Por Max González Reyes
Septiembre es un mes cargado de temas políticos, particularmente legislativos ya que, por orden constitucional, el Presidente entrega el informe anual de gobierno al Poder Legislativo, así como el paquete económico. Estos acontecimientos están cargados de un sesgo meramente político.
Recientemente hemos sido testigos de la disputa por la Presidencia de la Mesa Directiva tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República. En el primero, por mantener la continuidad de Porfirio Muñoz Ledo (Morena) al frente de la Cámara; y en el segundo Martí Batres (Morena) buscaba continuar un año más conduciendo los trabajos legislativos.
En el Senado la disputa se presentó al interior del Grupo Parlamentario de Morena, pues previo a su reunión plenaria se tenía acordado que la Senadora Mónica Fernández Balboa asumiera la Presidencia de la Mesa Directiva. Sin embargo, el Senador Batres pretendía mantenerse en el cargo un año más. El tema llegó a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena (CNHJ) quien resolvió que el procedimiento por el cual la Senadora Fernández Balboa había sido electa era inválido. Finalmente, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) revocó la resolución de la CNHJ, ya que “esa atribución corresponde al funcionamiento de la bancada en el Senado y no del partido político”, con lo que confirmó la designación de Fernández Balboa.
Más allá de esta resolución, el diferendo hizo pública la disputa entre el ex presidente Batres y el Coordinador del grupo parlamentario Ricardo Monreal, pues éste apoyó la designación de Fernández. Frente a ello, Batres Guadarrama reprochó a Monreal por el apoyo a Fernández Balboa. No obstante, señaló que con el resolutivo de la CNHJ él se quedaba “muy contento y satisfecho, es para mí una gran victoria moral y política”. Previo a la publicación del resolutivo del órgano interno de Morena, Batres señaló que él dimitía de su pretensión de reelegirse en la Mesa Directiva a cambio de que Monreal dejara la presidencia de la Junta de Coordinación Política (Jucopo). Finalmente, Batres reconoció su derrota, no obstante que evidenció la lucha por el poder que tiene Morena y que al interior del grupo parlamentario está fraccionado.
Donde la disputa fue aún más complicada fue en la Cámara de Diputados. Ahí, el Presidente Muñoz Ledo pretendía continuar un año más al frente del máximo órgano camaral, apoyado por la mayoría de Morena.
Es importante recordar que dentro de la práctica parlamentaria existe un acuerdo entre los grupos parlamentarios para que el primer año de la legislatura presida la Mesa Directiva el partido mayoritario en la Cámara de Diputados, y de ahí en orden decreciente al resto de las fracciones. En la actual legislatura Morena tiene la mayoría por lo que presidió el año legislativo que recién concluyó en agosto, el primero de la LXIV Legislatura, por lo que en este segundo año le correspondía a un legislador del PAN. Sin embargo ante la pretensión de Muñoz Ledo de continuar en el cargo, las fracciones minoritarias (PAN, PRI, PRD y MC) se unieron en un bloque de tal manera que llevaron a una crisis el inicio del periodo ordinario, por lo que el primero de septiembre no se había llegado a un acuerdo y continuó funcionando la Mesa Directiva presidida por Muñoz Ledo.
Así pues, para la primera sesión se incluyó una iniciativa que reforma el artículo 17 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, la cual establece que el grupo parlamentario con mayoría absoluta presida su Mesa Directiva tres semestres legislativos, cada uno comprendido por un periodo de sesiones ordinarias y el receso inmediato posterior, puesto que por la vía de la negociación no se había llegado a un acuerdo. La sesión no pasó de ese punto ante un fuerte reclamo del bloque opositor.
Finalmente, y después de un ríspido debate, el presidente en funciones Muñoz Ledo desistió presidir la Mesa Directiva. Aunque ello diluía un poco el conflicto, no fue sino hasta la fecha límite que marca la ley, el 5 de septiembre, que se llegó a un acuerdo para que la diputada del PAN, Laura Rojas presida el órgano legislativo.
Estos conflictos reflejan en buena medida la dificultad que hay en el Congreso para establecer acuerdos. Se pensaba que con la mayoría que obtuvo Morena fruto de las elecciones del año pasado tendría manga ancha para aprobar leyes con facilidad; sin embargo, no se contemplaban las disputas internas de las fracciones, como en el Senado; y que las minorías unidas pueden bloquear los intentos mayoritarios como en la Cámara de Diputados.
Será un periodo ordinario difícil, pues se tiene contemplado abordar temas como la Ley de Amnistía, las leyes secundarias en materia educativa, además de la aprobación del paquete económico del 2020, entre otros.
Por otro lado, este segundo año de la LXIV Legislatura será el primero en la historia que ambas Cámaras serán presididas por mujeres: Mónica Fernández Balboa (Morena), en el Senado y Laura Rojas (PAN) en la Cámara de Diputados. No está mal para una legislatura que se presume es de la paridad de género.