Dentro de este salvamento arqueológico se descubrieron los restos del palacio de Axayácatl y una casa que fue construida por orden del conquistador, Hernán Cortés.
Por José Valdemar
La tarde de este lunes 13 de julio del presente año, se dio a conocer que, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH), realizaron un descubrimiento de lo que fueron los restos del Palacio de Axayácatl, y la morada del conquistador Hernán Cortés, posteriormente la sede del primer Cabildo de la Nueva España y del Marquesado del Valle de Oaxaca.
Los arqueólogos encargados de estas obras, y quienes se guían por fuentes históricas, tenían la sospecha que debajo de uno de los edificios más emblemáticos del centro de la ciudad, se encuentran los cimientos de lo que fuera el Palacio de Axayácatl. Dentro de las recientes obras de rehabilitación del Monte de piedad , los encargados del INAH han realizado diferentes hallazgos de lo que fue la residencia del padre de Moctezuma II.
Estos trabajos arqueológicos corrieron a cargo de Raúl Barrera Rodríguez y de José María García Guerrero, quienes son, respectivamente, responsable y colaborador, del Programa de Arqueología Urbana (PAU). Tras realizar una inspección, el personal del PAU efectuó un salvamento arqueológico entre septiembre de 2017 y mediados de agosto de 2018, estos trabajos se concentraron principalmente en el patio central y un cuarto adyacente.
Los trabajos realizados por el PAU, dieron como resultado el hallazgo de pisos de lajas de basalto los cuales debieron integrar una parte del espacio abierto del Palacio de Axayácatl, quien fue el gobernante de la antigua Tenochtitlan entre los años de 1469 y 1481.
En el marco de la campaña “Contigo en la Distancia”, de la Secretaría de Cultura, el responsable del PAU, Raúl Barrera, y su colaborador José María García, explicaron que excavaron 12 pozos de sondeo —de 2 metros por lado y 1.50 m de profundidad— en torno al patio principal del Nacional Monte de Piedad, donde se efectuaban obras para reforzar las columnas que lo delimitan y soportan el primer nivel del edificio.
A través de los pozos, en los lados norte, este y oeste, se localizaron restos de un muro de piedra y argamasa —de 1.50 metros de alto por 1.25 metros de ancho—, el cual sirvió de cimiento y desplante para una serie de columnas del inmueble edificado hacia 1755, lo que permite deducir que el patio central fue originalmente más amplio. También, en la sección oeste de este mismo espacio se encontraron los desplantes: basas y un fuste de otras columnas de la época virreinal temprana.
Sin embargo, las principales sorpresas aguardaban en el cuarto adyacente: los arqueólogos del PAU tuvieron la oportunidad de realizar una excavación extensiva, la cual permitió ubicar los restos de una habitación hecha con sillares de basalto y tezontle —de 5 por 4 metros—, cuyo desplante partía de un piso de lajas de basalto. Análisis posteriores permitieron concluir que ésta fue la morada de Hernán Cortés, una vez caída México-Tenochtitlan, en 1521.
Por debajo del firme de la casa cortesiana, a más de 3 metros de profundidad, se detectaron los restos de otro piso de lajas de basalto, pero de época prehispánica. Dadas sus características, los expertos sostienen que formó parte de un espacio abierto del antiguo Palacio de Axayácatl, probablemente, un patio.
Barrera y García hacen hincapié en que los vestigios de la naciente época virreinal corresponden a materiales reutilizados de las Casas de Axayácatl que, al igual que otras estructuras del Recinto Sagrado de Tenochtitlan, fueron destruidas por los españoles y sus aliados indígenas, casi hasta sus cimientos.