“Ausencia presente” es el nombre del mural que retrata la labor de las madres que buscan a sus familiares desaparecidos en el estado de Jalisco. Este, se encuentra en una de las paredes del establecimiento Azotea Bar Jacarandás, ubicado en Guadalajara.
La pieza muestra que, desde la fuerza y la resistencia, la lucha que realizan las familias buscadoras es semilla de rebeldía, capaz de desafiar al Estado que ignora el dolor que provoca la ausencia de sus amores.
Por Aletse Torres Flores / @aletse1799 / @Zonadocs
En Jalisco hay 15 mil 42 personas registradas como desaparecidas o no localizadas, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO). La cifra posiciona al estado como el número uno con más desapariciones en el país.
En la ciudad de Guadalajara se encuentra la “Glorieta de las y los desaparecidos”, sitio de memoria y exigencia por las personas desaparecidas en Jalisco. Este espacio fue apropiado y renombrado por las familias buscadoras.
Este lugar de memoria fue lo primero que llamó la atención de las artistas Janin Garcin, Dolores Navarro y Mari Mariel, quienes junto con Ale Poiré optaron por pintar un mural que también diera cuenta de la crisis de desapariciones en la entidad.
“Ausencia presente” es el nombre del mural realizado por las cuatro artistas mexicanas.
Ale Poiré explicó que comenzó como una comisión con temática libre de “Azotea Bar Jacarandás”, espacio ubicado en la colonia Chapultepec, en Guadalajara. Así decidió invitar a tres muralistas del país (Janin, Dolores y Mari) y juntas comenzaron a pintar su boceto.
Por su parte, Janin compartió que al comienzo no tenían una idea clara de qué ilustrar en la pared de 18 metros. Pero al ver la “Glorieta de las y los desaparecidos”, las artistas se sintieron inspiradas por los sentimientos de impotencia y tristeza que experimentaron al ver este espacio memorial. De ahí tomaron impulso:
“La verdad es que no son cosas que te esperas. Menos normales de ver en una ciudad. Luego escuchamos la canción de Silvana Estrada “Si me matan” y fue cuando decidimos retratarles” comentó Janin.
El proceso del mural fue aproximadamente de 8 días. Los bocetos fueron tomados de fotografías a modelos voluntarias inspiradas en las madres, así como de la fotografía de una búsqueda de campo.
El resto del tiempo se dedicaron a pintar la pared, compartir su sentir y crear un espacio seguro para enfrentarse juntas a este proceso de “catarsis”,:
“Un mural con una temática tan fuerte, te pega … fue una catarsis para todas estar en el muro, la verdad es que pudimos construir una compañía bien bonita. Acompañándonos, para poder acompañar a quienes buscan” señaló Janin.
“Se busca aquello que se ama”: la labor de las madres buscadoras
Cada una de las muralistas, reconoce el arduo trabajo de las madres que salen a buscar a sus “amores” desaparecidos, quienes se enfrentan a las autoridades, salen al campo y parece que “no le temen a nada”.
“Las mamás se mueven por el amor a sus hijxs. En un contexto tan devastador, entre ellas encuentran esperanza” sentenció Poiré.
Lamentablemente, al tener tan poco tiempo, no pudieron trabajar con colectivos de familias buscadoras, pero conversaron con una investigadora para lograr transmitir el mensaje que querían y lograr su propósito.
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Con sus manos y pinceles las muralistas decidieron acompañar a las mujeres que todos los días buscan justicia, verdad y a sus seres queridos desaparecidos, con amor y resiliencia.
Ale, puntualizó que no intentan educar a nadie, sino invitar a la población a solidarizarse con la causa, a acompañar también a las familias desde donde puedan. “Al compartir una ficha de búsqueda, asistir a una marcha o escuchar a un familiar, se está haciendo la diferencia” precisó.
Por su parte Janin, manifestó que es una forma de tejer redes de apoyo y entrelazar diversas disciplinas, las cuales pueden apoyar de alguna manera a quienes buscan:
“Yo no vivo aquí, pero creo que es una forma de sensibilizarnos, de no normalizar la violencia y exigir el regreso de cada persona que hace falta”.
Además, recordó que históricamente los muros se han ocupado para decir lo que está pasando en el día a día. Y al apropiarse de un muro, lo convierten en una herramienta de exigencia para las autoridades, memoria para las personas desaparecidas, reconocimiento a las familias y reflexión para el resto de la sociedad.
Finalmente, las artistas esperan “de corazón” que las pinceladas se sientan como un abrazo para cada persona que sigue en la búsqueda de su ser amado y haga su lucha menos solitaria.