Organizaciones y pobladores del Río Atenco rechazan la reactivación de la la Presa Milpillas, denuncian manipulación y exigen respeto a su territorio.
Por Mario Marlo / @Mariomarlo
Zacatecas, México.- Las comunidades del Río Atenco, en Zacatecas, volvieron a encender las alertas ante la reactivación del proyecto de la Presa Milpillas. Desde hace más de ocho años, los pobladores han resistido la imposición de esta obra, que amenaza con despojarlos de su territorio y afectar gravemente su forma de vida. Ahora, denuncian que el gobierno estatal y federal han retomado estrategias de presión y engaño para avanzar con el proyecto, ignorando el rechazo de los afectados.
Según los habitantes de Jiménez del Teul, Potrero, Atotonilco, Estancia de Guadalupe y Corrales, el gobierno de Zacatecas ha intensificado su presencia en las comunidades con visitas “informativas”, entrega de despensas y la organización de eventos sociales para ganar la confianza de la población. Sin embargo, estos acercamientos son vistos como tácticas de manipulación similares a las utilizadas en el pasado, cuando las autoridades intentaron dividir a las comunidades con promesas y presiones.
Las recientes declaraciones de Susana Rodríguez Márquez, titular de la Secretaría del Agua y Medio Ambiente (SAMA) de Zacatecas, han generado aún más inquietud. La funcionaria aseguró que se están realizando reuniones para “buscar el consenso” y que hay avances en las negociaciones con los propietarios de los terrenos involucrados en la obra. Sin embargo, los pobladores desmienten estas afirmaciones y aseguran que el rechazo al proyecto sigue firme.
En 2019, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) retiró una inversión de 504 millones de pesos destinada a la construcción de la presa debido al incumplimiento de acuerdos por parte del gobierno estatal. La falta de permisos y la negativa de las comunidades a vender sus tierras provocaron que la obra quedara suspendida.
A pesar de estos antecedentes, las autoridades han incluido nuevamente la Presa Milpillas en el Plan Nacional Hídrico 2024-2030. Según Rodríguez Márquez, el proyecto requiere una inversión de 8,800 millones de pesos, monto que actualmente buscan volver a etiquetar. Esto ha despertado sospechas sobre el posible uso irregular de recursos públicos y la insistencia en impulsar una obra que no cuenta con el respaldo de los pobladores.
Las comunidades del Río Atenco reiteraron su negativa a la construcción de la presa, argumentando que el agua de la región no debe destinarse a beneficiar a empresas mineras, cerveceras y refresqueras a costa de su territorio. También han denunciado que el actual gobierno federal pretende revivir proyectos hidráulicos rechazados en sexenios anteriores, como la presa Las Cruces en Nayarit y la hidroeléctrica El Naranjal en Veracruz.
Ante este panorama, los pobladores exigen transparencia en el manejo de los recursos, una investigación sobre la corrupción detrás del proyecto y el respeto a su derecho a decidir sobre su territorio. “No queremos la presa Milpillas y no vamos a permitir que nos despojen”, advierten.
Las comunidades hicieron un llamado a la sociedad civil y a organismos defensores de derechos humanos para frenar la imposición de este proyecto y evitar que se repitan los intentos de despojo que han afectado a tantas comunidades en el país.