Salir a las calles y levantar la voz, protestar contra todas las formas de violencia, aprender a disentir de la sumisión que impone el machismo, gritar llenas de valor para denunciar, aunque no sean escuchadas, aunque una cultura criminal donde impera la impunidad les dé una bofetada en la cara.
Son alumnas de la Preparatoria Oficial 128 “General Francisco Villa” del Municipio de Ecatepec, el más peligroso del Estado de México y que en el marco del Día internacional de la eliminación de la violencia hacia las mujeres, que se celebra el 25 de noviembre, convocaron a este performance. Su escuela se encuentra en la colonia Hank González, considerada la más peligrosa del municipio, van gritando consignas contra la violencia machista sobre la avenida San Andrés; automovilistas y microbuseros faltos de respeto les avientan sus vehículos en señal de hostilidad, reflejo de arbitrariedad e intolerancia mientras ellas caminan con una manta que dice “Las mujeres no somos desechables”.
Se dirigen a la plaza principal de San Pedro Xalostoc, lugar de nacimiento del actual gobernador de la entidad, Eruviel Ávila Villegas, administración durante la cual ha ido aumentando de forma alarmante la violencia en todos los sentidos, principalmente hacia las mujeres. De acuerdo a la investigación hemerográfica realizada por la Red Denuncia Feminicidios Estado de México, en las colonias aledañas a la preparatoria, tan solo en lo que va del año han habido 16 asesinatos de mujeres en su mayoría jóvenes, algunas quemadas, descuartizadas, violadas, arrojadas de algún vehículo, todas con saña extrema todas con el sello del machismo y la misoginia criminal.
Debido a la presión de organizaciones civiles y de derechos humanos, en julio pasado se decretó la Alerta de Violencia de Género en 11 de sus 125 municipios. A estas fechas los habitantes siguen esperando las políticas de acción y estrategias por parte del gobierno para dar frente a esta terrible emergencia de seguridad y derechos humanos.
De vez en cuando levantan el brazo izquierdo con el puño cerrado en señal de lucha y gritan: “¡Ni objeto ni desecho, mujeres con derechos!”. Usan vestidos hechos por ellas mismas con objetos desechables, muchos de ellos tomados de la basura de su casa, con periódicos, con fichas y discos compactos, visten con bolsas de plástico, con cartón de rollos de papel higiénico y latas de cerveza, con envolturas de frituras y taparroscas, realizados en el taller “Mujeres, Arte y Política” impartido en la preparatoria por el profesor Manuel Amador, quien coordina el performance que estamos presenciando “Las mujeres de la periferia no somos desechables”, mismo que cuestiona la visión machista que mira a la mujer como un objeto reemplazable y de pertenencia.
En la preparatoria y principalmente el taller se ha impartido con un enfoque puntual de equidad de género, las acciones de éste se van replicado en toda la escuela, de hecho un grupo de alumnos de primer semestre decidieron libremente realizar un vestido y salir a marchar y para participar en el performance.
“Yo me vestí así, al igual que varios de mis compañeros para representar la equidad de género. Aquí en nuestro contexto los hombres tienen la idea del machismo, de golpear a las mujeres, tienen esa idea errónea con la que yo estoy en desacuerdo. Por eso me vestí así, no sólo por exhibirnos o para divertirnos, sino para decir que hombres y mujeres somos iguales”, comentó Eduardo Paz de primer semestre.
Han llegado a la Plaza de San Pedro y Liliana Cabrera, de quinto semestre toma la palabra, “nosotras no nos vamos a oprimir, no nos vamos a esperar a que nos vengan a pisotear, a que nos vengan a tirar a una barranca, a que nos lleven descuartizadas a nuestras casas; al contrario, queremos regresar con bien, seguras. Queremos terminar con esta violencia, seguir luchando, porque se nos está haciendo costumbre, la violencia no es algo normal.”
“El modelo económico neoliberal tiene rostro de abandono, a las mujeres se nos trata como objetos, como algo desechable, se nos niega el derecho porque somos gente pobre”, dijo desde en un pronunciamiento Melani de tercer semestre.
“Han roto los sueños de mi madre, han pisoteado los sueños de mi sombra, han burlado nuestro cuerpo, no somos desechables. Camino para renunciar a este destino […] somos las locas en medio del polvo de la indiferencia, las locas que emergen de entre la basura, dueñas de nuestros sueños […] somos el canto de las libres, las provocadoras del alma sin miedo, almas brujas voladoras sobre los bosques del concreto […] ni menos, ni santa, ni princesa, ni mujer desechable, sólo mujeres […] no somos objeto de los hombres, somos nosotras dueñas de nosotras, no somos basura, ni desecho, somos mujeres con derechos”, recitan Damari, Alejandra, Gabriela, Iveth y Areli un poema articulado por su profesor a partir de frases de ellas mismas y recopiladas en el taller.
“El performance inició desde el momento de la realización de los vestidos en el taller, cada vez que iban colocando los materiales de basura y desechables, las alumnas iban dejando ahí todas esas ideas que la sociedad les ha inculcado, toda esa ideología que hace sentir menos a las mujeres.”, comentó Manuel Amador.
Ha terminado el poema y llega el momento de desprenderse de esa piel de basura, de esa piel de desecho. Cada una al desprenderse del vestido dejarán ahí en el asfalto, en la plaza pública de San Pedro Xalostoc, todo eso con lo que no se sienten libres, que las oprime, lo que tanto mal nos está haciendo, lo que nos está aniquilando como sociedad.
¡A ver qué hace Eriviel Ávila con todo eso!
Los vestidos se exhibirán en el Museo de la Mujer, en el Centro de la Ciudad de México (Bolivia 17, Centro Histórico), en su “Campaña 16 días de activismo contra la violencia de género”, a partir del 25 de noviembre de 2015.
[…] mujeres que gritan para hacerse visibles, que a su corta edad disienten la imposición de una cultura machista, a través de sus voces, […]