Las comunidades indígenas de las regiones Montaña y Costa Chica en Guerrero, afectadas gravemente por el huracán John, exigen una respuesta urgente de Claudia Sheinbaum y Evelyn Salgado ante la falta de servicios básicos, la pérdida de cosechas y las desapariciones de personas, mientras denuncian la discriminación y el abandono mediático.
Por Mario Marlo / @Mariomarlo
Guerrero, México, 5 de octubre 2024.- El Consejo Regional de Autoridades Agrarias en Defensa del Territorio (CRAADET) emitió un llamado urgente dirigido a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y a la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, para que se atiendan de manera inmediata los estragos causados por el huracán John en las regiones Montaña y Costa Chica que dejó a numerosas comunidades indígenas en una situación crítica, con pérdidas materiales significativas y desafíos que comprometen la vida diaria de sus habitantes.
Desde el 23 de septiembre, el huracán John impactó estas zonas de Guerrero, provocando graves daños en las infraestructuras de comunicación y en el suministro de servicios básicos como electricidad y agua potable. Las comunidades afectadas, muchas de ellas parte del CRAADET, han enfrentado cortes de energía eléctrica, interrupciones en la telefonía y en el acceso a internet, así como la destrucción de viviendas y sistemas de agua.
El CRAADET destacó la desaparición de Daireni Aburto García, una niña de la comunidad de La Lucerna, en el municipio de Malinaltepec, y de Arquímedes Modesto, residente de Colombia de Guadalupe, quienes fueron arrastrados por las lluvias y deslizamientos de tierra. Estas desapariciones reflejan el nivel de devastación que enfrenta la región.
Además de la pérdida de comunicaciones y servicios básicos, el huracán John ha agravado la situación económica de las comunidades, particularmente aquellas dependientes de la agricultura. Según el comunicado del CRAADET, muchas cosechas que estaban a punto de ser recogidas fueron destruidas por las fuertes ráfagas de viento y las lluvias torrenciales. La pérdida de estas siembras de maíz, café y otros cultivos esenciales coloca a las familias en una situación de emergencia que afectará tanto el corto como el mediano plazo.
El acceso a las comunidades afectadas también se ha visto severamente comprometido. Los caminos y carreteras, incluidos los tramos de la carretera paraestatal Tlapa-Marquelia, han sido bloqueados por derrumbes, lo que dificulta la llegada de ayuda humanitaria y la evacuación de los habitantes en situación de riesgo. Ante esta situación, el CRAADET exigió la movilización urgente de maquinaria pesada para la reapertura de vías, lo cual es crucial para el transporte de suministros y la asistencia médica.
La crisis sanitaria también es uno de los puntos críticos mencionados en el llamado a las autoridades. La falta de acceso a agua potable y la destrucción de las líneas de distribución de agua han dejado a muchas familias vulnerables a enfermedades, en especial en comunidades como Tlacoapa, Malinaltepec, Iliatenco y Ayutla de los Libres. Por lo que el CRAADET hizo un llamado a que se rehabiliten las redes de suministro de agua potable para prevenir un brote de enfermedades en estas zonas afectadas.
Adicionalmente, las autoridades comunitarias solicitaron la provisión inmediata de maíz y frijol para asegurar que las familias puedan sobrevivir mientras se recuperan de la crisis.
El Consejo de Autoridades Agrarias enfatizó que las comunidades de la Montaña y Costa Chica han sido históricamente marginadas y que, a pesar de la magnitud de la catástrofe, no han recibido la cobertura mediática adecuada. En el comunicado, se critica que la atención pública se ha centrado mayormente en Acapulco, mientras que cientos de pueblos indígenas han sido ignorados por los medios y, en consecuencia, por las autoridades.
“Les pedimos la urgente búsqueda de Daireni Aburto García y de Arquímedes Modesto, y que se apoye a sus familias. Pero también solicitamos que dejen de mirar solo al puerto de Acapulco y reconozcan la magnitud del desastre en nuestras comunidades”, expresó el comunicado.
Por lo que las comunidades demandaron que los tres niveles de gobierno se coordinen para brindar una respuesta efectiva, con recursos financieros, humanos y técnicos suficientes para atender esta emergencia en todas sus dimensiones.
Finalmente, concluyeron con un llamado a que esta crisis se convierta en una oportunidad para erradicar la indiferencia y la discriminación hacia los pueblos indígenas de Guerrero. Los firmantes insistieron en la necesidad de construir un plan de atención a largo plazo que permita a las comunidades reorganizarse y fortalecerse frente a futuros desastres naturales.