Reportaje y Fotografía: Magda Zam /@magda_zam4
El 16 de marzo del 2020, a pocos meses de que se declaró la pandemia por el virus SARS-CoV2 (COVID-19) a nivel mundial, la Secretaría de Educación Pública (SEP) suspendió las clases de manera presencial en las escuelas de educación preescolar, primaria, secundaria, normal y para la formación de maestros de educación básica del Sistema Educativo Nacional, así como aquellas de los tipos medio superior y superior dependientes de la Secretaría de Educación Pública.
Como alternativa a las clases presenciales, la SEP implementó la estrategia “Aprende en Casa” que inició transmisiones a partir del 23 de marzo de 2020.
“Aprende en casa es una estrategia nacional de aprendizaje a distancia que tiene como propósito brindar el servicio educativo de tipo básico a través de los medios disponibles como la televisión, internet, radio y Libros de Texto Gratuitos a niñas, niños y adolescentes para garantizar su derecho a la educación, aún en contextos de emergencia” (Pública, 2021)
Según las cifras proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) 33.6 millones de personas estuvieron inscritas en uno de los niveles educativos antes mencionados, de los cuales el promedio general de audiencia televisiva durante 15 meses fue de 8.5 millones de televidentes por semana, representando un 25% del total de personas inscritas en los niveles educativos.
Las horas de mayor audiencia fueron las 9:30 am y 4:30 pm. Por género, predominaron las mujeres (54%) y por grupos de edad la mayoría la integraron niñas y niños de 4 a 12 años (52%), cabe mencionar que las transmisiones generaron un costo de 450 millones de pesos solo durante el primer semestre de transmisiones, los recursos fueron distribuidos a los diferentes grupos televisivos.
A pesar de los esfuerzos que realizaron de manera conjunta el Gobierno Federal, la sociedad en general y la SEP, se puedó observar que el programa “Aprende en Casa” tenía numerosas fallas en la planeación que impactaron la práctica y que, a pesar del gasto realizado, no logró resolver o contener la problemática del rezago educativo en México.
Durante la pandemia, padres de familia y estudiantes han enfrentado innumerables obstáculos, por ejemplo, la falta de internet en casa y la falta de equipo de cómputo. Estos obstáculos se pudieron resolver de manera exitosa en muchos de los casos, pero hay hogares y lugares en donde el internet y la señal de televisión no llegan.
“Aprender en Casa” en la región cañada de Oaxaca
Pudimos presenciar el caso de Jorge, un niño de 7 años que vive en la región cañada del estado de Oaxaca, actualmente es estudiante de segundo año de primaria. Jorge inició su educación primaria en medio de la pandemia; la mamá de Jorge, la señora Inés, recuerda que desde el principio fue muy difícil continuar con la educación de Jorge ya que no contaban con señal de televisión, ni mucho menos internet.
La familia de Jorge vive del trabajo del campo y esta conformada por 2 personas de la tercera edad, una adulto y 2 niños, uno de 7 años (Jorge) y otro de 4 años. Parte de la problemática que enfrentaron fue que la señal de televisión que llega al pueblo es solo por el sistema de paga (Sky) y ellos no contaban con el servicio.
Después de que Jorge pasara los primeros días sin poder tomar clases una vecina le permitió acudir a su casa para que junto con otra niña de la misma edad pudiera tomar sus clases. Al poco tiempo la vecina decidió ya no dejar que Jorge tomara sus clases en su casa, argumentó que el niño era muy inquieto y solo distraía a la otra niña provocando su atraso académico.
Una vez más la educación de Jorge se quedaba truncada, para poder resolver el problema, la familia de Inés que vive en la ciudad de México decidió contratar el sistema de paga para que el niño pudiera tomar sus clases, aun así los problemas continuaban pues al momento de realizar las tareas Jorge no podía solo, Inés, al no saber leer ni escribi,r no podía ayudarlo, además de no hablar en español.
Falta de estrategias para los estudiantes de habla indígena.
