Ante la escalada diplomática entre México y Ecuador, el Gobierno mexicano toma medidas para proteger a su personal diplomático mientras otorga asilo político a un ciudadano ecuatoriano. La tensión crece en medio de reclamos de respeto a la soberanía y a las obligaciones internacionales.
Por Redacción / @Somoselmedio
En respuesta a las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia matutina, donde se refirió al asesinato del excandidato presidencial de Ecuador, Fernando Villavicencio, el gobierno ecuatoriano, bajo el mandato de Daniel Noboa, ha declarado “persona non grata” a la embajadora mexicana en Quito, Raquel Serur Smeke.
Al respectó, el Gobierno de México informó que instruyó a la embajadora Serur Smeke a regresar a México para resguardar su seguridad e integridad.
A través de un comunicado, el Gobierno de México informó que desde su presentación de credenciales en junio de 2019, la embajadora desempeñó una labor diplomática, promoviendo el diálogo político entre México y Ecuador, y brindando atención a la comunidad mexicana en el país. Durante su gestión, se llevaron a cabo tres visitas presidenciales y “se fortalecieron los lazos empresariales y culturales entre ambas naciones. México lamenta esta decisión diplomática considerándola desproporcionada.”
La Embajada de México en Ecuador quedará a cargo del ministro Roberto Canseco, quien continuará operando con normalidad para atender las necesidades de la comunidad mexicana en ese país.
Por otra parte, el Gobierno de México decidió otorgar asilo político al señor Jorge David Glas Espinel, actualmente en la Embajada de México en Quito. Esta decisión será comunicada oficialmente a las autoridades ecuatorianas junto con la solicitud de un salvoconducto, conforme a la Convención de Asilo Diplomático de 1954, de la cual México y Ecuador son Estados parte.
El Gobierno mexicano también rechazó el incremento de la presencia de fuerzas policiales ecuatorianas afuera de la Embajada de México en Quito, considerándolo un hostigamiento y una violación a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. México exigió a Ecuador respetar su soberanía, garantizar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas y cesar el hostigamiento.
En caso de mantenerse esta situación, el Gobierno de México responsabilizó a Ecuador de cualquier afectación a su sede diplomática, al personal acreditado y a todas las personas bajo la protección del Estado mexicano en Ecuador.