Colombia 21/10/18.- La educación en Colombia se ha consolidado como uno de los panoramas más controversiales en la esfera social y económica, las falencias y la indiferente inversión del gobierno a este sector ha obligado a desencadenar movilizaciones y manifestaciones masivas alrededor de todo el territorio.
Las movilizaciones estudiantiles organizadas el 10 y 17 de octubre del presente año, han evidenciado la realidad que circunda los espacios de la comunidad de la educación superior, los planteles, la infraestructura, la atención, la participación científica y hasta las necesidades básicas que debe cumplir cualquier alma mater, se ven perjudicadas a raíz de un desfalco de los recursos que se les recortan para invertir en espacios que solo alimentan una cultura violenta y corrupta.
El presupuesto destinado para la educación superior se vio congelado a partir de la ley 30 de 1992, manifestando así un déficit para cubrir el fuerte crecimiento de la comunidad estudiantil, debido a esto también se le suma la petición de modificar y replantear la ley en varios de sus artículos, en el congreso de la república se han llevado a cabo diferentes sesiones y reuniones para solventar la situación, pero no han sido suficientes para resolver la deuda presupuestal en el sector de la educación, a su vez, los representantes estudiantiles que han participado en los diferentes debates, afirman la indiferencia y la falta de voluntad política por parte de los legisladores.
Pero no todo es realmente malo, en el departamento del atlántico la Universidad del Atlántico es la vocera en el marco de la educación pública, los estudiantes que participaron de la marcha, se unieron sin importar la diferencia de grupos representantes de la universidad, se rompieron los esquemas y la alteridad en los diferentes programas, para unirse en una sola voz. Muchos docentes del plantel han catalogado el evento como un hecho histórico y jamás antes visto, que tantos funcionarios e incluso muchas universidades privadas y estudiantes se sumen a promulgar un cambio.
Durante las marchas realizadas en el departamento, se evidencio la creatividad y la capacidad pacifica que poseen los estudiantes para dejar un mensaje claro y concreto a la ciudadanía: se quiere mayor respaldo e inversión a la educación pública del país.
Finalmente, también se ha unido a la causa los colegios de Colombia, pidiendo al gobierno mejoras en el ámbito educativo, todo esto concluye en que el paro nacional estudiantil sigue en pie hasta que el gobierno exprese una solución eficaz y capaz de suplir las peticiones en su totalidad, a largo o corto plazo.