Mujeres en Resistenciaen, ARMARTE, es un colectivo de mujeres que surgió en 2018 en la Ciudad de Oaxaca. Sus intervenciones en el espacio público son con fines artístico-políticos. A lo largo de estos casi tres años de existencia han incursionado e implementado el arte de las calles para enunciar malestares sociales y sobre todo aquellos que tienen que ver con la opresión de la mujer.
Por Citlali del Rocío Morán Ramos / Somoselmedio
Tomar posición es desear, es exigir algo, es situarse en el presente y aspirar a un futuro
Didi Huberman
Además de integrar a otras mujeres en los diversos talleres como: pintura, dibujo, grabado y pintura mural. Sus integrantes son Celeste Santiago, Vianey Acevedo, Gabriela Carrera, Dulce Pérez, Mariana Guzmán y Nancy Adelayda.
Sus inicios partieron de la idea de integrar mujeres al taller-colectivo URTARTE, Unión de Trabajadores del Arte; además de las charlas que existía por parte de las únicas dos compañeras en el colectivo-taller o al menos así nos los hace saber Celeste Santiago una de las fundadoras.
Cabe mencionar que varias de ellas, actualmente, forman parte del Taller Artístico Comunitario, TAC de la organización política Unión de Trabajadores del Arte, URTARTE. Sin embargo, la necesidad de mostrar el trabajo de la mujer en el arte y sobre todo de la lucha contra la emancipación de la mujer las lleva a crear un brazo extensor dentro del mismo espacio.
En todo este tiempo, el trabajo ha sido constante porque están, tratando de romper con esas estructuras patriarcales impuestas, hasta con las batallas por reivindicar su propio papel en ese espacio. Y es así como uno de sus objetivos es evidenciar y plasmar a la mujer oprimida, por lo que buscan representar a la mujer obrera, campesina, proletariada, indígena y trabajadora en sus intervenciones de la calle, así como en su trabajo visual y colectivo.
En palabras de ellas, no se asumen como un grupo feminista, sino un grupo que busca erradicar las diversas violencias y la mejor manera de hacerlo es trabajando con los compañeros pese a que ARMARTE. Mujeres en Resistencia es de ellas, Vianey menciona:
muchas de las ideas nacen de nosotras [y éstas] ayudan al taller y también la ayuda de los compañeros. Cuando nosotras necesitamos, nos han apoyado, el hecho de que haya un colectivo de mujeres acá no significa que haya una lucha diferente.
Esto porque ambos talleres buscan evidenciar la lucha de clase, la opresión y el cacicazgo que a imperado por siglos.
En sus gráficas e intervenciones de las calles se pueden observar: la lucha de clases y opresión, aunque como ya se mencionó ARMARTE busca mostrar el papel de las mujeres y así emitir un mensaje a la sociedad para hacer conciencia de la opresión Vianey comenta:
creo que si llevamos un fin ¿no? Pues más bien es hacer consciencia a la sociedad. ¿Qué está pasando en este momento? visiblemente se le da importancia. En cierto tiempo, se evidencia lo que está pasando, porque después se olvida. Pues, [es] ya paso y ya no tiene importancia. Entonces, creo que, sí es importante, bueno nosotros que llevamos estas gráficas a la calle. Es hacer conciencia de eso y recalcar constantemente qué está sucediendo.
De esta manera, ellas buscan hacer sus pegas con temáticas sociopolíticas y pegarlas en lugares visibles, sin afectar a terceros y así no echarse a la sociedad encima, sino con la finalidad de emitir un mensaje fuerte y contundente: el no afectar el patrimonio histórico de la ciudad de Oaxaca, es importante, porque así su pega tiene mayor durabilidad Celeste Santiago menciona:
¡Creo qué! bueno, una de las estrategias que hemos utilizado. Es el respeto que se le tiene a ciertos lugares, a ciertos lugares históricos. El hecho, de no rayar con aerosol. O rayar o no hacer pintas o poner grabados en la cantera o en las iglesias ¿no? en lugares que son históricos.
Esto porque, de alguna manera, buscan tener un mayor impacto y para no ser estigmatizadas o estigmatizados por su posición política; no se puede olvidar que Oaxaca en el 2006, logró que varios de los pobladores llamaran “vándalos” a los profesores que se estaban manifestando y a los artistas que con sus grafitis, esténciles o pintas trataban de enunciar y comunicar la represión de la que eran objeto.
No se puede olvidar el papel que tuvieron varios artistas en el movimiento de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, la APPO y que dio paso a la conformación de otras dos asambleas: la primera la Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas, COMO reconocida por convocar a una marcha con el famoso el CACEROLAZO para culminar con la toma de la radio 96.6 y el canal 9 de la televisión y la segunda es por la Asamblea de Artistas Revolucionarios de Oaxaca, ASARO misma que desde su creación tuvo contradicciones, pero que en su andar marcaron ese momento histórico con su grafitis, esténciles y pegatinas.
