Texto y fotografías: Monserrat Cárdenas
Este martes, 8 de marzo, al menos 2 mil mujeres colimenses marcharon bajo el lema “Las calles son nuestras” en la capital del estado, condenando la violencia armada y los asesinatos y desapariciones de mujeres en la entidad.
La manifestación, encabezada por las madres de personas desaparecidas en Colima, se desarrolló en medio de decenas de elementos femeninos de la Policía Estatal y miembros del Ejército Mexicano, que resguardaban locales comerciales durante el recorrido de las mujeres.
En el pronunciamiento leído al finalizar la movilización, las mujeres denunciaron que la estrategia emprendida por el Gobierno Federal y Estatal en contra de la inseguridad las ha dejado expuestas a mayor violencia y vulnerabilidad.
“Desde años atrás nosotras hemos denunciado la presencia del crimen organizado y la actividad ilícita del narcotráfico, nos hemos expresado en contra de la estrategia fallida de militarización que ha puesto a las mujeres y disidencias en una realidad profundamente sanguinaria: redes de trata de personas, violaciones, desaparición forzada”, dijeron.
Criticaron, además, al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y denunciaron la intención de algunos partidos políticos de utilizar al movimiento feminista y sus demandas para ganar adeptos y beneficiarse.
“Ni calladas ni sumisas frente a un gobierno federal que se proclama de izquierda, pero es indolente frente a nuestros problemas. No queremos que nuestras demandas sean replicadas por partidos de derecha para ganar votos a su favor. A todos esos gobernantes que pretendan justificarse con que nos protegerán, nosotras decimos: No en nombre de nuestra lucha. Porque el movimiento feminista en Colima es autónomo”, expresaron.
En el último mes Colima ha experimentado una ola de violencia que ha dejado, hasta el momento, cerca de 80 personas asesinadas, decenas de lesionados por arma de fuego, decenas de narcomensajes y restos humanos abandonados en vías públicas e incendios de autos, viviendas y lotes baldíos, lo que ha provocado la suspensión de clases en instituciones educativas, el cierre de negocios antes de su hora habitual y un toque de queda autoimpuesto por la población.