Normalistas demandan la aparición con vida de los 43 estudiantes desaparecidos en 2014 y acusan al ejército de complicidad, mientras el gobierno enfrenta creciente presión por respuestas.
Por Tlachinollan / Fotografías Jessica Torres
Estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa protestaron en la 35 zona militar en Chilpancingo, Guerrero, para exigir la presentación con vida de sus 43 compañeros desaparecidos el 26 y 27 de septiembre de 2014, y reclamaron al ejército mexicano de haber participado en la desaparición forzada y de ocultar la información. También señalaron que “el ejército es el verdadero culpable”.
A medio día los normalistas plantaron un mitin en la puerta 1 de la 35 zona militar. Ahí dijeron que el ejército estuvo en la noche tétrica de Iguala. Desde que los estudiantes salieron de la normal estaban monitoreados. Había militares infiltrados. “¿Qué tantas ganas tienen de investigar a Ayotzinapa? Aquí se forman docentes, pero este gobierno a través de sus fuerzas militares, de la policía estatal, persigue a los normalistas”.
El Grupo Interdisciplinario de Expertos y Expertas Independientes (GIEI) en sus informes mostró que el ejército mexicano había participado directamente en la desaparición de los 43 estudiantes, y lo confirmó Alejandro Encinas con el informe de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa (Covaj). En esta tesitura los estudiantes informaron que saben “existió un programa Pegaso que intervenía los celulares de los normalistas y que utilizaron durante los ataques del 26 de septiembre. Los militares no hicieron nada por defender a nuestros compañeros. Ese fue el ejército del gobierno, esa fue su policía que deberían tratar de cuidar a los ciudadanos, pero son los mismos que se encargan de desaparecerlos”, aseveró un estudiante.
En lugar de proteger a los estudiantes, “simplemente reprimir a los estudiantes de Ayotzinapa, los hostiga y los persigue” en sus protestas y “vigilan nuestras manifestaciones”. Los ciudadanos y ciudadanas son monitoreadas a través del C4. Hace nueve años pasó con los normalistas en Iguala, pero las grabaciones fueron supuestamente destruidas y hasta ahora no se sabe nada de los 43 jóvenes. El ejército sabe, “ellos son los verdaderos culpables. Son los que tienen manchadas las manos de sangre, no se hagan los inocentes”, denunciaron los normalistas.
“La cuarta transformación prometió encontrar a nuestros 43 compañeros, pero terminó siendo lo mismo que los anteriores gobiernos. El presidente de México en su campaña pidió votos y dijo que el caso Ayotzinapa lo solucionaría en menos de un año. Ya va a acabar su sexenio y el caso sigue igual. Lo único que tienen es un informe de la Covaj donde presentan algunas capturas de pantalla que después el GIEI desestimó porque no había sustento, la información no era contundente. En fin, este gobierno nos quiso vender otra verdad histórica”, señalaron.
Los estudiantes normalistas hablaron de que con la información vertida en el caso Ayotzinapa, las autoridades federales les ha servido para generar una narrativa que deja más dudas que respuestas de verdad. Es preocupante para las madres y padres llegar a 9 años sin que tengan la certeza del paradero de sus hijos. En estas fechas su dolor se ahonda, y se ahogan con sus lágrimas sólo recordando la infamia de los gobiernos.
El ejército tiene la información sobre el posible paradero de los 43 estudiantes, pero ha negado tajantemente los archivos que se encuentran en el Centro Regional de Fusión de Información. Es indescriptible e inaceptable esta negativa de los militares. Las madres y padres esperan que en los próximos días puedan tener una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador, no para calmar su dolor, sino para que les dé respuestas sobre sus hijos.
Al termino de las protestas, los normalistas lanzaron algunos petardos que hicieron retumbar las instalaciones militares. Si la palabra no es escuchada están los estruendos de los petardos para que oigan el grito de dolor, desesperación e incertidumbre de las familias. Al final los elementos castrenses respondieron con gases lacrimógenos aun cuando los jóvenes se habían retirado. El cálculo de los militares siempre ha sido arremeter contra la población, no les importa la ciudadanía, prefieren responder con la fuerza.
La movilización se da porque hay un panorama crucial en el caso Ayotzinapa. Las autoridades dejaron el diálogo con las familias, cuando las madres y padres tienen esperanzas de encontrar a sus hijos. Es un crimen de Estado que los gobiernos tienen la responsabilidad de responder, pues no es un crimen de gobierno. Este es el caso que puede cambiar la historia de México si se llega a la verdad y se hace justicia.