de 15 mil personas se encuentran desaparecidas en el estado, cifra que lo coloca en el primer lugar a nivel nacional. A pesar de ello, las familias siguen enfrentando obstáculos institucionales, impunidad y criminalización, incluso cuando asumen la búsqueda por cuenta propia.
El Colectivo Luz y Esperanza, conformado por familiares de personas desaparecidas, ha sido uno de los actores más activos en la denuncia pública, la organización de brigadas de búsqueda y la exigencia de justicia. La campaña de fichas internacionales representa una nueva estrategia de resistencia y memoria frente a un panorama de violencia y omisión estatal.
“Queremos que el mundo sepa lo que está pasando aquí. Que nuestras hijas, hijos, hermanos y padres no son sólo estadísticas. Son personas que amamos y que seguimos buscando”, concluyó Flores.
Con esta acción, las familias en Jalisco envían un mensaje claro: la lucha por la verdad y la justicia no se detiene, ni ante el miedo, ni ante la violencia.
Alumnas y alumnos del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) se manifestaron en la Rectoría General de la Universidad de Guadalajara para exigir transporte accesible, seguridad, infraestructura digna y atención inmediata a un pliego petitorio que expone las múltiples carencias que enfrentan en su formación académica.
Zapopan, Jalisco, 2 de abril de 2025 — Este martes, estudiantes del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) realizaron una manifestación pacífica en la explanada de la Rectoría General para denunciar las graves deficiencias en el transporte público que conecta con su campus, así como una serie de problemáticas que afectan directamente su bienestar, su seguridad y su desarrollo académico.
Durante la protesta, alumnas y alumnos entregaron un pliego petitorio dirigido a la rectora general electa, Mtra. Karla Planter Pérez, y otras autoridades universitarias, en el que demandan atención inmediata a las condiciones críticas en las que diariamente asisten a clases. El documento —firmado por la Asamblea Estudiantil del CUCBA— hicieron un llamado a establecer una mesa de trabajo antes del 9 de abril, en la que se atiendan sus demandas con responsabilidad, transparencia y compromiso institucional.
Transporte inseguro y costoso
Uno de los principales reclamos de los estudiantes es el mal servicio de transporte público hacia el CUCBA, uno de los centros universitarios más alejados de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Denuncian que muchas rutas —como la 170 y 631— omiten llegar hasta la entrada del campus, obligándolos a caminar hasta dos kilómetros por tramos peligrosos, sin banquetas ni iluminación adecuada.
Además, las unidades disponibles suelen estar sobresaturadas, con tiempos de espera que superan los 40 minutos, exponiendo a los estudiantes a situaciones de riesgo como robos, acoso e incluso accidentes. A esto se suma el alto costo del traslado, que puede alcanzar hasta 76 pesos diarios, una cifra insostenible para muchas familias.
Por ello, exigieron a la UdeG gestionar de manera urgente con la Agencia Metropolitana de Infraestructura para la Movilidad (AMIM) el restablecimiento completo de las rutas, la ampliación de frecuencias y el mantenimiento de las máquinas Mi Movilidad dentro del plantel.
La comunidad estudiantil también manifestó su preocupación por la creciente violencia en la zona, incluyendo retenes del crimen organizado y la ausencia de medidas efectivas de protección. Aunque han solicitado apoyo, rechazan la presencia de fuerzas armadas dentro del campus, por considerarlas intimidantes.
En su lugar, exigen la activación de casetas de vigilancia, instalación de cámaras de seguridad y medidas de control de acceso al campus, que prioricen una universidad libre y segura sin militarización.
El pliego también denuncia que varias obras del CUCBA, como el hospital de grandes especies y la Cruz Roja del campus, llevan años en obra negra. También señalan la falta de materiales y mobiliario adecuado en laboratorios, aulas y espacios comunes, a pesar de que el estudiantado realiza cooperaciones obligatorias.
Entre las exigencias concretas se encuentran: la finalización inmediata de construcciones detenidas, mantenimiento a áreas deportivas y verdes, activación de bebederos con filtros, creación de un comedor universitario con opciones veganas, e inclusión de marcas distintas a Coca-Cola.
Las y los estudiantes señalaron omisiones graves por parte de las autoridades en la atención a casos de violencia de género. Piden mecanismos claros y eficientes de denuncia, sanciones ejemplares a los agresores y campañas permanentes de sensibilización.
También solicitaron aumentar el número de psicólogas y psicólogos disponibles en el plantel, así como capacitar al personal docente y administrativo para reconocer signos de problemas emocionales y brindar primeros apoyos.
El documento exige mayor transparencia en el uso del presupuesto, mejoras en la atención administrativa, actualización de planes de estudio —particularmente el de Agronomía— y una distribución equitativa de becas como Jóvenes Escribiendo el Futuro.
Además, como centro formador de biólogas, biólogos y veterinarios, exigen que se impulse una cultura ética en el trato a los animales, con programas de adopción, esterilización y una nueva asignatura obligatoria sobre bienestar animal.
