Ciudad de México, 20 de mayo de 2017
A dos semanas de haberse estrenado el documental Plaza de la soledad (México, 2016) de Maya Goded, ahora solamente se exhibe en la Cineteca Nacional; incluso la cadena Cinepolis la programó solo durante diez días en su cartelera, ellos fungieron como distribuidores de la cinta. En Cinemex la película corrió la misma suerte.
El proyecto del documental comenzó aproximadamente hace veinte años siendo una serie de fotografías de Goded, quien principalmente se ha desempeñado como fotógrafa y que con esta cinta debuta en el cine. Ella buscaba retratar la vida cotidiana de un grupo de sexoservidoras de esa plaza del barrio de La Merced, en el centro de la Ciudad de México. Después de aproximadamente cinco años de labor, estas imágenes se convirtieron en un libro con el mismo nombre.
De esa estrecha relación que con el paso de los años se creó entre la directora y estas mujeres surge el documento, en una suerte de diálogo intimo entre ellas. Cuenta la vida de Carmen, Lety, Esther, Ángeles y Raquel, cinco mujeres de entre cincuenta y ochenta años de edad, que deciden tomar la palabra, dar la cara y visibilizar su historia de una manera digna, frontal y honesta.
Mujeres abandonadas e invisibles para una sociedad machista y doblemoralina; mujeres violentadas cuando niñas y en algunos casos aún en la actualidad; mujeres quebradas levantándose a la vida; mujeres rotas fortaleciéndose y empoderándose, continuando en un camino de necesaria sororidad; mujeres en busca del amor y el sustento en un ambiente hostil y violento; mujeres lidiando con su propia soledad, aquietando las pasiones de otros.
En este sentido el documental busca romper tabúes en nuestra sociedad, las historias que nos presenta Goded son de mujeres mayores viviendo con naturaleza su sexualidad humana en un mundo donde se les cosifica, donde no se le permite vivir y disfrutar su cuerpo plenamente; en un país con un índice de siete feminicidios al día, de acuerdo al informe de ONU Mujerespresentado el año pasado; en un país donde se registraron al menos 2 mil 289 asesinatos de mujeres durante el 2014.
Plaza de la soledad no es un documento que denuncie la trata de personas, ni el enganchamiento que se realiza mediante redes sociales a jóvenes para la explotación sexual; tampoco trata sobre las redes de prostitución en la Ciudad de México; la cinta va sobre seres humanos, madres de familia, hijas, amantes, amigas, mujeres trabajadoras y libres, que sin importar lo rotas que se encuentren, devienen en mujeres fuertes.
Plaza de la soledad es una de esas cintas obligadas, hace que el espectador se enfrente a una realidad a la que regularmente prefiere cerrar los ojos; es una luz dentro del cine mexicano que en los últimos tiempos se ha visto inmerso en comedias de humor simplista.
Es una verdadera pena que ya solamente se pueda alcanzar a ver en la Cineteca Nacional, con horarios que se le dificultan al espectador (entre 14:00 y 15:00 Hrs., entre semana y fines de semana), además que se presenta en una de las pequeñas salas. Es una pena que le hayan dado tan solo diez días de programación en la cartelera comercial; y sería una pena mayor que se la perdieran.