Por: Natalia Escobar/@AlesitaNaty
Fotografías: Itzel Plascencia / @LuchadorasMX
En el balcón central de la ex sede de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, hoy convertida en la Casa Okupa Refugio Ni una Menos, tuvo lugar un hecho sin precedentes: la antigrita, que remplazo la proclama a los personajes que dieron inicio a la independencia de la Nueva España. Los ¡vivas! se convirtieron gritos de justicia y sororidad que se resumieron en la exigencia de: ¡vivas nos queremos! El clamor no es para menos, pues en México se estima que asesinan a 10 mujeres al día.
Para dar inicio al evento denominado antigrita una mujer encapuchada con una prenda morada señaló: “nosotras hemos respondido desde el arte, desde el amor y ese amor es el que nos hizo tomar este espacio… Y es lo que más nos han criticado por qué derechos humanos y no la Procuraduría General y lo que queremos evidenciar es que no existen derechos humanos para las mujeres en este país y no hay instituciones que estén respaldando, resguardando o atendiendo a las mujeres que somos víctimas de la violencia no hay una mujer en este país que no haya vivido algún tipo de violencia, y desde esa lógica es que se da inicio a esta Antigrita”.
La mujer encapuchada, pasada las cinco de la tarde mencionó: “la patria no nos representa. Queremos una matria que nos acompañe y nos abrace, una matria feminista que forme parte de cada una de las expresiones que tenemos de ser feministas, porque no hay un feminismo hegemónico”.
Yesenia Zamudio, una de las mujeres que participa en la protesta señaló que este año ‘la Antigrita’ la darían “las chingonas, las mamás”. Y agregó: “no van a ser las feministas las famosas o una sola, todas, todas las mamás, las que gusten, las que exigen, las que marchan, las que rompen, las que queman, ellas son las que están aquí”.
Durante la antigrita mujeres raperas, cantantes y familiares víctimas de feminicidio, violencia de género y desaparición forzada dieron su testimonio de búsqueda de verdad y justicia en sus respectivos casos.
En las inmediaciones de la Casa Okupa Refugio Ni una Menos, las pintas y stickers que se pronuncia contra la violencia de género y en pro de la solidaridad entre mujeres eran parte del paisaje. Niñas, jóvenes y adultas encapuchadas se apropiaron del espacio público afuera del inmueble ubicado en República de Cuba 60, no obstante, todo el primer cuadro de la Ciudad en Pleno Centro Histórico estaba cercado por elementos de la policía y en las calles aledañas a la Okupa era imposible el acceso.
Poco antes de la 11 de la noche la interpretación de Vivir Quinta con su canción sin miedo erizo la piel de las asistentes que a una sola voz cantaban:
“Que tiemble el Estado, los cielos, las calles
Que tiemblen los jueces y los judiciales
Hoy a las mujeres nos quitan la calma
Nos sembraron miedo, nos crecieron alas
A cada minuto de cada semana
Nos roban amigas, nos matan hermanas
Destrozan sus cuerpos, los desaparecen
¡No olvide sus nombres, por favor, Señor Presidente!”
Una piñata en forma del presidente de México fue quemada mientras la canción seguía su curso y tal parecía que la acción iba de la mano con la estrofa que se cantaban:
“Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo
Si un día algún fulano te apaga los ojos
Ya nada me calla, ya todo me sobra
Si tocan a una, respondemos todas”
Al terminar las participaciones musicales mujeres familiares de desaparecidos y desaparecidas tomaron el micrófono, expresaron su apoyo a la Okupa aunque mencionaron que esperan tener lo mismo por parte de los colectivos de la ciudad.
“Somos la madres encapuchadas las revolucionarias”, grito una madre originaria de Guerrero.
En el balcón donde decenas de mujeres alzaron la voz, una de las ocupantes de la casa dejo claro que requieren: “nosotras no necesitamos dádivas, necesitamos acciones contundentes, estamos aquí y no nos vamos a ir, queremos todo porque no merecemos menos”.