Por Enrique G. Gallegos
Profesor, UAM-C
¿Qué se hizo para que el Rector General aceptara reunirse, después de 36 días de huelga, con el profesor Edur Velasco, con 40 años al servicio de la Universidad Autónoma Metropolitana, quien se encontraba en huelga de hambre desde el 5 de febrero y así evitar su muerte? Un hecho tan sencillo (porque bastaba que el Rector General llamara a su chófer y acudiera a la Unidad Azcapotzalco) pasó a transformarse en una masa compleja de decisiones, acciones, comunicados, apoyos, entrevistas, reuniones, discusiones, desvelos, rabias y acampados. Los funcionarios de la UAM y la maquinaria subjetivizadora con la que operan suelen reducir las actividades de docencia, investigación y divulgación a números, cifras, estadísticas, variables e informes. Son datos fríos, generales, impersonales y abstractos, que terminan por desatenderse de los cuerpos dolientes y sufrientes de las y los trabajadores, profesores y estudiantes. Si bien es importante tener estadísticas (no voy a negar su relevancia), la universidad ha normalizado la reducción de las y los trabajadores, profesores y estudiantes a códigos, números y variables, por lo que hay que poner en cuestión esa operación reductivista y normalizadora que oculta los cuerpos dolientes y sufrientes. Por ello, debemos subvertir esa lógica castradora y oponer los datos de una política del número: los cuerposdatos, contradatos, contranúmeros o cuerponúmeros; son datos y números que encarnan, duelen, indignan, insubordinan e incardinan desde ese dolor e indignación la posibilidad de otra universidad. Una universidad que viene de abajo e intentar zafarse del ñudo neoliberal, gerencial y neopriista-panista de la actual estructura del poder que controla la UAM desde hace cerca de 15 años.
Aquí el desglose en contradatos y cuerposdatos de lo que se debió realizar para que el Rector General accediera a dialogar y aceptar el Foro Metropolitano de Docencia:
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Una huelga de hambre durante 37 días (que equivalen a 888 horas, o a 53,280 minutos, o a 3,196,8000 segundos). El cuerpo insubordinado que se sacrifica por una mejor universidad.
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Perder al menos 12 kilos de peso por la huelga de hambre. Ídem.
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Que al menos se envíen media docena de cartas al correo ilustrado de La Jornada y otros medios de comunicación. Los cuerpos firmantes.
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Que se recaban cientos de firmas solidarias de estudiantes, profesorxs y trabajadorxs. Las y los cuerpos firmantes que solidarizan e insubordinan.
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Instalar un campamento de la huelga de hambre frente a Palacio Legislativo. Los cuerpos colectivos insubordinados frente al cuerpo del poder legislativo.
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Instalar al menos dos campamentos en los campus de la UAM: el permanente en Azcapozalco y el provisional del colectivo estudiantil Crítica Combativa Estudiantil en Iztapalapa, además de la instalación de otras tiendas de campaña de estudiantes. Los cuerpos de las y los universitarios insubordinados y en resistencia.
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Tener cuando menos dos entrevistas en La Octava con Julio Astillero. El cuerpo mediático que se hace eco de las resistencias.
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Tener cuando menos dos entrevistas con Carmen Aristegui. Ídem.
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Cerca de media docena de artículos en periódicos y medios digitales. Ídem.
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Que el cuerpo del huelguista haya consumido sus reservas de glucosa acumuladas en hígado y músculos. El cuerpo del insubordinado autoconsumiéndose para resistir
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Que el cuerpo del huelguista esté consumiendo las grasas del cuerpo y se encuentre a punto de devorar sus propios tejidos. Ídem.
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Que durante 37 noches, estudiantes, profesorxs y trabajadorxs realicen guardias nocturnas en los campamentos. Los cuerpos de las y los universitarios insubordinados y en resistencia.
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Que el Rector General forme una comitiva previa “para analizar, discutir y, en su caso,” dejar de temer, integrada por el Abogado General, directores de división, jefes de departamentos, coordinadores y otros funcionarios de las altas esferas, cuya suma de sobresueldos sea de $1, 000, 000, 001 mensuales (cifras estimadas). Los cuerpos en representación de los abusadores.
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Que el Rector General forme otra comitiva en forma de escudo para acompañarlo y protegerlo del débil cuerpo muriente del huelguista, integrada por el Secretario General, el Abogado General, el Coordinador General de Administración, el Rector de la Unidad y media docena de otros funcionarios, cuya suma de sobresueldos sea de $2, 000, 000, 001 mensuales (cifras estimadas). Los cuerpos de los abusadores.
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Que el Consejo Académico de la Unidad Azcapotzalco realice una sesión para “analizar, discutir y, en su caso”, dejar de frivolizar la huelga de hambre. Los cuerpos de los levantamanos.
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Poner en movimiento el cuerpo de la universidad humanista, crítica, solidaria, comprometida con las tradiciones de los oprimidos y respetuosa de sus trabajadores contra el cuerpo de la universidad neoliberal, gerencial y neopriista-panista de la actual estructura del poder que controla la UAM.
CODA 1: EL SILENCIO NEOPRIISTA
¿Y los Rectores de las Unidades? Silencio (practicando la política priista: el que se mueve no sale en la foto, en su carrera a la Rectoría General). ¿Y los Directores de las Divisiones? Ídem, pero en su carrera a las rectorías de sus unidades. ¿Y los órganos colegiados? Ídem. (con la excepción de los de Azcapotzalco, que fueron forzados a pronunciarse y comprometerse).
CODA 2: LA POTENCIA EMACIPATORIA
¿Seremos capaces, aquellos que queremos otra universidad, de trazar una transformación radical de la UAM a partir del Foro Metropolitano de Docencia con el que Edur Velasco acordó levantar la huelga de hambre? Hay una potencia en el gesto de ese acuerdo entre el profesor Edur Velasco y el Rector General, Eduardo Abel Peñalosa Castro. Es un mínimo gesto que puede tener enormes implicaciones. Pero es un gesto que debe ser corporeizado y potenciado. Una potencia que debe transformarse en actos, compromisos e instituciones. ¿Será el Rector General capaz de comprender el posible calado de la propuesta y la potencia de otra universidad que anida, como un pájaro multicolor y vital, en las dos firmas o se volverá a plegar a las prácticas duras, insensibles, gerencialistas y neopriistas de las estructuras del poder? Ojalá y el Rector General se tome unos días para reflexionar sobre la potencia que lo llama desde abajo. Si lo deja pasar, quizá nunca se le vuelva a presentar una oportunidad de esa naturaleza. Pero debe entender que no puede coaptarla y que requiere otra mirada política. La historia no suele llamar a los políticos y cuando lo hace, es de manea excepcional y por única vez. La historia de la UAM, que ahora viene de abajo y del cuerpo sacrificado del huelguista, ha tocado a la puerta del Rector General. Si no entiende la urgencia de los tiempos, me temo que en un futuro no muy lejano las cosas se pondrán peores, porque las y los cuerpos (de los trabajadorxs, de las alumnas violentadas y acosadas, de los profesores temporales, de lxs estudiantes violentados en el aula y la institución) se cansan de no ser escuchados y de que no se solucionen sus justos reclamos.