El régimen de usos y costumbres le ha permitido a esta comunidad trabajar por el bien común.
Por Redacción/@Somoselmedio
Capulálpam de Méndez, comunidad de la Sierra Norte del estado de Oaxaca, es un ejemplo de sustentabilidad y aprovechamiento forestal, gracias a su organización tradicional, buenas prácticas y compromiso de sus pobladores por el bien común.
Durante la conferencia virtual El Bosque Mágico de un Pueblo Mágico, organizada por el Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable, en el marco del Mes del Bosque, que auspicia la Secretaría de Medio Ambiente, Emmanuel Cosmes Pérez, secretario del Comisariado de Bienes Comunales de ese lugar, compartió su experiencia y refirió los casos de éxito logrados mediante las diversas actividades económicas, sociales y culturales que desarrollan los pobladores.
Cosmes Pérez explicó que a Capulálpam, declarado Pueblo Mágico en 2008, la organización social sustentada en los usos y costumbres le ha permitido que permanezcan los valores y la solidaridad, que trabajen por el bien común y que velen por el entorno ambiental.
Explicó que en el sistema de cargos, al cumplir 18 años cada habitante debe ejercer alguna responsabilidad que la Asamblea determine, ya que la Asamblea constituye la máxima autoridad y toma las decisiones más importantes, y la tercera instancia es el tequio o trabajo obligatorio que cada habitante debe realizar en beneficio de la comunidad.
El dirigente comunal hizo un recuento de la lucha por recuperar sus recursos forestales que estaban concesionados, logro que cristalizó en 1982, y precisó que dos años después crearon la unidad de aprovechamiento forestal comunal San Mateo.
En 1989 fundaron la Unión de Comunidades Zapotecas Chinantecas de la Sierra Juárez (Uzachi), integrada por cuatro pueblos, y en 1992 emprendieron su primer programa de manejo forestal con escasos recursos, pero procuraron gestionar sus propios servicios técnicos.
Hoy, la Uzachi es un ejemplo a nivel nacional e internacional porque la gente que trabaja es originaria de la misma comunidad y está capacitada. Cuentan con ingenieros y biólogos, lo cual ha permitido diversificar sus actividades y reunir todos los servicios técnicos necesarios para el manejo de los bosques.
Entre las actividades que realizan en sus bosques, los cuales alcanzan una superficie de 3 mil 600 hectáreas, destaca un inventario forestal que les permite obtener la estimación de volumen y tomar decisiones con respecto al aprovechamiento de la cobertura forestal con que cuentan.
Esta madera es extraída por la unidad de producción y luego, en su propio aserradero, la procesan para su comercialización en la ciudad de Oaxaca.
Recordó que plagas y conflictos con una minera impidieron el aprovechamiento forestal durante 4 o 5 años y detuvieron su avance hasta 2017. Actualmente se encaminan a obtener la certificación de buenas prácticas de sus bosques.
Este año, explicó, el Consejo de Administración Forestal les otorgó la certificación de sus bosques, reconocimiento “que garantiza al consumidor que esa madera proviene de espacios bien manejados y con niveles mínimos de buena gestión”, al cumplir con tres requisitos primordiales: ser económicamente viable, socialmente beneficiosa y sustentable.
Sin embargo, dijo, es importante que la gente valore este sello para que se revalorice el trabajo de los productores y sus buenas prácticas de manejo forestal, pues desafortunadamente en otros lugares se expende madera clandestina que proviene del mercado ilegal y representa una competencia totalmente desleal.
Finalmente, Cosmes Pérez señaló que es un compromiso de la comunidad de Capulálpam de Méndez preservar los bosques a través de acciones que permitan conservarlo y, sobre todo, que garanticen a las generaciones disfrutar de la gran riqueza que hoy tenemos.