La Asamblea Estudiantil del CUCBA subrayó que sus demandas no son aisladas ni recientes, sino producto de una acumulación de omisiones que vulneran sus derechos como estudiantes de una institución pública. Por ello, exigen una respuesta clara y formal por parte de la Rectoría General antes del miércoles 9 de abril.
Con esta movilización, las y los estudiantes esperan abrir un diálogo constructivo que permita avanzar hacia una universidad verdaderamente digna, incluyente y segura para todas y todos.
Ante la violencia de Estado y las desapariciones forzadas, estudiantes de la FCPyS de la UNAM inician un paro académico exigiendo acciones concretas, la derogación del artículo 17 y mejoras en las condiciones dentro de la universidad.
Ciudad de México 4 de abril 2025.- Estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) iniciaron un paro académico tras una asamblea estudiantil realizada esta semana. La decisión se tomó luego de una discusión de más de cuatro horas, en la que se acordó suspender actividades académicas como medida de protesta ante la postura de la universidad frente a la violencia ejercida por el Estado, así como para exigir acciones concretas ante la crisis nacional de desapariciones forzadas.
La convocatoria surgió a raíz de los hechos ocurridos en el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, donde recientemente se reportaron casos de represión y violencia. Las y los estudiantes consideran insuficiente el pronunciamiento emitido por las autoridades universitarias y señalan que existe una falta de compromiso con las problemáticas sociales que afectan directamente a las comunidades estudiantiles.
De acuerdo con el comunicado oficial emitido por la facultad el 3 de abril, el paro se desarrollará en dos fases:
Viernes 4 de abril: Paro activo con puertas abiertas, permitiendo la asistencia a clases sin represalias para quienes decidan no participar.
Lunes 7 de abril: Cierre total de las instalaciones y suspensión completa de actividades académicas.
En el documento, las autoridades de la FCPyS subrayaron que los temas abordados en la asamblea deben discutirse abiertamente dentro de la comunidad universitaria. “Destaca el apoyo a las madres buscadoras, el cual suscribimos todas y todos”, se lee en el comunicado. También se menciona que la universidad y la facultad “estarán tomando medidas” respecto a la demanda de un comedor subsidiado, una de las principales exigencias del movimiento estudiantil.
Otra de las preocupaciones centrales de la comunidad estudiantil es la reforma al artículo 17 del Reglamento General de la UNAM, que sanciona legalmente a quienes realicen pintas dentro de las instalaciones. Las y los estudiantes exigen la derogación de este artículo, al considerarlo una medida represiva que atenta contra la protesta dentro del ámbito universitario. En el comunicado, la facultad reconoce que este tema fue ampliamente discutido en la asamblea, en un intento por definir los límites entre el vandalismo y la libre expresión de las ideas.
Además del paro, la comunidad estudiantil ha convocado a una marcha en solidaridad con las madres buscadoras, con el objetivo de visibilizar y respaldar la lucha de quienes enfrentan la desaparición de familiares.
Finalmente, el comunicado de la facultad solicita a los docentes no tomar asistencia ni aplicar exámenes durante los días del paro. Mientras tanto, las y los estudiantes han llamado a mantenerse informados a través de los canales oficiales del movimiento.
Cada día, desde temprano y sin descanso, las manos de los productores de leche en Tequixquiac mantienen viva una tradición que ha perdurado por más de un siglo. Desde el ordeño matutino hasta el transporte de alimentos y la elaboración de derivados, el trabajo nunca se detiene. Esta es la historia de quienes, con esfuerzo y cariño, llevan leche fresca a las mesas de su comunidad.
Tequixquiac, cuyo nombre significa “lugar de las aguas salitrosas”, está ubicado al norte del Valle de México y es uno de los municipios donde la producción lechera constituye una de las principales actividades económicas. Se estima que diariamente se producen alrededor de 52,250 litros de leche, posicionando al municipio como el segundo productor más importante del Estado de México.
Este fenómeno se inscribe en una tendencia nacional: de acuerdo con el Panorama Agroalimentario 2018-2024, en 2023 el inventario ganadero para producción lechera alcanzó los 2 millones 714 mil cabezas, generando un total de 13,333 millones de litros de leche, un incremento del 17% respecto a 2022. En la última década, la tasa de crecimiento anual ha sido del 20%.
“Panorama Agroalimentario 2018-2024”
En este contexto, las y los productores de Tequixquiac comparten con Somos el Medio cómo realizan su labor, los desafíos que enfrentan y cómo preservan una tradición profundamente arraigada en su comunidad.
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La vida entre vacas: Don Mario y Doña Enriqueta
Desde 1980, Enriqueta Juárez y su esposo Mario se dedican a la ordeña manual de sus vacas. “Nos gusta el ganado, el campo. Ordeñamos a mano. Toda mi vida la he pasado con mi esposo, llevamos 50 años juntos, siempre dedicados a esto”, cuenta Enriqueta con una sonrisa.
Iniciaron con un becerro y algunas borregas. Con el tiempo, su hato creció. Hoy, aunque la edad les impone límites, siguen trabajando a diario. “A muchas personas no les gusta esto porque es pesado, es sucio… uno termina todo embarrado”, dice con franqueza.
