Activistas Colimenses y defensores de los animales se alzan en protesta contra la negligencia y crueldad que perduran en manos de la empresa Fiesta Safari, administradora del zoológico. A pesar de las reiteradas denuncias y sanciones, el sufrimiento animal persiste en un recinto que debería ser refugio.
Texto y fotografías: Monserrat Cárdenas / @Somoselmedio
“Queremos acción, no a la concesión”, fue la exigencia de activistas y colectivos animalistas al gobierno de Colima en una protesta convocada este jueves a las afueras del zoológico Ecoparc, ubicado en el centro de la capital, luego de las reiteradas denuncias de crueldad animal y negligencia por parte de la empresa Fiesta Safari, administradora del lugar.
“Han pasado muchos años y queda todo tranquilo y sigue. Esta vez ya no. Una vez por semana aquí nos van a ver haciendo protesta hasta que se le acabe la concesión a esta persona. Se supone que son 10 años de la concesión y después se va a renovar a 15 años más. Entonces, nosotros no vamos a descansar hasta que se la quiten antes”, señaló la animalista, Susana de la Rosa, integrante del grupo convocante de la manifestación, Salvemos a los Animales SOS del Ecoparc Colima.
El Parque Regional Metropolitano Griselda Álvarez, ahora Ecoparc, fue privatizado por el gobierno del priista, Ignacio Peralta Sánchez, en 2017, bajo la justificación de complementar la oferta turística del estado y a pesar de la oposición de animalistas e integrantes del Centro de Convivencia de Adultos Mayores, ubicado al interior del recinto. La concesión le fue otorgada a título gratuito al empresario, José Ernesto Zazueta Zazueta, dueño de Fiesta Safari y presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México A.C. (AZCAM), por un periodo de 10 años, con opción a renovarla por otros 15, pese a que éste ya arrastraba sanciones gubernamentales por maltrato en el parque Ostimuri, en Ciudad Obregón, Sonora.
En 2018, sólo un año después de su apertura en Colima, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) sancionó al Ecoparc con una multa de 370 mil 760 pesos y le impuso diversas medidas correctivas a fin de garantizar el trato digno de los animales, luego de constatar deficiencias en las instalaciones y en la alimentación de las especies, así como irregularidades en la procedencia de diversos ejemplares de fauna silvestre.
Desde entonces y hasta la fecha, se han denunciado tanto en redes sociales como en medios locales, numerosos escapes de monos, venados e incluso un felino; falta de una alimentación correcta para los animales; el daño en un ojo a un antílope; muertes de venados dentro de las instalaciones; olores fétidos por el fallecimiento de otros ejemplares; e incluso la muerte a balazos de un muflón y un ciervo rojo en 2022.
“La gobernadora, Indira Vizcaíno Silva, tiene conocimiento desde hacen mucho tiempo. Desde hace un año se hizo una recolección de firmas y una denuncia, y ella quedó de hacer una revisión, cosa que no ha hecho a la fecha”, detalló una activista de nombre Mariela, parte de la Red Animalista Yo Seré su Voz Colima.
El pasado jueves, luego nuevos señalamientos de malas prácticas por parte de Fiesta Safari, una empleada del Ecoparc denunció en entrevista para medios de comunicación locales la falta de personal, de medicamentos y de alimentos para los 200 ejemplares que todavía habitan en el zoológico.
“Nos dan tres veces a la semana 500 pesos para ir a comprar verdura para más de 200 animales. Para carne no tengo conocimiento de cuánto se les dé. A veces pedimos fiado, a veces traemos de nuestra casa las sobras de nuestra despensa. Todo está viejo, no hay herramientas de trabajo; también tenemos que traerlas de nuestras casas. Sólo hay una veterinaria y ellos tienen sus propios problemas de que no les pagan, los que son por parte de nómina. Y ella acaba de renunciar”, explicó la becaria, contratada a través de Jóvenes Construyendo el Futuro, quien no proporcionó su nombre.
Por eso, este jueves se escucharon consignas como “Zazueta asesino”; “Queremos acciones, no simulaciones” y “Ni uno más, ni un animalito más”, a las afueras del zoológico, el cual permanece cerrado desde la semana pasada tras la visita de animalistas que llevaron comida para los animales, la cual fue rechazada por la administración del lugar asegurando que todas las especies tenían la alimentación garantizada.
Patricia González, una joven asistente a la manifestación, que visiblemente conmovida portaba un cartel con la leyenda “Ni una tortuga más”, dijo: “me da tristeza que los animales se están acabando. Soy muy amante de los animales y me duele lo que está pasando. Se supone que le dieron la confianza a esta persona porque iba a dar una mejor vida a los animalitos, y es todo lo contrario”.