Aun cuando faltan más de dos años para las elecciones presidenciales, el proceso electoral de 2024 ya inició. No de manera formal, pero sí en los medios de comunicación comenzamos a ver a cómo se mueven los posibles candidatos.
Por Max González Reyes
La singularidad del próximo proceso electoral donde se elija al Presidente de la República que gobernará en el periodo de 2024 a 2030, es que es promovido desde Palacio Nacional. En efecto, es el mismo Presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien dio el banderazo de salida para la elección del posible candidato de su partido (Morena) a sucederlo.
En sus conferencias mañaneras, el Presidente ha “sugerido” el método que se debe seguir en la elección del candidato del partido que él fundó: la encuesta. A partir de esas declaraciones, el presidente nacional de Morena, Mario Delgado, ha confirmado que se seguirá esa opción entre militantes y simpatizantes.
Aunado a ello, el propio presidente ha nombrado a los posibles candidatos de su partido a la presidencia, los cuales recibirán todo su apoyo: la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; y, el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández. A ellos se ha sumado por su propia cuenta el Senador y coordinador de Morena en dicha Cámara, Ricardo Monreal. Sin embargo, este último navega contra corriente pues al no ser nombrado como “corcholata” del presidente, es obvio que no lo apoyará. El Senador Monreal será una figura decorativa dentro del proceso de selección de Morena.
Desde hace unas semanas hemos visto cómo las “corcholatas” del presidente (Sheinbaum, Ebrard y López Hernández) se están moviendo para ganar simpatizantes. De aquí en adelante cada acto que hagan, tendrá un propósito electoral. De igual manera, cada pre candidato está armando su equipo de cara a la contienda interna en Morena, aunque ya se sabe que el gran elector es Andrés Manuel López Obrador. No sobra decir, que los tres precandidatos se cuelgan de la figura del mandatario, cada uno a su modo, pero comparten parte del protagonismo presidencial.
Si pensamos que las viejas prácticas que por mucho tiempo practicó el PRI en sus mejores años en el poder se habían ido, la realidad es que nunca se fueron. Hoy se ven más marcadas que nunca. En este tiempo comprobamos que la ventaja que tiene el partido en el poder para las próximas elecciones de 2023 y 2024 es muy amplia porque es apoyada y promocionada desde el poder mismo. En efecto, al mencionar por sus nombres a los candidatos en sus conferencias mañaneras, el presidente les está haciendo campaña puesto que sus palabras se replican a nivel nacional durante todo el día y con ello hace promoción de sus precandidatos.
Desde ahora las “corcholatas” de López Obrador están haciendo campaña: Sheinbaum anuncia conciertos gratuitos en el Zócalo de la Ciudad de México para buscar adeptos a su candidatura; Marcelo Ebrard hace público su número de whats app para que le escriban y tener contacto con la gente; López Hernández también da a los medios su número de whats para que le escriban con el añadido que él “sí contesta, no como otros”.
Aunado a ello, en los últimos fines de semana hemos visto reuniones de Morena que en realidad son mítines de campaña para promocionar a los pre-candidatos. El 15 de junio, hubo una gran concentración de ese partido en Toluca donde tres de los cuatro postulantes estuvieron presentes; hubo otra “asamblea informativa” el 26 del mismo mes en Torreón, a la cual solo faltó Marcelo Ebrard, quien días antes había anunciado que dio positivo de covid 19, lo que le impidió estar presente. No obstante, hubo gritos de apoyo a su precandidatura.
Estas prácticas recuerdan el viejo régimen del PRI donde el presidente designaba a su sucesor. Lo que hoy está haciendo López Obrador, es promover la pugna al interior de Morena, para hacer una fachada de elección, que él le llama encuesta, y con ello designar a su sucesor. De antemano, él mismo ha señalado que el que resulte ganador lo va a apoyar.
Los que en otro tiempo se quejaban del apoyo presidencial al candidato del partido oficial, hoy están repitiendo las mismas prácticas. Desde el Ejecutivo Morena dicta la línea y la agenda de los precandidatos. Cabe mencionar que el INE ha hecho llamados a no realizar actos de campaña anticipados, pero eso no hace mella en los contendientes, pues si tienen el apoyo presidencial, lo demás no importa.
Con el relevo anticipado, de aquí a 2024 veremos cómo se mueven los aspirantes. El presidente, gran elector, dicta el ritmo.