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El cuidado es riguroso: limpian a sus vacas con agua y jabón antes de ordeñar para garantizar la calidad de la leche. “Si no se lavan bien, cae estiércol y la leche sabe mal. Además, las vacas se enferman si no se cuidan bien las ubres”, explica. Aunque cuentan con una máquina ordeñadora, prefieren el método manual, pues han notado que el uso excesivo de la máquina puede afectar la salud de las vacas.
Actualmente ordeñan nueve vacas y entregan aproximadamente 100 litros de leche al día. Venden el litro a 15 pesos, tanto al público como a recolectores. “Seguiremos mientras Dios nos dé licencia”, afirma Enriqueta.
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Cien litros diarios y una rutina compartida
Don Mario, Enriqueta, su hijo y una persona que los apoya completan la ordeña en una hora cada mañana. Además, manejan el ciclo de producción con cuidado: “Tenemos una vaca que estamos secando… la ordeñamos una vez sí, una vez no, hasta que críe y vuelva a producir como debe”, cuenta Enriqueta.
El precio de la leche ha subido con el tiempo: “Antes la dábamos en cinco pesos, pero no nos alcanzaba para alimentar a las vacas ni a la familia”. Hoy, muchos vecinos llegan desde las ocho de la mañana con sus garrafones para llevarse su leche fresca.
En temporada de calor, han llegado a perder la producción por descomposición. “Se nos agrió como 80 litros, lo tuvimos que tirar. Hicimos algo de queso con 20 litros, el resto fue para los perros”, relata Enriqueta.
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Verónica Rojas: el rancho construido en familia
Después de una jornada agotadora en el rancho, subimos por unas escaleras que se encuentran junto a la máquina ordeñadora. Desde su sala, con vista directa al terreno que durante años ha sido testigo de su esfuerzo, Verónica Rojas —originaria de Tequixquiac y vecina de la colonia Del Sol— comienza a relatar los inicios de su vida como productora de leche. Con orgullo y una sonrisa que se asoma tras el cansancio del día, comparte cómo ella y su esposo comenzaron a construir, en 1994, lo que con el tiempo se convertiría en el rancho familiar.
“Empezamos con una becerrita chiquitita, como de unos seis o siete meses”, recuerda entre risas. “Ya iba creciendo para que la agarrara el toro. Mis hijos, desde entonces, ya querían jalarle la chiche, pero la pobre todavía ni ubre tenía”.
Verónica rememora con ternura cómo el entusiasmo de sus hijos motivó a su esposo a seguir ampliando el hato. “Llegábamos de la escuela y nos íbamos a pastorear al animalito por toda la orilla del caño. Así, como si nada. Todos bien contentos”,dice sonriendo. A los cinco meses, su esposo compró otra becerra, un poco más grande, lo que aumentó la emoción y el compromiso de la familia con su nueva forma de vida. “Estaban tan felices que ya solo querían que pasara rápido el tiempo para poder ordeñarla”.
Poco a poco, y con mucho esfuerzo, su familia fue ampliando el número de animales. Recolectaban alfalfa en carretilla, caminaban largas distancias para alimentar al ganado, y al mismo tiempo Verónica debía hacerse cargo de sus hijos y de las tareas del hogar. “Era una vida muy apresurada. Había que empasturar, ordeñar, cuidar a los niños, hacer de comer, todo al mismo tiempo. Pero así le hicimos”,recuerda.
Las condiciones eran duras, y los recursos limitados. “Antes no tenía mi casa techada, solo tres cuartitos tenían techo, los demás no. Y ahí me veías, atizándole a la lumbre en el fogón, bajo la lluvia, en una esquinita, calentando agua para bañar a mis criaturas”, cuenta, evocando los primeros años de lucha y adaptación.
Con el tiempo, el rancho creció. Cuando se cambiaron de casa, ya contaban con quince vacas, y fue entonces cuando comenzaron a trabajar “más en forma”, como dice Verónica. Hoy, su hato ha llegado a contar con unas 70 vacas, de las cuales 40 son de ordeña y 30 están secas.
Desde hace una década, han incorporado maquinaria para hacer más eficiente su trabajo. Antes recolectaban alfalfa en una camioneta y la cortaban con guadaña; ahora utilizan tractores y herramientas más modernas. Aun así, algunas prácticas tradicionales persisten: siguen usando el bieldo para levantar la alfalfa. “El trabajo ya no es tan pesado como antes, pero sigue siendo duro. Lo que sí, es que con todo esto nos ahorramos bastante tiempo”, concluye.
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Cuidados y ciclos de vida del hato
La rutina en el rancho no solo implica ordeñar y alimentar a las vacas. También conlleva una serie de cuidados que aseguran la salud del ganado y la continuidad del ciclo productivo. Verónica explica que, cuando una vaca de ordeña está preñada, la retiran del proceso productivo a los siete meses de gestación. “Les aplicamos medicamento en las ubres, para que cuando nazcan los becerros den más leche y no se nos enfermen”, señala.
La alimentación también es un aspecto clave en su cuidado. Prestan especial atención al momento de ofrecerles alfalfa, pues si está demasiado fresca puede causarles problemas digestivos. “No se la damos verde, porque se avientan”, dice, refiriéndose a los malestares que pueden sufrir las vacas si se les da forraje sin secar.
