CDMX, 7 de octubre de 2018.- Manuel Castells, autor de libros como La cuestión urbana y La era de la información, textos centrales en la reflexión en ciencias sociales en las últimas tres décadas, se presentó el viernes pasado en la Universidad Iberoamericana.
En su nuevo trabajo titulado, Ruptura: la crisis de la democracia liberal, el autor enumeró los factores que a su juicio han tenido que ver con dicha crisis. En primer plano, destacando la relevancia de la construcción del dato empírico en sus investigaciones, expresó que lo que está en el centro de la crisis en el modelo de las democracias liberales, es la falta de credibilidad de las personas en las instituciones. “Dos terceras partes de la gente no cree en sus gobiernos ni en los medios, y esta falta de credibilidad se extiende a otras instituciones como la iglesia católica que está en caída libre ya que, mientras otras iglesias han avanzado en América Latina, el catolicismo pierde adeptos como en el caso de Chile”.
Otros factores que han contribuido a la crisis de la democracia liberal, dice Castells, es la política mediática, el hecho de que “si algo no está en los medios no existe”. La política informacional ha personalizado la política, apuntó el autor, de lo que se desprende “el descrédito del que son objeto las figuras políticas, con el escándalo amplificado por los medios de comunicación. “Todos los partido hoy recurren a dichas prácticas, a unos les va mejor que a otros”.
Frente a ello, y unos medios de comunicación que no han sido independientes, porque pensar que los son, dice Castells, es ideológico, el autor considera que las redes sociales con sus ventajas y desventajas, “han sido como un corrector”, una alternativa respecto a los medios de comunicación.
La economía criminal –que han explicado con detalle autores como Harvey–, es otro aspecto que ha contribuido a la crisis de la democracia liberal en opinión de Castells. “La penetración del Estado, que es un aspecto central de la economía criminal, se debe a los niveles de corrupción tan elevados que existen hoy en día. Históricamente la corrupción sube y baja, hay guías que hacen registro de ello, pero en algunas mediciones, ha incrementado a tal nivel, que puede equiparársele a los golpes militares de los años 60 y 70 como un factor desestabilizador de las democracias. Hoy la corrupción es la regla, no la excepción, en los grupos políticos quien no entra está fuera, y siempre se ejerce en nombre de otros, como el partido. Las empresas públicas han sido utilizadas para esta corrupción, y en los casos destacados está la empresa brasileña Odebrech. En México ustedes tienen el caso de la casa blanca del presidente.” En opinión del autor, un aspecto que propicia dicha corrupción es que “siempre existan unas reglas que los ciudadanos desconocen”.
Otras cuestiones a las que aludió Castells –muy de refilón–, es a los valores que se replantearon con el neoliberalismo. “Que en el Consenso de Washington se haya planteado el enriquecimiento individual como un ideal, ahí hay un problema. Esto se ha venido sosteniendo en los países mediante procesos electorales periódicos, para el mantenimiento de unas clases políticas que algunos autores llaman ‘castas’, clases conservadoras, lo que tiene un impacto en los poderes legislativo y judicial”.
Con ello, dijo al autor de la teoría del espacio de flujos, cuando no hay canales de expresión, sobreviene la indignación. “El tema es que la reacción contra la crisis democrática liberal, la están haciendo en muchos lugares en el mundo, grupos de ultraderecha”. Puso los ejemplos de Brasil en donde han avanzado grupos políticos autoritarios, EU con Donal Trump, y expresó que en la actualidad los gobiernos de Hungría y Polonia son gobiernos nacionalistas y xenófobos.
En España explicó que la situación es más compleja en la actualidad, “Podemos está buscando hacer coalición con el Partido Socialista, se está construyendo una opción social demócrata, sin embargo, la derecha que no tiene nada de demócrata en España, está haciendo todo para impedirlo”.
Señaló a Bolivia como el territorio en donde ha ocurrido “una auténtica revolución con un gobierno indígena, lo que ahí está pasando es equiparable con otros movimientos como el de las mujeres, sin embargo, en Bolivia están siendo las universidades las que más se resisten al gobierno de Evo Morales. No se advierte que la democracia liberal ha agotado su recorrido histórico, que el occidentalismo estableció la democracia liberal como un imperialismo cultural, el liberalismo ha hecho tabla rasa de muchas cosas”.
Para Castells lo que hoy se presenta son nuevos esquemas de configuración de los poderes, que responden a realidades específicas en cada nación. “Los casos de social democracia que se presentan hoy en Europa, como en el caso de Portugal, y lo que se intenta construir en España, son un intento de articular proyectos sociales con valores liberales, y por lo menos es algo en lo que la gente ha creído”.
Casi para concluir, el profesor Castells dijo ser partidario de un “idealismo democrático, de la deliberación lenta y colectiva”, y expresó que hoy en México existe “un rayito de esperanza” con el gobierno entrante.
Estos son los temas y el análisis que ha estado trabajando Castells en los últimos años, autor que siempre aporta buenas coordenadas para el análisis sociopolítico y cultural actual.