Por Karen Castillo / @karen_castillo_periodismo
En los últimos meses, investigaciones y filtraciones de información han demostrado que la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA), continúan con prácticas de espionaje ilegal, infiltración, y represión en contra de movimientos sociales en México.
Pese a que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha intentado limpiar la imagen de esta institución y, además, apropiarse del discurso de víctimas que exigen verdad y justicia con respecto a crímenes perpetrados por los militares; las investigaciones revelan que el Ejército continúa siendo una institución opaca, antidemocrática, y que mira a los defensores de derechos humanos como una amenaza para las cúpulas del poder económico y político en México.
A continuación, enlistamos la serie de investigaciones y casos recientes en donde se relaciona al Ejército con violaciones a derechos humanos y espionaje en contra de activistas:
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Colusión del Ejército con el crimen organizado en Guerrero:
El último informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) para la investigación de las desapariciones forzadas de los 43 normalistas de Ayotzinapa, reveló interceptación de comunicaciones realizadas por autoridades estadounidense que demuestran la relación y colaboración entre mandos militares en Guerrero y el cártel Guerreros Unidos.
“Una pregunta como se llama el teniente q iba mucho al ranchito el cuando tubimos el pedo con el terser batallon y el q los de tubo q no la icieran de pedo//Crespo / Pero bien su nombre ire loq pasa q aqi en mi pueblo acaba de yegar otro teniente y disen q es atoda madre el”. Conversación del martes 1 de abril de 2014 entre Arturo Martínez, Apaxtla, y Mi ranchito.”
Tanto el Ejército como el grupo delictivo Guerreros Unidos han sido señalados por participar en los hechos atroces del 26 de septiembre que resultaron en seis ejecuciones extrajudiciales y la desaparición de 43 estudiantes normalistas.
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Ejército responsable de la desaparición y posible asesinato de normalistas de Ayotzinapa:
El último informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) demostró que el Ejército mexicano había infiltrado la Normal Rural de Ayotzinapa con el fin de espiar a los estudiantes por sus actividades escolares y participación en movilizaciones políticas.
Debido a las operaciones de espionaje ilícitas que el Ejército mantenía en la Normal Rural, los mandos castrenses tenían conocimiento minuto a minuto de lo que sucedía con los estudiantes la noche del 26 de septiembre, sin embargo, los militares participaron en la desaparición y el presunto asesinato de los normalistas. Así lo ha indicado, Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, encargado de la comisión que investiga el caso.
“Se presume que seis de los estudiantes estuvieron con vida hasta cuatro días después de los hechos”. “Y que fueron ultimados y desaparecidos por órdenes del coronel, presuntamente el coronel José Rodríguez”
Unos de los elementos activos infiltrados en la normal rural fue desaparecido junto con el grupo de estudiantes de Ayotzinapa sin que el mismo ejército hiciera algún intento de búsqueda de su elemento.
3. Ejército continúa sin colaborar en investigaciones sobre Ayotzinapa:
Pese a que un decreto presidencial firmado por López Obrador y el titular de la SEDENA, el General Luis Cresencio Sandoval González, ordena la entrega de toda documentación relacionada con el caso de Ayoztinapa; el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes indicó que el Ejército se rehúsa a entregar todo el material y evidencias relacionados al caso y la participación de sus fuerzas en el mismo.
De la misma manera, los familiares de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa han exigido que se deje de proteger a la institución que, además, se ha revelado, ha mantenido también informes sobre las actividades de organizaciones cercanas al caso y de los mismos padres y madres de Ayotzinapa.
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Ejército continúa con espionaje vía PEGASUS
Un nuevo informe por la R3D: Red en Defensa de los Derechos Digitales, ARTICLE 19 SocialTIC, y Citizen Lab de la Universidad de Toronto, revelaron tres nuevos casos de espionaje en contra de periodistas y personas defensoras de derechos humanos en México con el malware Pegasus.
El malware fue utilizado en contra de activistas durante la administración de Peña Nieto y mientras que López Obrador habría prometido descontinuar el uso de esta herramienta, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) adquirió durante este gobierno un sistema de monitoreo remoto de información a la empresa con representación exclusiva para vender Pegasus en México.
Las nuevas víctimas de PEGASUS y el Ejército mexicano son Raymundo Ramos Vázquez, que ha documentado por más de 20 años violaciones graves a los derechos humanos perpetradas por las Fuerzas Armadas en el estado de Tamaulipas; Ricardo Raphael, periodista espiado en diciembre de 2020 tras retomar temas vinculados con el Ejército; y un periodista de Animal Político quien fue espiado con Pegasus el mismo día que el medio publicó una nota relacionada con violaciones a derechos humanos cometidas por las Fuerzas Armadas.
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Ejército espía a colectivas feministas
La filtración de documentado tras el hackeo del grupo feminista “Guacamayas” reveló que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) espía a colectivas feministas, a quienes ubica a la par de los grupos subversivos, anarquistas y guerrillas que hay en el país.
De acuerdo con la información filtrada, se identifica a colectivas feministas, así como a mujeres que supuestamente conforman parte de estos grupos, varias de ellas cuentan con carpetas de investigación por delitos supuestamente cometidos durante marchas feministas, pese a que las mismas han denunciado la fabricación de delitos y la criminalización en contra de todo el movimiento.
A un día de la conmemoración de la masacre de estudiantes el 2 de octubre del 1968 por el Ejército mexicano, no podemos ignorar las últimas revelaciones sobre la institución castrense y sus prácticas opacas de espionaje en contra de activistas.
No olvidar significa levantar la voz en contra de las prácticas que han terminado con la vida de miles de hombres y mujeres jóvenes en manos del ejército. Hoy estamos a tiempo de prevenir otra masacre en manos del Ejército, otro encubrimiento, otro Ayotzinapa; los militares han demostrado históricamente que no pueden ser confiados y que la seguridad de mujeres y hombres peligra en sus manos.