Cada veinte días, el veterinario visita el rancho para revisar el estado de salud de los animales y realizar el proceso de inseminación. Daniel, uno de los hijos de Verónica, es quien más conoce el manejo reproductivo del ganado y explica con precisión cada paso del ciclo.
“La vaca, después de parir, entra en celo más o menos a los dos o tres meses. Ahí se le hace la inseminación. Si a los 21 días no vuelve a entrar en calor, quiere decir que ya quedó cargada”, comenta. A partir de ahí, explica, la vaca continúa dando leche durante los siguientes siete meses, hasta que es ‘secada’ para prepararla para el siguiente parto, que ocurre a los nueve meses.
“Después vuelve a criar. Todo depende de cómo esté la vaca, si está bien alimentada o no. Hay vacas que tardan más en entrar en celo otra vez, pero el proceso vuelve a comenzar”, agrega Daniel.
Sin embargo, no todas las vacas logran embarazarse. “Cuando una vaca no queda preñada tras dos o tres inseminaciones —lo que nosotros llamamos ‘servicios’— ya consideramos que no sirve para reproducción. En ese caso, lamentablemente, la mandamos al rastro”,concluye con naturalidad, como parte del ciclo de decisiones que implica mantener la eficiencia en el rancho.
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La jornada de ordeña comienza puntualmente a las siete de la mañana y concluye alrededor de las ocho. En una hora logran completar todo el proceso gracias a la coordinación entre Vero y sus hijos. Antes, recuerda, todas las vacas estaban juntas y las tareas se repartían entre ella y sus tres hijos, quienes se turnaban para ordeñar, alimentar y cuidar al hato.
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Con el tiempo, Verónica decidió reorganizar el trabajo y dividir el hato entre sus hijos, para que cada quien asumiera la responsabilidad directa de un grupo de vacas. Actualmente, ella trabaja en conjunto con Omar, uno de sus hijos, quien la apoya con las labores diarias mientras ella se encarga de otras actividades dentro del rancho.
Pero más allá del trabajo interno, hay una preocupación constante que ronda la mente de Verónica: la seguridad. Aunque hasta ahora no han sido víctimas de robos, viven en constante alerta. “Gracias a Dios, a nosotros nunca nos han venido a robar, pero sí nos han contado que en ranchos del centro se meten a llevarse animales”, comenta con seriedad.
“Yo me la paso pendiente. Mis hijos a veces se van y son las dos o tres de la mañana y yo aquí estoy, sentada, viendo quién pasa, quién se acerca, quién no. Porque aquí, en la noche, sí han venido a robarse vacas”,afirma con la mirada fija en la ventana que da al campo.
Omar, su hijo, detalla que cada vaca llega a producir alrededor de 25 litros de leche por día. Sin embargo, la mayoría de esta producción —alrededor de 550 litros diarios— se la lleva el lechero. Solo una pequeña parte se vende directamente al público, a un precio de 15 pesos por litro, mientras que el recolector les paga apenas 10.
Las condiciones climáticas también influyen directamente en la producción. Durante los meses de calor, las vacas producen menos leche debido al estrés térmico y la escasez de agua. Además, el forraje se seca demasiado rápido y pierde calidad nutricional. “En tiempo de lluvias tampoco nos va tan bien”, añade Omar. “El forraje no alcanza a secarse, se echa a perder y ya no sirve para alimentar”.
Según su experiencia, los meses de mayor rendimiento son noviembre, diciembre, enero y febrero. “Es cuando tenemos mejor producción. Después baja, pero no tanto, unos 20 o 30 litros menos por día. Nada grave, pero se nota”, asegura.
Una parte esencial del trabajo es la alimentación diferenciada del ganado. Omar explica que las vacas que están en producción reciben alimento balanceado combinado con alfalfa, mientras que las que están cargadas solo consumen alfalfa, en cantidades más racionadas, para evitar sobrealimentación y mantener un equilibrio saludable.
Nada se desperdicia en el rancho. El estiércol generado por las vacas se almacena en la parte trasera del terreno y se utiliza como abono natural para las milpas. “Hace como quince días lo sacaron todo”, cuenta Omar. “Aquí todos los que siembran maíz vienen por estiércol cada año. Es un abono buenísimo”.
La alfalfa, su cultivo y los riesgos del campo
Tras terminar con la ordeña y alimentar a las vacas, Vero y sus hijos se suben al tractor y se van “a la alfalfa”, como ellos mismos le llaman. Esto ocurre alrededor de las once de la mañana y regresan al rancho cerca de las dos de la tarde. Rentan entre nueve y diez parcelas, y van rotando entre ellas según lo que se necesite: cortar, recoger o sembrar.
Cada parcela tiene sus propios tiempos de producción, dependiendo de la época del año. En temporada de calor, pueden regresar a cortar alfalfa en unos 35 días; durante la temporada de lluvias, el ciclo se acorta a 25 días; y entre noviembre y enero, la cosecha puede tardar hasta 45 días en estar lista.
