En su 60° aniversario, el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (IMDEC) reúne a expertos para discutir los retos ambientales, sociales y políticos en un mundo en cambio. Destacan la urgencia de acciones contra el cambio climático, las violencias y la desigualdad global.
Por Mario Marlo / @Mariomarlo
Fotografía: Shiebi Águilar/IMDEC
El pasado 18 de noviembre, el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (IMDEC) conmemoró su 60° aniversario con el Foro “Colapso Civilizatorio: Un Llamado a la Acción”; el evento fue realizado en el Centro de Capacitación del IMDEC, y contó con la participación de expertos en paneles dedicados a desafíos ambientales, sociales y políticos.
El Foro se estructuró en cuatro paneles temáticos, comenzando con “Desafíos y riesgos en un escenario de colapso civilizatorio y cambio climático” en donde el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Raúl Ornelas Bernal, habló sobre la urgencia de abordar los desafíos y riesgos derivados del cambio climático y el colapso civilizatorio.
Uno de los aspectos clave discutidos fue el impacto del cambio climático en la Tierra; sobre ello, Ornelas Bernal señaló que la Tierra es un planeta con un efecto invernadero beneficioso que ha permitido la existencia de vida tal como la conocemos. Sin embargo, el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente causadas por la actividad humana, está convirtiendo este efecto invernadero en una capa espesa que atrapa la radiación solar, provocando un aumento en las temperaturas globales.
Además el investigador de la UNAM destacó que el principal problema que enfrenta el metabolismo de la Tierra son las emisiones de gases de efecto invernadero, en su mayoría de origen antropogénico, y que las grandes corporaciones transnacionales son responsables de una gran parte de estas emisiones, especialmente dióxido de carbono y metano.
El conferencista también resaltó la asimetría en la responsabilidad de las emisiones, indicando que la mayoría de las emisiones provienen de países ricos y regiones opulentas, mientras que las regiones más pobres son las que sufren las consecuencias de manera desproporcionada.
Además, se mencionó la falta de acción por parte de las élites y las grandes corporaciones para cambiar el rumbo de la crisis climática, esto a pesar de los acuerdos internacionales como el Acuerdo de París, muchas corporaciones continúan invirtiendo en la extracción de combustibles fósiles en lugar de energías renovables, lo que contribuye al problema.
Al respecto, Ornelas Bernal advirtió que el colapso civilizatorio y el cambio climático están en marcha y que las temperaturas récord y el derretimiento de los grandes cuerpos de hielo son signos alarmantes de la situación actual. También enfatizó la necesidad de adaptarse a las condiciones cambiantes, defender los territorios y promover prácticas sostenibles, como la agricultura orgánica.
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En el segundo foro, “Desafíos y riesgos frente a la militarización y las violencias”, donde participó Dora Robledo García, directora del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba), y Daniel Inclán, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, ahí se habló sobre los riesgos e impactos de las violencias en México.
Daniel Inclán inició el diálogo con una reflexión sobre los riesgos e impactos de las violencias en México. Su enfoque invitaba a cambiar la percepción común de la violencia como una anomalía en la sociedad, sugiriendo en cambio que se trata de una manifestación compleja, arraigada en estructuras más amplias de poder y política. Inclán argumentó contra la simplificación de la violencia a dicotomías de normalidad y anormalidad, destacando la necesidad de comprender sus dinámicas internas y su función como herramienta educativa y de poder.
Por su parte, Dora Robledo García centró su intervención en la militarización y represión, especialmente en el contexto de Chiapas. Resaltó cómo la respuesta gubernamental a los conflictos, a menudo caracterizada por una mayor militarización, falla en abordar las causas subyacentes de la violencia. García destacó que la presencia del ejército y la policía en las comunidades no solo responde a la violencia existente, sino que también está entrelazada con intereses económicos y políticos.
Además, señaló cómo estas intervenciones gubernamentales suelen exacerbar los conflictos, afectando gravemente a las comunidades en términos de derechos humanos y provocando resistencias locales.
El foro también abordó la necesidad de repensar las respuestas institucionales y gubernamentales frente a estas problemáticas. Se subrayó la importancia de entender la violencia y la militarización en un contexto amplio que engloba aspectos sociales, económicos, políticos y culturales. Igualmente se discutió sobre las formas en que las comunidades están resistiendo y organizándose frente a la violencia y la militarización, destacando la defensa de la tierra y los recursos naturales como un frente crucial de lucha.
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El tercer foro, “Experiencias Emancipadoras: Mujeres, Comunalidad y Autonomías”, participó Dilda Roj del Movimiento de Mujeres del Kurdistán, Rigoberto Vázquez Luna, Rector de la Universidad Autónoma Comunal, y Guadalupe Vázquez Luna de Las Abejas de Acteal, se abordaron temas sobre la participación de la mujer en movimientos sociales y la importancia de la comunalidad y autonomías en distintos contextos culturales y políticos.
