Por Alejandra GS / @AleGonSol
“¡Ayotzi vive, la lucha sigue!”
Llegué al Ángel de la Independencia poco después de las cuatro de la tarde, con la expectativa palpable en el aire. El atardecer estaba envuelto en un calor sofocante que se mezclaba con la tensión y la determinación que parecía emanar de cada rincón de la plaza. Me dispuse a preparar mi cámara, consciente de que lo que estaba a punto de presenciar merecía ser documentado con la mayor precisión posible.
Eran casi las cinco de la tarde, cuando los padres y madres, estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa y diversos colectivos, se organizaban para empezar la 114 Acción Global por Ayotzinapa y México, con pancartas, banderas y micrófonos comenzaron la jornada, caminando con pasos firmes y viendo al frente con rostros de lucha y esperanza.
Entre jacarandas y rascacielos avanzamos de prisa a través de Paseo de la Reforma, donde se escucha más el ruido del tránsito de los carros, sin embargo, eran más fuertes las voces que gritaban al unísono las diversas consignas que exclamaban justicia por 43 almas y corazones perdidas a causa de la crueldad e impunidad de los hombres.
La mirada en los rostros de los padres y madres cubiertos con sombreros y gorras reflejaban lucha y esperanza por saber la verdad; las voces y puños de los estudiantes vestidos con playeras azules mostraban el gran poder de exigir justicia por sus hermanos, y la energía de las personas de los colectivos al alzar la voz demostraban que la unión hace la fuerza.
Poco después nos detuvimos en el Antimonumento +43, en donde los padres y madres hicieron el pase de lista de sus hijos, y las banderas y pancartas se ondeaban con el aire, como si él también clamara verdad y justicia por los 43 en medio de un ambiente de lucha incansable.
Llegamos al Hemiciclo a Juárez un poco antes de que cayera la tarde, eran casi las seis, los padres y madres se pronunciaban, mientras que a lo lejos se oía una banda de guerra y la gente pasaba caminando sin prestar atención o viendo hacia donde estábamos, sin embargo las consignas y pronunciamientos continuaban, como si el tiempo se detuviera solo para exigir verdad y justicia.
La Jornada culminó casi en la oscuridad, alrededor de las siete, con el “Himno Venceremos” y los rostros de cada uno de los asistentes de todas las edades, hombres y mujeres, de distintos orígenes y de distintas trincheras, mostraban una vez más la lucha y esperanza por una sola causa, verdad y justicia por los 43 de Ayotzinapa.
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