En un solo lugar fluyen los pensamientos que se entrelazan y materializan en narrativas, que cuentan la concepción de la vida. Es el eje del universo donde se desencadenan las ideas y se muestran aquellos procesos creativos: es el Axis Mundo de la Ciudad de México, en el obligo del Instituto de Estudios Superiores de Turismo (IESTUR).
Por Teresa Balcazar/@BalcazarTeresa
En el marco del Gourmetour México 2019, en donde jóvenes de diferentes instituciones educativas de Latinoamérica expondrán técnicas culinarias bajo la temática “Cocina ancestral Latinoamericana”; este jueves se presentó el mural Axis Mundo, del Doctor en Historia y Etnohistoria, Israel Jurado Zapata.
El evento tuvo como invitados a representantes de países como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Honduras, Paraguay, Perú y Portugal.
El mural se encuentra en las instalaciones del Instituto de Estudios Superiores de Turismo. Como imágenes principales se encuentra el Chichihuacuahuitl (árbol del sustento): El árbol es alimentado por un jaguar, que sopla sus vientos equinocciales, y un águila en cuyo pico emana agua.
El Doctor, Israel Jurado Zapada, explicó que el Axis Mundo simboliza al dador del “sustento” para los hombres, el cual es alimentado por un símbolo lunar (jaguar), con un mensaje para el hombre: “hay alternativas para reorganizar su vida social”. Y por otro lado, un símbolo solar (águila), que brilla majestuoso.
En conjunto, los elementos fortalecen la idea de la lógica antigua del funcionamiento del ciclo de la vida.
Del simbolismo del Tlalocan, a la narrativa de la vida
Jurado Zapata es también autor del mural “Reivindicación”, el cual se exhibe en el auditorio Enrique Flores Magón, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Ambos tienen elementos simbólicos del muralismo teotihuacano: el “Tlalocan” uno de los “paraísos” en Tepantitla, Teotihuacán.
Tláloc, en “Reivindicación”, extiende sus manos. De ellas emana agua, cuyos ríos se funden con la idea del Axis Mundo a través de la representación de un “Chichihuacuahuitl” que, a su vez, muestra los niveles del universo:
“Esta composición la propuse en función de la universidad de gastronomía. Planteé la idea de que fuera un árbol del sustento, porque toda producción proyecta una cuestión alimenticia que los hombres desarrollan para su sustento.”
“Traté de reproducirlo, casi fielmente, porque aquí está un axis mundo que representa los tres niveles del universo. Las serpientes son el primer nivel, el inframundo. De sus fauces salen los árboles, son la raíz”
“El segundo nivel, que es el mundo terrenal, está representado por la fauna, como lo es el alacrán y el chapulín que, a su vez, están asociados a la vida y a la muerte.”
“Por último, la copa en donde emana los líquidos del sustento, el tercer nivel en el que residen los astros”.
“El Jaguar y el Águila se basan en Historia tolteca-chichimeca: hay una escena donde los chichimecas están acostado en unas biznagas y un águila y un jaguar están vomintándoles”.
“En conjunto narran la vida. Esa vida mundana del hombre que es acogida por el árbol del sustento, el cual, también tiene un fuerte carácter femenino, imperante, aún sobre la dualidad entrelazada”.
De acuerdo con el Doctor en Historia y Etnohistoria, el universo suele ser representado, entre los pueblos prehispánicos, mediante árboles cósmicos. En la obra es el estilo maya el que predomina.
La representación del todo: el estilo maya del Axis mundo
Para los mayas la concepción del centro era importante: es el axis mundo, el eje donde se conectan los tres niveles. Era el lugar de surgimiento de los pueblos.
Bajo la idea “del todo”, es que el mural muestra, en sus trazos, indicios que denotan al estilo del Bonampack.
“La iconografía maya, tiene mucho movimiento frente al tipo de códice mixteco o náhuatl. Si bien, plantean movimiento, no es un dibujo tan naturalista como el maya. Las serpientes mayas son fascinantes, por el movimiento que plantean, por el uso de esas vírgulas que representan muchas veces agua o humo. Por ello no metí dibujos estilo códice mixteco o estilo códice náhuatl del centro de México, porque son seres humanos estilizados, de perfil o compactos.”
Sin embargo, los trazos no solamente se sustentan en las representaciones mayas: las raíces se arraigan en el pensamiento del museógrafo mexicano Iker Larrauri Prado.
Aquellas escenas que pintaba, buscando recrear la vida cotidiana de alguna ciudad maya prehispánica, o por otro lado, a los hombres cruzando el estrecho de Bering; inspiraron a Jurado Zapata a crear su propio estilo, nombrado Kaminaljuyú.
“Decidí llamarlo Kaminaljuyú, porque es una ciudad prehispánica, en Guatemala. Según los arqueólogos, es una copia de Teotihuacán, pero en chiquito. Coinciden que es una colonia teotihuacana pero en aldea maya”.
La elaboración del mural duró un mes y contó con la participación de Cintia Rosales, estudiante de la Escuela Nacional de Trabajo Social, y Acolhua, estudiante de preparatoria.