La feria del trueque es una práctica comercial que se lleva a cabo desde tiempos prehispánicos y que se celebra el segundo domingo de cada mes en la plaza principal de San Pedro Cholula, donde se intercambian diversos productos.
Por Redacción / @Somoselmedio
El gobierno del Estado de Puebla, decretó el “Trueque de San Pedro Cholula” como Patrimonio Cultural Intangible del Estado. La decisión se tomó en base a los valores culturales antropológicos, históricos, artísticos y tradicionales que representa este trueque.
El Gobernador Substituto del Estado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, promulgó el Decreto del Ejecutivo del Estado, y se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 22 de enero de 2021.
El Decreto explica que el Trueque de San Pedro Cholula es una forma de intercambio que data de la Época Prehispánica en Mesoamérica y sigue siendo una práctica común en la actualidad. Esta forma de canje de productos ha mantenido su esencia a lo largo de los años al establecer un acuerdo por la equivalencia de los bienes. Además, esta actividad económica ha favorecido a los participantes al permitirles obtener productos que no se consiguen localmente sin necesidad de contar con una moneda para la transacción.
Uno de los lugares donde el Trueque tuvo gran importancia fue en San Pedro Cholula, Puebla, antes de la llegada de los españoles en el año 500 D.C. Este municipio se constituyó como un importante centro ceremonial dedicado a Quetzalcóatl, donde comerciantes de diferentes partes, incluso a 1000 kilómetros de distancia, acudían a la “Gran Plaza” para intercambiar productos elaborados por los habitantes de diversos pueblos. Esta actividad económica hizo de San Pedro Cholula una ciudad multicultural y un importante centro de intercambio, llegándose a conocer como “ciudad mercado”.
En San Pedro Cholula, Puebla, el Trueque sigue siendo una práctica común realizada por costumbre y de manera espontánea. Los habitantes de San Pedro Cholula, quienes acuden con sus productos a la Plaza de la Concordia desde fuera del municipio, acuden puntuales cada ocho de septiembre a realizar el intercambio sin necesidad de una organización previa.
Esta actividad económica ha servido como antesala para el desarrollo de otras prácticas culturales como la gastronomía, las ofrendas del Día de Muertos o la medicina tradicional, al suministrar los productos que les son necesarios y que no pueden encontrarse de manera inmediata en la localidad.