Cabe mencionar que las clases por la Televisión son completamente en español y la familia de Jorge son hablantes del Mazateco. Varias veces Inés intentó sentarse a lado de su hijo para poder ayudarlo a entender, pero esto no fue posible por la barrera que genera un idioma distinto.
Para resolver la situación, Inés decidió pagarle a un joven para que ayudara a Jorge con sus tareas, el joven le cobraba $20 por 2 horas diarias.
En un intento para acompañar la educación televisiva, los maestros del pueblo de Jorge comenzaron a repartir cantidades grandes de fotocopias con lecturas y ejercicios matemáticos para resolver, todas estas tareas las resolvía el joven que “ayudaba” a Jorge pero no le explicaba al niño los ejercicios.
Esta situación empeoró el nivel de educación de Jorge, quién terminando el primer año de primaria se encontraba con un rezago impresionante, sin saber leer ni escribir.
Después de varios meses, Jorge ya no tomaen cuenta las clases de la televisión, prefiere cambiar de canal. Inés se encuentra decepcionada, a pesar de los esfuerzos realizados, Jorge no está “aprendiendo en casa”, además, nota que a Jorge ya no le interesa la escuela, y vé a su hijo cada día un poco más harto y frustrado.
Valorando la situación Inés le pidió al maestro de Jorge que no lo pasara de año, pero el profesor le comentó que no era posible ya que desde hace varios años ya no podían reprobar a los niños y que con la situación de la pandemia debían aprobar a todos, situación que a Inés le impresiona y le cuesta entender,
“¿apoco mi hijo se va a quedar así como yo? Yo quiero que el aprenda a leer que vaya a la escuela para que más adelante no abusen de él, luego el maestro sólo lo califica por calificar, ¿qué no ve que mi hijo no sabe?, ¿porqué lo pasa de año? Tantas hojas que le dieron no le sirvieron de nada, solo para iluminar los dibujos que venían en las hojas y ese programa de la televisión no sirve, los niños no aprendieron nada, solo se burlaron de nosotros…”
Esto es parte de lo que menciona Inés al preguntarle por el programa “Aprende en casa”.
El regreso de la economía pero no de la educación
El joven que ayudaba a Jorge tuvo que migrar a la Ciudad de México por lo cual desde que Jorge inició su segundo año la situación ha sido compleja. El niño no logra resolver satisfactoriamente sus copias que le proporcionan cada semana y muchas de éstas también tienen fallas; ya sea faltas ortográficas o cuentas que no coinciden con los dibujos, por lo anterior, cada día el rezago es mayor. Parece ser que la pandemia de analfabetismo que azota a las comunidades no terminará en los años por venir.
En 2021, el regreso a clases fue aplazado en diversas ocasiones; en algunos estados se lleva a cabo un modelo híbrido de educación. A principios del 2022 el aplazamiento se debe a que la variante denominada Ómicron está tomando fuerza, sin embargo, las autoridades se rehúsan a cerrar antros, bares, restaurantes y templos.
“es entendible la preocupación por el retorno a las aulas, pero en Diciembre cuando la variante Delta predominaba, la asistencia a las escuelas fue del 92 % aprox y no hubo ningún brote grave”
Esto es lo que menciona Emiliano Sánchez, miembro del Consejo Directivo de la Red por lo Derechos de la Infancia en México.
Con lo anterior podemos observar las prioridades que tiene el Estado mexicano que prefiere no cerrar centros de espectáculos y entretenimiento, templos y centros comerciales, todos lugares donde se aglomeran grandes cantidades de personas.
En cambio, se opta por seguir con el cierre de escuelas que son parte fundamental para crear una sociedad con más eduación, valores y herramientas.
El sistema “Aprende en Casa” dejó al descubierto las fallas del sistema educativo, el cuál, desde hace mucho tiempo, necesita de una real reforma estructural y no laboral, dejé ver la importancia que tiene un profesor comprometido con sus alumnos.
“Un profesor, un alumno y un lápiz son capaces de cambial al mundo”.