El trabajo en el campo no solo implica esfuerzo físico, también requiere precauciones adicionales. Vero cuenta que han tenido que marcar los lugares donde se estacionan o trabajan porque han sufrido robos de alfalfa. “También nos vigilan, nos han querido robar las máquinas o la camioneta. Por eso vamos con cuidado y estamos siempre alertas”, comenta con firmeza.
En este ir y venir entre el corral, el campo y la carretera, la familia Rojas ha aprendido que trabajar en el campo no solo es cansado, sino que también implica riesgos que deben enfrentar con ingenio y unidad.
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“Del campo a la vaca y de la vaca a la boca”
Para Verónica, el año 2023 marcó un antes y un después en su vida. La pérdida de su esposo fue un golpe profundo, no solo en lo emocional, sino también en lo cotidiano. Él siempre fue el encargado del trabajo más pesado en el rancho, especialmente el relacionado con la alfalfa. Aunque ella lo acompañaba y lo apoyaba, su esposo no le permitía cargar con las tareas más duras, protegiéndola siempre.
“Yo no conocía del todo ese proceso. Cuando él faltó, tuve que aprender muchas cosas de golpe”, confiesa Vero con un nudo en la voz. Pero no estuvo sola. Sus hijos se convirtieron en su sostén, tomaron las riendas y, junto con ella, decidieron continuar el legado que su padre les dejó con tanto empeño y amor por el campo.
Uno de los gestos que más recuerda de su esposo era la costumbre de compartir los alimentos con quienes lo ayudaban en el corte y recolección de la alfalfa. Nunca dejaba pasar una jornada sin ofrecerles algo de comer. Hoy, esa tradición sigue viva. Don Mario y Doña Enriqueta, quienes también colaboran en la alfalfa para alimentar a sus vacas, intercambian parte del forraje por trabajo o lo compran directamente a Vero. Y Omar, su hijo, ha tomado la estafeta de su padre: durante las tres horas que suelen tardar en levantar la alfalfa, hacen dos pausas para compartir la comida con quienes los acompañan en el campo.
Ya casi al final de la jornada, con el sol a sus espaldas y el sudor marcando el esfuerzo del día, Daniel, uno de los hijos de Verónica, se acerca y me lanza una sonrisa. “Para que veas desde dónde se empieza… como dice el dicho, ¿no? Del campo a la vaca y de la vaca a la boca”, dice entre risas, dejando ver con orgullo el hilo invisible que conecta el esfuerzo diario con el alimento que llega a las mesas.
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En busca de un precio justo
Para Omar, uno de los hijos de Verónica, la ecuación es clara: el trabajo es mucho, la calidad de la leche es alta, pero el precio que reciben por litro sigue siendo injustamente bajo. “No se me hace justo el precio que nos pagan. Se me hace muy barato para la calidad que entregamos. Al final, quien nos la compra es quien impone cuánto vale”, expresa con frustración.
Su preocupación no es aislada. A nivel nacional, la situación refleja el mismo malestar. En su estudio Producción de leche en México y el impacto de las importaciones de leche en polvo, Ramón Robledo documenta cómo las importaciones de leche en polvo han desplazado a la producción nacional, representando entre el 20 y 30% del total del mercado interno. Aunque en teoría estas compras internacionales buscan suplir la demanda que no se cubre con producción local, la consecuencia directa es que los productores nacionales no reciben un precio justo, y por tanto, no hay un incentivo real para que la producción crezca.
En Tequixquiac, como en muchas otras regiones del país, los productores recurren al uso de leche en polvo para abaratar los costos en la elaboración de productos como el queso. Lo hacen no por elección, sino por necesidad.
Los recolectores: del rancho a la quesera
José y Álvaro González son parte esencial de esta cadena. Cada mañana, recorren los ranchos en su camioneta para recolectar la leche que luego transportan en tambos hasta la quesera donde trabajan. De los 3,000 litros diarios que movilizan, alrededor de 1,500 provienen del rancho de Verónica y su familia. Para el proceso de elaboración de queso, agregan 200 kilos de leche en polvo por cada 2,000 litros de leche fresca.
Uriel, de 30 años, es otro recolector que ha construido su propio camino. Vive en la colonia Del Sol y recolecta la leche producida por Don Mario y Doña Enriqueta. Desde los 17 años elabora queso Oaxaca y panela, y hace apenas tres meses lanzó su propio negocio. Con los 300 litros diarios que obtiene, produce alrededor de 150 kilos de queso. A su mezcla le añade 25 kilos de leche en polvo, además de cuajo, nitrato, calcio y titanio, cuidando cada detalle del proceso: temperatura, higiene y consistencia.
Impacto económico y social en la comunidad
La producción lechera ha sido, por más de cien años, el alma económica de Tequixquiac. Así lo asegura Ricardo Trejo, director de Fomento Agropecuario del municipio. “Esta actividad es vital porque el municipio es principalmente agropecuario. Si desaparece, muchas familias simplemente no podrían sostenerse”.