En su intervención, Guadalupe Vázquez Luna, sobreviviente de la masacre de Acteal, resaltó el papel crucial de las mujeres en la lucha y resistencia pacífica, enfocándose en la violencia que han sufrido y la necesidad de un reconocimiento más profundo de su rol en la sociedad y las organizaciones. Habló apasionadamente sobre la defensa de la Madre Tierra y la búsqueda de la justicia frente a la impunidad.
Por su parte, Rigoberto Vázquez García, ofreció una perspectiva detallada sobre la comunalidad como eje central de su propuesta, subrayando la importancia de las prácticas comunitarias y la resistencia cultural. Destacó la necesidad de crear espacios educativos que reflejen y fortalezcan la identidad y organización comunal, así como enfrentar desafíos como los megaproyectos.
Dilda Roj compartió la lucha del pueblo kurdo, su historia de resistencia y la importancia de redefinir paradigmas de liberación y emancipación, poniendo especial énfasis en el papel transformador de las mujeres en la sociedad. Propuso el confederalismo democrático como modelo alternativo, basado en la liberación femenina, el respeto a la naturaleza y la reorganización social según necesidades propias.
El foro fue un crisol de ideas y experiencias, donde se compartieron perspectivas diversas y se debatieron estrategias de lucha y resistencia desde distintos contextos culturales y políticos. Estas discusiones subrayaron la importancia de la lucha feminista, la resistencia comunal y cultural, y la necesidad de replantear los paradigmas de poder y emancipación en el contexto global contemporáneo.
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El foro cuatro, “Movimientos Sociales, Formación Política y Educación Popular Liberadora”, donde participaron Ana María García Arreola de EDUCA, Osvaldo Antonio López del Centro de la Memoria y Promoción de DH Virrey Cevallos, Argentina, y Verónica del Cid de la Red ALFORJA, Guatemala, discutieron sobre el presente y futuro de los movimientos sociales en América Latina.
La discusión se centró en el análisis histórico y contemporáneo de los movimientos sociales, destacando la influencia de políticas externas como la Doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos durante la Guerra Fría. Los ponentes coincidieron en que estas políticas fomentaron un escenario propicio para la adopción del neoliberalismo en la región, lo que ha generado numerosos desafíos para los movimientos sociales actuales.
Desde México, Ana María García Arreola aportó su visión sobre la situación en Oaxaca, destacando la influencia de movimientos progresistas y eclesiásticos en la organización social y política de la región. Resaltó el papel crucial de la educación popular en la lucha por los derechos indígenas y contra las políticas neoliberales.
Por su parte, Verónica del Cid enfocó su intervención en la situación de Guatemala, subrayando la importancia de la educación popular y la necesidad de nuevas estrategias de movilización y articulación de luchas en un contexto de creciente militarización y políticas neoliberales.
Los panelistas abordaron los retos contemporáneos que enfrentan los movimientos sociales, subrayando la importancia de la memoria histórica, la construcción de sujetos políticos colectivos y la definición de proyectos políticos claros. Además, se destacó el rol esencial de las mujeres y las juventudes en estos movimientos, haciendo un llamado a desmantelar estructuras patriarcales y violentas dentro de las mismas organizaciones.
El foro concluyó con un consenso sobre la necesidad de entender los movimientos sociales en un marco internacional, considerando las dinámicas globales y la conexión entre diversas luchas a nivel mundial. Los participantes expresaron su compromiso con la continuación de la lucha por la justicia social y la liberación en América Latina, destacando la educación popular y la formación política como herramientas clave para el futuro.
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Finalmente, los foros de aniversario terminaron con la lectura de un pronunciamiento firmado por el equipo del IMDEC, donde convocaron a realizar un movimiento unificado de protesta y acción con la intención de buscar llamar la atención sobre las guerras de exterminio perpetradas por naciones poderosas y la política de acumulación por exterminio que está devastando comunidades y ecosistemas.
El pronunciamiento denuncia la situación en Palestina, Etiopía, Ucrania, Haití, y otros países, donde miles de vidas han sido perdidas y comunidades enteras han sido desplazadas o exterminadas. Estos actos de violencia, según IMDEC, son parte de una estrategia global de dominación y control de recursos que prioriza los beneficios económicos sobre la vida humana y el respeto a la naturaleza.
Además de la crítica a las políticas globales, el IMDEC hizo un llamado directo al gobierno de Andrés Manuel López Obrador para que tome medidas concretas. Entre ellas, romper relaciones con Israel, detener la capacitación y compra de armas de empresas israelíes, buscar la aparición con vida de personas desaparecidas en México, y proteger a defensores comunitarios, ambientales y de derechos humanos.
El IMDEC también expresó su solidaridad con los movimientos de resistencia como el EZLN y otros grupos que luchan por la justicia y la preservación de la vida en armonía con la naturaleza. En su 60 aniversario, la organización reafirmó su compromiso de continuar su lucha por la defensa de la vida y la justicia, manteniendo una esperanza tenaz en un futuro mejor y más justo.