La Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País pidió a los gobiernos de Estados Unidos y Canadá no atentar contra la soberanía nacional y alimentaria. Esto después de los intentos de querer anular el decreto que prohíbe el glifosato y el maíz transgénico en territorio mexicano por ser dañinos contra la salud y el medio ambiente.
Por Abraham Reyes García / @Abraham_ReyesG
En un comunicado con fecha de 25 de agosto de 2023 la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País se mostró en contra de la injerencia a la soberanía nacional y alimentaria de México por parte de Estados Unidos y Canadá. Esto después de que, el pasado 31 de diciembre de 2020, se decretó por medio del Diario Oficial de la Federación un cambio en el modelo neoliberal llamado “Revolución Verde”.
En ese decreto se ordenaba la sustitución del herbicida glifosato, así como también la prohibición del maíz genéticamente modificado (MF). Ante ello, se ha hecho una campaña de presión de los Estados Unidos que busca contrastar este decreto y así seguir produciendo maíz transgénico en territorio mexicano. Checa el decreto aquí.
En el comunicado se menciona la petición que dependencias estadounidenses hicieron en junio de 2023, en el que cuestionan las bases científicas que sustentan el decreto.
Sin embargo, también menciona que el gobierno mexicano ha instado a hacer una investigación en conjunto con ambos gobiernos para determinar si es que existen daños a la salud humana a causa del glifosato y los maíces transgénicos. Pero que se han encontrado con una respuesta negativa por parte del gobierno de Estados Unidos.
Esta negativa, acusa la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, solo demuestra la verdadera naturaleza del asunto en el cual solo es imponer verdades por parte de gobiernos injerencistas a la soberanía alimentaria nacional.
Los defensores del maíz mexicano mencionan que los gobiernos de Estados Unidos y Canadá ignoran las evidencias que demuestran que tanto el glifosato como el maíz transgénico son dañinos para la salud, ejemplo de ello es el cáncer causado por el uso del herbicida como el glifosato. Ante ello, acusan de poner los intereses comerciales por encima de la salud. “Las empresas prefieren pagar las demandas antes que perder el negocio multimillonario que representa este herbicida”.
Además, acusan que el glifosato y el maíz transgénico no solo afecta la salud sino también el medio ambiente “productos transgénicos plagados de glifosato que contaminan la tierra, el agua, matan insectos polinizadores y afectan la salud de quienes siembran y consumen esos alimentos”.
Es por ello que se mantienen firmes en su decisión de defender a la industria campesina de pequeña y mediana escala, ya que esta puede ser una mejor alternativa para una producción de alimentos la cual no despoje a las comunidades de sus territorios, ni atente contra la biodiversidad, así como la salud humana y ambiental.
La Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País también mostró su apoyo al gobierno mexicano para la protección de los maíces nativos de México, un alimento base de los mexicanos que es considerado Patrimonio Intangible de la Humanidad por la UNESCO.