Existen en la región al menos cuatro establos medianos. La mayoría de la producción se comercializa en municipios vecinos, pero entre el 80% y 90% del producto permanece dentro de Tequixquiac. “De la leche salen quesos, yogur, búlgaros, nata… todo se queda aquí. Incluso la carne de los animales que van al rastro se maneja internamente”,explica Trejo.
Muchos productores han tomado la iniciativa de crear su propia quesera, recolectando leche local y pagando mejor precio por el producto, aunque con requisitos específicos de calidad e higiene que el productor debe cumplir.
Formas de producir, formas de vivir
En el municipio coexisten dos modelos productivos: el intensivo y el extensivo. El primero se basa en el manejo dentro de la propiedad, donde los animales viven en establos y reciben una dieta controlada a base de forraje. Se les acostumbra a horarios específicos de ordeña, comida y descanso. En este sistema, un animal suele tener dos o tres partos en un lapso de tres a cuatro años.
El sistema extensivo, en cambio, implica llevar a pastorear a los animales. Aunque la producción de leche es menor, los animales son más longevos, pues desarrollan masa muscular de forma más natural y pueden vivir hasta cinco años, con cuatro o cinco partos. Ambas formas tienen ventajas y retos, pero son reflejo de cómo en Tequixquiac se adapta la producción a las condiciones del entorno y de cada familia.
Desafíos estructurales y esperanza colectiva
Entre los principales retos que enfrentan los productores está la falta de un precio de garantía. “No importa cuánto se esfuercen, el precio no sube”, señala Trejo. Para cambiar esta realidad, hace falta infraestructura. Uno de los proyectos en marcha es la creación de un centro de acopio lechero que asegure la captación y mejora de calidad de la leche, algo que implicaría nuevos desafíos: mejores prácticas sanitarias, eliminación de antibióticos, reducción de células somáticas y una mayor inversión en condiciones de establos, bebederos y zonas de descanso para el ganado.
“Hay muchas cosas por corregir”, insiste. “Pero si tuviéramos ese centro, los manejos cambiarían. Y quien quiera que su negocio crezca, tiene que entregar un producto de calidad al consumidor”.
A pesar del cambio climático y la presión del crecimiento urbano, Trejo destaca que Tequixquiac aún es un pulmón verde: el 80% del territorio sigue siendo agropecuario. “Eso nos da un respiro, tanto para nosotros como para nuestros animales”,afirma con esperanza.
Formación para el futuro
Con la mirada puesta en el porvenir, el gobierno municipal organizará una salida a la Expo Gilsa Leche, los días 9 y 10 de mayo en la Isla San Marcos, Aguascalientes. Allí, productores locales podrán capacitarse en temas de sanidad, nutrición y nuevas tecnologías. “El evento dura tres días, pero solo podremos asistir dos. La entrada está subsidiada y habrá ponentes de Brasil, Argentina, Colombia y México”,explica Trejo.
La intención es fortalecer el conocimiento y mejorar las prácticas productivas. “Siempre salen nuevos virus, nuevas bacterias. Hay que familiarizarse con eso para proteger el ganado. Por eso es importante que los pequeños productores asistan, aunque sabemos que a veces no pueden, porque deben quedarse a cuidar a sus animales”.
Para Trejo, la leche sigue siendo un alimento fundamental. “Hay muchos mitos sobre que no se debe consumir después de cierta edad, pero es mentira. A todos nos sigue apeteciendo un vaso de leche”, concluye.
Johana Martínez, vecina de la colonia Del Sol, es una de las muchas consumidoras que eligen leche directa del productor. Cada semana le compra a Doña Enriqueta cinco litros para ella y su hija. “La ponemos a hervir y la nata la usamos para pan tostado”, cuenta. También la utilizan para preparar gelatinas y arroz con leche. “La diferencia se nota, en sabor y consistencia. Las de la tienda ya están muy procesadas, ni saben a leche”, dice convencida.
La producción de leche en Tequixquiac no es solo un oficio ni una fuente de ingresos: es una forma de vida que conecta a generaciones enteras con la tierra, con sus animales y con su comunidad. Es el primer eslabón de una cadena que alimenta a todo un municipio, no solo en el sentido literal, sino también en el simbólico: nutriendo la identidad, el trabajo colectivo y la memoria.
Es una labor que no conoce descanso. Cada día, sin excepción, los productores se levantan temprano para alimentar, ordeñar, limpiar, sembrar, cortar y recolectar. Su trabajo es invisible para muchos, pero indispensable para todos.
Mantener viva esta tradición requiere mucho más que voluntad. Necesita políticas públicas que valoren al pequeño productor, inversión en infraestructura, y sobre todo, un compromiso social que reconozca que detrás de cada litro de leche hay una historia, una familia, y un esfuerzo que merece un precio justo.
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Ante el anuncio de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos, la presidenta Claudia Sheinbaum expuso 18 programas del Plan México, enfocados en fortalecer el mercado interno, impulsar la autosuficiencia nacional y consolidar los programas sociales.
Ciudad de México, 4 de abril 2025.- La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, presentó este jueves el Plan México como una estrategia integral para fortalecer la economía nacional, incrementar la autosuficiencia alimentaria y energética, y reducir la dependencia de importaciones, especialmente de países con los que no se cuenta con tratados comerciales. Esto, en respuesta al anuncio de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos.