Cabe recalcar que en ese momento lo que se estaba viviendo era un acto de protesta por la represión hacía los maestros. Actualmente la lucha es por mantener y construir un pensamiento crítico por medio del arte, Mariana Guzmán nos cuenta:
yo pienso ¡qué!; digamos que las condiciones que había en ese momento, pues permitían que fuera como: digamos de protesta. Creo que ahora, estamos visibilizando como cosas que pasan y pues digamos no hay una revolución. Entonces yo creo que, por el tiempo, es que cambia y hay una influencia, que ahora digamos. Que las cosas, entre paréntesis, están más tranquilas y pues justamente es por eso; pienso que por ejemplo ASARO ya no están trabajando en eso, o en el arte político; justo porque para ellos ya se terminó ¿no? Entonces, creo que justo eso, pues es seguir con la defensa con la misma lucha que se sigue teniendo, ¿por qué? pues por el hecho, de que la gente deje de protestar no significa que se haya terminado.
Además, porque hoy si buscan que su obra sea considerada una expresión artística, aunque al mismo tiempo, se busca que éste salga a la calle como acto hasta resistencia contra la institución como lo es la del museo y desde luego de los académicos que dictan ¿qué debe ser considerado o no arte?, al respecto, Celeste Santiago dice lo siguiente:
Lo hacemos más con esa finalidad y es consciente, si no nos ponemos a pensar es consciente ¿no? porque nos ponemos a pensar ¡ah! sí somos jóvenes, porque tengo quince o dieseis años tengo ganas de ir a vandalizar y nada más haga una Taga de mi nombre. Entonces, un poco el arte que hacemos o el trabajo artístico sí tienen un mensaje o si tiene un fin. De por qué estamos pegando ahí y también respetamos los lugares y también es como pedir permiso e incluso en las marchas. Recuerdo que hemos salido a marchar con mujeres y me acuerdo de ir una estética, que fuimos a pedir permiso, y no con el fin de ir a vandalizar nada más, porque estamos en una época de la juventud o rebeldía.
Todos esos antecedentes tienen una fuerza y a la vez un cuestionamiento en los dos colectivo-talleres, URTARTE y ARMARTE, pues ambos están en la búsqueda de la exclusión social, cultural y política, aunque en el caso de este último la lucha sea más fuerte y contundente porque ellas argumentan:
La problemática social-política y económica que aqueja a todo ser humano. Enfocándonos más a la situación actual de la mujer. Visualizando a través del arte los feminicidios, el acoso callejero, la violencia de género, las jornadas largas de trabajo, el machismo y un sistema capitalista-patriarcal que nos oprime doblemente más.
En este sentido, se puede observar que lo colectivo y comunitario es un factor determinante para que ARMARTE siga caminando y creando nuevas posturas políticas y por ello a lo largo de su andar ha promovido la interacción con otras mujeres por medio de espacios de discusión; además de pensar en trabajar con y para las comunidades. Por lo que para ellas es importante los campamentos que han realizan año con año.
Como antecedente, tenemos los dos que han realizado. El primero, se realizó en abril del 2019 en la comunidad de Noxchitlán, ahí tuvieron que enfrentar, uno de sus primeros retos: gestionar los espacios e invitar a chicas para impartir talleres, así como el invitar a mujeres de la colonia, punto que no se logró por la falta de trabajo, previa al campamento, y eso dejó una gran lección para que en un futuro se fuera trabajando previamente con las mujeres de las comunidades a las que se iba, en realidad lo que se dio fue un acercamiento con otras mujeres que estaban y siguen estando interesadas en el arte y lo comunitario. Además de la integración de otras chicas de otros de estados de la república para la parte creativa y artística invitaron a Elizabeth Bess para impartir el taller de dibujo; en la participación del campamento viajaron de otros lugares como: Toluca, Estado de México, de la CDMX y desde luego de comunidades de Oaxaca como San Pablo Güila.
Durante todo ese tiempo las chicas fueron procesando lo que estaba por venir para el segundo en agosto de 2020. Acá es importante mencionar que, el contexto de la pandemia hizo que todo cambiara, aunque eso no detuvo la integración de otras mujeres. Para generar recurso rifaron una obra colectiva, la cual trabajaron durante un año. Y el campamento estuvo más completo porque lo hicieron en el TAC, lugar que ya no existe en el centro de Oaxaca.
En ese lugar estuvimos alrededor de veinte mujeres compartiendo experiencia y aprendiendo, pues se impartieron más talleres que la primera vez. Dibujo, grabado, pintura, jabones artesanales, cine-debate y taller de construcción de toallas de tela hizo que todas compartiéramos saberes.
A manera de conclusión se puede decir que: en este último campamento se logró visualizar el papel de las mujeres porque se entendió que el compartir saberes es un acto de sororidad y que es por él que se ha trabajado todo este tiempo; además de emitir un mensaje a otras para abrirnos senderos que nos lleven a caminar a favor de nuestra posición política, pero también en la decisión de respetar a la que decide se ama de casa, mamá o cualquiera otra cosa que a las mujeres nos hagan felices.