Texto: Karen Castillo/@karencitatacha Ilustración: Belem Ilustra
Karina cuenta su testimonio con sentimientos encontrados, ella dice que le duele hablar de un lugar en el que ha crecido profesionalmente pero que también ha sido un lugar que la ha lastimado bastante.
Lo que inspiró a Karina para contar su experiencia fue escuchar las historias de muchas otras mujeres dentro de la universidad,
“Algo se prendió en mi …creo que eso es lo que sienten muchas, hartazgo. Las autoridades creen que con sus soluciones de cambiar agresores de plantel u otros pequeños cambios es suficiente.”
Karina cursó la preparatoria en una de las muchas preparatorias afiliadas a la UANL, la preparatoria 16 en el municipio de San Nicolás de los Garza, lugar en donde sufrió de abuso sexual por parte de un docente de la institución.
“En esas fechas no había esto que se vive ahora del movimiento feminista, por eso creo que muchas vivíamos en silencio.”
“Había un docente que daba clase de matemáticas, su nombre es Adrián, yo era muy inocente e ingenua, para mí era normal que esta persona hablara conmigo. Así pasaron meses pero las cosas subieron de tono. Adrián me pedía fotos y videos. Él tenía como 35-36 años.”
“Un día yo iba saliendo de un examen y me invito a salir, me llevó a su casa. En ese momento no pensé que estuviera mal pero “estando en el momento” le dije que NO, él no hizo caso a mi respuesta.”
“Después de esto yo no entendía, no sabía si yo había querido o no. Me sentí culpable. Después, él me dijo de que no dijera nada…yo no sabía que había pasado en mí, fueron días muy difíciles.”
Los familiares de Karina se enteraron de la situación ya que alguien les contó que Karina tenía una relación sentimental con Adrián.
Cabe recalcar que Adrián era mayor de edad mientras que Karina no cumplía con la mayoría de edad. Adrián también se encontraba en una situación de poder al ser maestro de Karina.
“Mis papás estaban muy molestos conmigo, dijeron que hablaríamos con las autoridades de la escuela para que me “ayudaran”, fue lo peor que pudo pasar. Sandra , la directora a cargo de esta preparatoria me revictimizó en todo momento, me dijo que yo lo inicié y que yo di mi consentimiento.”
“Fue horrible, yo sentí que me habían robado algo. En ningún momento fue preguntarme cómo estaba, cómo me sentía… hubo cero empatía por parte de Sandra y los docentes de este lugar.”
Karina relata que la directora Sandra aseguró a sus familiares que se había levantado un acta administrativa la cual sería enviada al Consejo de Honor y Justicia, jamás tuvieron conocimiento de qué paso con dicha carta.
Además, Karina menciona que la directora Sandra convenció a sus familiares de no levantar una denuncia penal a cambio de que Karina fuera transferida a otra preparatoria y Adrián despedido.
Sin embargo, Karina recientemente se enteró de que Adrián no fue despedido, y que continúa dando clases en otra preparatoria de la UANL, la preparatoria número 9.
“Recientemente descubrí esto y me da coraje pensar que mientras yo estuve toda mal y deprimida, él estuvo bien en otro lugar nuevo. A mí nunca me pidieron mi opinión, todo lo hicieron bajo a mis espaldas, fue muy difícil adaptarme a otro lugar…agradezco a la nueva prepa porque sabían la situación y me apoyaron.”
“Había momentos en los que pensaba que esa persona me iba a buscar, vivía muy paranoica, llegue a sentir que estaba cerca. Por años no pude vivir mi sexualidad ya que esta persona no usó ninguna protección por lo que viví desde ese día teniendo 16 hasta los 18 pensando que pudiera tener alguna ETS.”
“En la facultad fue lo mismo porque Adrián me contactó otra vez, eso me causo demasiado miedo y ansiedad. Él sabía en donde estudiaba, en donde estaba, tuve que cambiar mi privacidad en redes. Esto me afecto social y emocionalmente, me costó mucho confiar en las personas, tener e interactuar con amigos, intenté tener una relación sentimental pero no soportaba la presencia de alguien cerca de mí.”
“Yo llegué a la Universidad en una carcasa dura, quería estar sola, no quería hacer nada, ni tener equipos, lo bueno fue que conocí gente increíble de amistades que todavía tengo.”
Karina comenzó a tomar terapia, esto la ha ayudado a recuperarse del trauma causado por la violencia que sobrevivió, poco a poco ha logrado retomar su vida social y acercarse a las personas.
A pesar de los avances que Karina ha logrado, ella nos cuenta que la violencia que sobrevivió sigue afectando su vida al ver que Adrián continua dentro de la nómina de la UANL y en una preparatoria dando clases a otras adolescentes de las cuales él puede aprovecharse.
Karina expresa que esto es lo que más le ha molestado de la universidad.
“Es tapar las cosas…esconderlo un ratito para que no estés molestando y ya después no hacen nada. Yo no disfruté nada la prepa, fue muy difícil. Hasta el momento la sigo recordando con dolor, jamás sentí esa chispa de ser adolescente.”
“Te quitan todo, te dejan toda desnuda. Después de muchísima terapia entendí que no fue mi culpa, que me manipularon, y dudo que no haya más víctimas de él.”
“Me duele mucho que la directora de esa preparatoria, Sandra, la persona que me revictimizó y no mostró nada de empatía, se encarga ahora de todas las prepas de la universidad.”
“Se supone que la universidad tiene un protocolo y un órgano para atender a las mujeres pero no ha servido para nada. Yo espero que la UANL escuche a las víctimas y que de verdad nos escuchen. A nosotros nos exigen la excelencia, pagar las cuotas, ser respetuosos, porqué si con el alumnado son así… entonces porqué con los docentes no lo son…. espero que se tome en serio todo esto.”
Karina dice que estudiar en la UANL es difícil ya que el acoso está ahí todo el tiempo, a ella por ejemplo le da mucho temor encontrarse con su agresor un día. Lo que Karina desea es que toda la violencia, misoginia, y negligencia de la institución se conozca fuera de ella.
“Ya no creemos es la universidad, pero tenemos la esperanza de que si esto se sabe, alguien obligara a la universidad a escucharnos y hacer los cambios que se necesitan.”
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