Durante el evento Plan México. Fortaleciendo la Economía y el Bienestar, realizado en el Museo Nacional de Antropología, la mandataria federal dio a conocer un conjunto de 18 programas y acciones que buscan consolidar el mercado interno, aumentar la inversión pública y privada, así como generar empleo formal.
“El Plan México es el camino que nos llevará a un país con más empleo, mejor remunerado, con menor pobreza y mayor soberanía”, declaró Sheinbaum frente a integrantes del gabinete federal, empresarios, legisladores, gobernadores y representantes de pueblos originarios.
Entre los principales objetivos del Plan México se encuentran:
Fortalecer el mercado interno y el salario
Aumentar la soberanía alimentaria y energética
Incrementar la producción nacional
Reducir importaciones sin acuerdo comercial
Consolidar los Programas para el Bienestar
Ejes estratégicos del Plan México
El programa contempla medidas específicas en sectores clave. En materia alimentaria, se proyecta un incremento en la producción de maíz, frijol, leche, arroz y otros productos básicos, así como un impulso al comercio justo. En energía, se plantea un aumento del 30% en la producción de gasolinas y diésel, así como una reducción en la importación de gas natural.
En cuanto a infraestructura, se prevé el mantenimiento y construcción de carreteras, trenes, puertos y aeropuertos, además de obras sociales como escuelas, hospitales y caminos rurales. También se contempla una meta de generación de hasta un millón de empleos directos en 2025.
En el ámbito de vivienda, se busca aumentar la oferta de viviendas sociales y simplificar trámites para acceder a créditos, mientras que en la industria, el plan contempla fortalecer la producción nacional de textiles, calzado, muebles, vehículos, semiconductores, baterías, productos farmacéuticos y petroquímicos.
Además, se anunció la implementación de una nueva Ley de Adquisiciones para asegurar que al menos el 65% de las compras del gobierno se realicen a proveedores nacionales, así como la creación de Polos de Bienestar en distintos estados y el impulso a la inversión a través de la Ventanilla Digital.
Relación con Estados Unidos
En su intervención, Sheinbaum reconoció la importancia de mantener una relación de diálogo y cooperación con Estados Unidos, destacando la interdependencia económica entre ambos países.
“México tiene hoy un trato preferencial gracias a la integración de nuestras economías. La relación bilateral debe mantenerse con respeto mutuo y coordinación”, señaló la mandataria, sin dejar de lado que existen sectores que podrían oponerse a una buena relación bilateral.
La comunidad p’urhépecha de Ichán, en Chilchota, celebró la decisión unánime del cabildo municipal de entregarle su presupuesto directo, consolidando su autogobierno sin intermediación de partidos políticos.
Michoacán, 4 de abril 2025.– En un hecho emblemático para los pueblos originarios, el Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM) anunció este jueves que Ichán se ha convertido oficialmente en la 45ª comunidad autónoma del estado, tras la aprobación unánime del cabildo de Chilchota para otorgarle el control de su presupuesto público.
La decisión, celebrada como una “victoria histórica”, es el resultado de años de organización, movilización y resistencia de los habitantes purhépechas y colectivos artísticos de Ichán. “Gracias a la unidad, se pudo. La autonomía sí es posible”, destacó el CSIM en un comunicado, donde felicitó a la comunidad por este logro que consolida su derecho a la autodeterminación.
Con esta resolución, Ichán inicia una etapa de autogobierno, administrando sus recursos sin la intervención de estructuras partidistas. El modelo, ya implementado en otras 44 comunidades indígenas de Michoacán, prioriza la toma de decisiones colectivas bajo usos y costumbres, fortaleciendo su identidad y gestión territorial.
“Ichán Antakua (Ichán vive). ¡Victoria para Ichán!”, expresaron las autoridades tradicionales, subrayando el rol de la lucha social en este proceso. El CSIM también enfatizó que este caso refrenda que “las comunidades que resisten pueden alcanzar su libertad”.
Este avance refuerza el movimiento por la autonomía indígena en México, donde decenas de pueblos exigen el reconocimiento constitucional de sus sistemas de gobierno. Michoacán, con su amplia población p’urhépecha, se consolida como un referente en la materia.
“¡Vivan las comunidades que luchan por su autonomía!”, cerró el mensaje del CSIM, un llamado que resuena en un contexto nacional marcado por demandas de justicia y derechos ancestrales.
Un reporte internacional señaló que las desapariciones de mujeres y niñas en México aumentan debido a la negligencia y corrupción de autoridades locales.
Ciudad de México, 3 de abril de 2025.- México enfrenta una alarmante crisis de desapariciones de mujeres y niñas, una problemática que crece en medio de la indiferencia, negligencia y complicidad de las autoridades, según denunció un reciente informe presentado por la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH), Idheas Litigio Estratégico en Derechos Humanos A.C. y el Equipo Mexicano de Antropología Forense (EMAF).
“Entre el silencio, la connivencia y la corrupción de las autoridades locales con el crimen organizado, el aumento alarmante de las desapariciones de mujeres y niñas sigue siendo mayormente invisibilizado”, señala el reporte.
