Nueve años después de la ejecución extrajudicial de Antonio Vivar Díaz por la policía federal en 2015, no hay avances en las investigaciones ni castigo para los responsables. Las familias siguen enfrentando indiferencia y amenazas, pero mantienen viva la lucha por la justicia en un contexto de impunidad persistente.

Por Redacción / @Somoselmedio

Tlapa, Guerrero, 7 de junio de 2024. Sin justicia, a 9 años de la ejecución extrajudicial de Antonio Vivar Díaz (Toño) por elementos de la policía federal en el 2015, en pleno proceso electoral. No hay ningún avance en las investigaciones y peor aún porque los responsables no han sido castigados. La autoridad federal no les importa el dolor de las familias, al contrario, han dejado que reine la impunidad. A pesar de que hay un testimonio de que un policía disparó y que el mismo policía declara que llevaba su arma, las autoridades no han procedido para que la familia acceda a la justicia.

El asesinato de Antonio ocurre en un contexto convulsionado por la exigencia de presentación con vida de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. En la Asamblea Nacional Popular (ANP), presidida por las madres y padres, las organizaciones sociales acordaron elevar la protesta tomando los ayuntamientos municipales. Tlapa fue uno de los primeros que fue tomado por el Movimiento Popular Guerrerense (MPG), donde militaba Toño. Para subirle de tono a la protesta plantearon un boicot a las elecciones del 7 de junio de 2015. La tensión incrementó considerablemente desde el primero de junio cuando un grupo de choque de taxistas desalojaron violentamente a los del MPG, Toño resistió hasta el último momento entre las llamas. El 5 de junio el mismo grupo de choque y la policía antimotín reprimieron una marcha de maestras y maestros. La violencia institucionalizada, orquestada por las autoridades estatales, federales y municipales con apoyo de los taxistas, escaló el 7 de junio con la detención de maestros. Los colonos repicaron las campanas para organizarse y con las horas lograron retener a una decena de policías federales para exigir el regreso de los detenidos, trasladándolos a la iglesia de la colonia El Tepeyac. Entrada la noche todo se desbordó cuando la policía federal y la policía militar entraron violentamente a rescatar a sus compañeros. Ahí fue cuando un policía le disparó a Toño.

No hay atisbo de justicia. Albertano, hermano de Antonio, recordó que el año pasado tampoco había resultados sobre el “crimen que la policía federal perpetró en contra de nuestro hermano”. Agradeció a la representación de las madres y padres de los 43 estudiantes desaparecidos, al Frente Popular de la Montaña, la CETEG y el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan del homenaje en la tumba de Toño para hacer un mínimo de presión al presidente Andrés Manuel López Obrador. “Hace un año dije que nos había fallado y lo puedo sostener, pero no le puedo echar toda la culpa porque esa persona llegó al poder con miles de personas desaparecidas por parte de los gobiernos anteriores y, sobre todo, el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien estaba encabezando cuando asesinaron a nuestro hermano Antonio Vivar. Era él quien tenía que haber resuelto, sin embargo, hizo todo lo posible con todas sus instituciones de cerrar el caso… No pasó mucho tiempo cuando nos dijeron que el caso de nuestro hermano ya se había dado carpetazo. Nos puso demasiado triste, con demasiada impotencia, pero en algún momento confiamos en que si cambiaba un poco el gobierno, en ese entonces venía Andrés Manuel, iba a haber un avance. Lo abordé varias veces y me dijo que se iba hacer justicia. Sin embargo, ha sido tardía esta justicia porque ya son 9 años. Nueve años de impunidad, de coraje, de rabia…”