Estados como Guerrero y el Estado de México son considerados focos rojos de esta crisis. En Guerrero, las desapariciones ocurren en un contexto doble: la violencia asociada al narcotráfico y una violencia estructural de género. Datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNL) indican que, hasta febrero de 2025, del total de 121,808 personas desaparecidas, 27,819 son mujeres, lo que representa alrededor del 23%.
En el Estado de México, según el informe, aproximadamente el 40% de las personas desaparecidas son mujeres y niñas. Ciudades como Acapulco, Ecatepec y Toluca figuran entre las más peligrosas, donde grupos criminales actúan con total impunidad, aprovechándose de la pobreza y el caos urbano para operar.
El estudio subraya también la “preocupante normalización” de la violencia contra mujeres y niñas, derivada de una cultura patriarcal profundamente arraigada. “El 70% de las mujeres mexicanas ha sufrido alguna forma de violencia a lo largo de su vida, y más de 17,000 feminicidios fueron registrados entre 2018 y 2022”, puntualiza el documento.
Asimismo, el informe denuncia el uso sistemático de redes sociales y plataformas digitales para ejercer manipulación emocional y captar víctimas, principalmente adolescentes y jóvenes en situación vulnerable. Muchos de estos casos son erróneamente clasificados por las autoridades como desapariciones voluntarias, lo que retrasa o impide la activación inmediata de protocolos de búsqueda.
También se alerta sobre el uso de la desaparición forzada como forma de represalia contra defensoras de derechos humanos, como en el caso de Sandra Domínguez Martínez, desaparecida en Oaxaca en octubre de 2024.
El informe señala que la pandemia de COVID-19 agravó esta crisis al profundizar la vulnerabilidad económica de muchas mujeres y niñas, quienes fueron víctimas de engaños laborales que derivaron en explotación sexual y laboral forzada.
Las investigaciones oficiales, denuncia el documento, presentan graves deficiencias: “las familias enfrentan obstáculos administrativos ilegales, como la exigencia de esperar hasta 72 horas para denunciar”, lo cual impide búsquedas efectivas en las primeras horas, que son cruciales.
Además, se destaca que la complicidad entre autoridades y grupos criminales obstaculiza las investigaciones. Fiscales e investigadores suelen revictimizar a las familias, desviando la atención del delito y enfocándose en prejuicios sobre la víctima o su entorno.
Ante la inacción institucional, familiares han conformado colectivos de búsqueda independientes que trabajan bajo constante amenaza y en condiciones de alto riesgo, evidenciando la falta de una política efectiva de protección por parte del Estado.
Finalmente, el informe recomienda reforzar los procedimientos de investigación con perspectiva de género, mejorar la coordinación interinstitucional, implementar auditorías que combatan la corrupción y garantizar atención integral y protección efectiva tanto para las víctimas como para sus familiares.
La muestra del artista chiapaneco, censurada previamente, regresa al Museo de la Ciudad de México con obras que desafían normas religiosas y de género. La Secretaría de Cultura destaca su compromiso con los derechos culturales y la inclusión.
Ciudad de México, 3 de abril 2025.- Con el objetivo de promover la libertad de expresión y el acceso a la cultura, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México reabrió este martes la exposición “La segunda venida del Señor”, del artista Fabián Cháirez, en el Museo de la Ciudad de México. La muestra, compuesta por nueve pinturas al óleo creadas entre 2018 y 2023, cuestiona los discursos tradicionales sobre religión, masculinidad y diversidad sexual a través de una estética queer y erótica.
Durante la inauguración, la secretaria de Cultura, Ana Francis Mor, enfatizó el rechazo a la censura: “Esta es una ciudad de derechos y libertades. No podemos permitir que los fundamentalismos limiten la expresión artística”. La exposición, que había sido cancelada en otro recinto, fue respaldada por el gobierno capitalino como un acto de defensa de los derechos culturales.
Fabian Cháirez, originario de Chiapas, reinterpreta figuras religiosas como monaguillos, ángeles y cardenales, fusionando iconografía sacra con erotismo y diversidad sexual. Obras como “La venida del señor” (2018) o “Inmaculada Concepción” (2023) exploran el placer, la devoción y la reinvención de símbolos culturales.
“Que esta exposición se reabra es un triunfo para la libertad artística y los derechos humanos”, declaró Cháirez. Por su parte, el curador Salvador Irys destacó: “El arte no debe someterse a moralismos. Celebramos que espacios como este acojan al arte LGBT+”.
La muestra busca fomentar la reflexión sobre temas como la diversidad, el poder religioso y la inclusión. Geraldina González de la Vega, presidenta del COPRED, resaltó la importancia de garantizar espacios culturales libres de discriminación.
Detalles para visitar la exposición:
Lugar:Museo de la Ciudad de México (José María Pino Suárez 30, Centro).
Fechas:Del 2 al 30 de abril.
Horario:Martes a domingo, 10:00 a 18:00 horas.
Costo:$44 (50% de descuento para estudiantes, docentes e INAPAM).