Abundó que en el camino de la justicia “nos encontramos con amenazas, intimidaciones de organizaciones que van con los partidos políticos o bien instituciones policiacas que nos ven haciendo este tipo de mítines, pero el coraje es más fuerte para avanzar. Nosotros como familias ya perdimos el miedo porque lo más querido, lo más fuerte y aguerrido que teníamos ya nos lo quitaron: nuestro hermano Antonio. Nos dejó una gran lección de lucha porque por más amenazas y propuestas que le estaban haciendo jamás dobló las manos y jamás agachó la cabeza, pero fue una desgracia porque le costó la vida… Toño sigue presente en todas las personas que se encuentran aquí y lo siguen teniendo presente en cada movimiento… En un año se cumplirá una década, hace un año decía que ojalá en este año hubiera un avance, mínimo un policía estuviera tras las rejas, pero son puras largas por parte de las autoridades. Por eso vamos a seguir en pie de lucha para que también el caso de los 43 tengamos justicia. Aquí ya sabemos dónde están los restos, pero la desgracia de los 43 es que sus padres van cayendo y no se llevan la dicha de ver de nuevo a sus hijos”.

Abel Barrera Hernández, director de Tlachinollan, le habló a Toño: “estamos resistiendo, seguimos luchando, seguimos exigiendo justicia y no pararemos. El aparato de justicia lamentablemente no realiza investigaciones para castigar a quienes han violado derechos humanos. Traemos una lista en Guerrero desde los 70 hasta la fecha que no hay investigación y castigo a quienes han desaparecido a personas, a quienes han torturado, a quienes han ejecutado, y que a pesar de este movimiento que se ha dado desde las madres en catedral de Rosario Ibarra para exigir la presentación de sus hijos hasta el movimiento de los 43 sigue ese grito de que fue el Estado, de que vivos se quiere que los presente el Estado. Esta lucha es parte de este movimiento que ha nacido en Guerrero desde la gente que está en el campo y ciudades que han luchado para tener un techo y un pedazo de tierra, un trabajo remunerado, una plaza, seguridad social, pero no se ha podido. Han pasado gobiernos tanto de los caciques como de los nuevos partidos del PRD y Morena y todavía vemos sumida a la Montaña en la pobreza, en el olvido, en la discriminación y en el abandono. Esto a Toño le cimbraba, le increpaba y lo cuestionaba; qué hacer para que no siga prevaleciendo esta desigualdad atroz que hay en la Montaña, sobre todo, la gente del campo”.

Señaló que por eso el homenaje de Toño, “porque estuvo dispuesto a dar la batalla, primero, para que el Estado dijera dónde están los 43. Tomaron el ayuntamiento y sabían a lo que se enfrentaban, fueron los que más días aguantaron resistiendo en los corredores del ayuntamiento municipal. Fueron desalojados por los mismos representantes de los partidos políticos, por las mismas autoridades municipales, se coludieron con policías estatales y federales y el gobernador para desalojar a los que estaban exigiendo investigaciones y avances sobre los 43. También fue un acto de resistencia y rebeldía a llamar a que la población no participara al proceso electivo del 2015. Tocar el sistema, sobre todo, cuestionar al proceso electoral para las autoridades significaba un desafío, y por esa razón los desalojaron, golpearon a los maestros, al compañero Juan Tenorio por poco lo privan de la vida”.

“Por eso Antonio no se arredró cuando los desalojaron del ayuntamiento. Ahí permaneció en medio de la hoguera que dejaron al quemar las cosas con las que dormían en el ayuntamiento. Ahí estuvo con esa figura señera y valiente de un joven dispuesto a todo. Por eso, Toño estamos aquí, contigo y resistiendo. Así como no ha habido justicia para ti, tampoco se ha encontrado a los 43 y tampoco ha habido justicia para Arnulfo Cerón que posteriormente fue desaparecido y ejecutado. Toño, Aquí estamos en este rezo de los principales; va toda nuestra oración, todo nuestro respeto y también va para que el cielo llueva, porque con el sol quemante hasta la naturaleza está enojada, y que llueva justicia Toño, es lo que soñamos en la Montaña. Que las familias encuentren a sus hijos, que se castigue a los responsables y que se acabe con tanta impunidad. Que viva Toño”, concluyó con la exigencia Abel Barrera.

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