Ciudad de México, 21 de enero de 2019
De acuerdo a la organización internacional Ipas México, en nuestro país se han incrementado progresivamente los embarazos de niñas de entre 10 y 14 años desde 2003, a partir del estudio presentado recientemente “Violencia sexual y embarazo infantil en México: Un problema de salud pública y de derechos humanos”, aseguran que los embarazos infantiles corresponden a un problema de salud pública mundial que impacta los derechos humanos, el bienestar físico y psicosocial de las mujeres, sus familias y el desarrollo de los países.
La Estadística de natalidad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que registra los nacimientos en las oficialías del Registro Civil en las distintas entidades del país y los consulados en el extranjero documentó el 2016 como el año con la incidencia más alta en embarazo infantil en México con 11,808, casos; durante el 2017 se registraron 9,463 nacimientos donde la madre era menor de 14 años.
Jalisco, Chiapas y el Estado de México ocupan los primeros lugares en incidencia de este ripo de embarazos con 793, 781 y 763 casos respectivamente; estos tres estados juntos representan casi el 25% del total nacional en el año. Por lo que corresponde al Estado de México, los municipios con mayor incidencia en embarazos infantiles fueron Ecatepec con 53; Naucalpan con 51, Chimalhuacán con 42 y Chalco con 35 casos en el año.
iPas México tiene como objetvo trabajar para que las mujeres incrementen su capacidad para ejercer sus derechos sexuales y reproductivos, especialmente el derecho al aborto. Para la elaboración del estudio, realizaron una recopilación y revisión de datos proporcionados por diferentes instituciones y estadísticas oficiales, como la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) o el Consejo Nacional de Población (CONAPO); para realizar una fotografía lo más certeramente posible respecto al embarazo en las adolescentes y niñas en México.
El embarazo infantil tiene mayor incidencia en países en vías de desarrollo o con ingresos más bajos. “A nivel mundial 1.1 millones de niñas menores de 15 años están pasando por un embarazo, cuando lo ideal sería que a tan temprana edad no enfrentaran una situación como esta por la inmadurez que presentan tanto física como psicológicamente”, asegura la doctora Claudia Margarita Martínez, asesora en programas de Ipas México. De hecho, debido a esa inmadurez física, las niñas menores de 15 años tienen más probabilidades de sufrir padecimientos como la eclampsia, anemia, hemorragia postparto y endometrisis puerperal durante el proceso de embarazo, que las adolescentes mayores de 15 años.
Es importante recalcar la diferencia de edades de los responsables de estos embarazos infantiles, pues resulta ser muy significativa. A partir de los datos registrados en las actas de nacimiento de registro civil entre 2010 y 2015 en el INEGI (2018), el 41% de las niñas de entre 10 y 14 años que tuvieron un hijo nacido vivo, refirieron que el padre de su hijo tenía entre 18 y 54 años; solamente el 2% es menor de 15 años; el 35% no especificó la edad de la pareja, o sea, aparecen en las actas de nacimiento como madres solteras, y el 21% reportaron que el padre tenía entre 15 y 17 años. El mismo informe puntualiza que generalmente “no se trata de adolescentes teniendo relaciones sexuales, sino que las niñas están siendo obligadas o manipuladas por adultos mediante el uso de la fuerza física o moral, el chantaje la manipulación y las amenazas en un marco de normalización de la violencia y de la baja efectividad de procuración de justicia”.
Las encuestas nacionales, como la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), no incluyen a las menores de 15 años en relación a los embarazos infantiles, esto representa diversos problemas, sobre todo en el diseño de la política pública que permita la atención puntual a esta problemática invisibilizada a partir de la normalización de la violencia y la precarización de los contextos socioculturales.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) México ocupa el primer lugar a nivel mundial en abuso infantil. 1 de cada 3 niñas y niños sufren abuso sexual. De acuerdo a la Secretaría de Salud, durante el 2017, 2,916 niñas de entre 10 y 14 años fueron atendidas en sus unidades por causa de violación sexual. Y a partir de la ENDIREH, el 93% de las niñas que tuvieron su primer relación sexual entre los 5 y los 9 años, indicaron que fue sin su consentimiento. Los agresores forman parte de su circulo cercano de conocidos, ya sean familiares, en la mayoría de os casos, vecinos o conocidos de la familia.
De acuerdo al Diagnóstico sobre la atención de la violencia sexual en México, del Comité de Violencia Sexual, de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, 128 mil mujeres manifestaron haber sido obligadas a mantener relaciones sexuales alguna vez en su vida. El 12% ocurrió antes de los 10 años, mientras que el 30% respondió que fue entre los 10 y los 14 años; o sea, casi la mitad de las mujeres que ha sido obligada a tener relaciones sexuales alguna vez en su vida, fue alrededor de los 14 años. Además que casi 2 mil 300 mujeres revelaron haber quedado embarazadas cuando eso ocurrió.
“Los resultados de la investigación ‘Violencia sexual y embarazo infantil en México: un problema de salud pública y de derechos humanos’ de iPas México, nos dan las herramientas para poder válidamente, con cifras, y con estadísticas, presumir la violencia detrás de los embarazos en las menores de 14 años” asegura Fernanda Díaz de León, Coordinadora de política y abogacía de Ipas México. El estudio permite visibilizar que las niñas están siendo obligadas a tener relaciones sexuales, están siendo manipuladas y chantajeadas; están siendo violadas y a partir de esa violación resulta el embarazo.
Las leyes de los estados establecen diferentes edades a partir de las que una menor puede dar consentimiento de una relación sexual, de aquí se desprende la figura legal de violación equiparada.
La mayoría de las entidades como Aguascalientes, Baja California Sur, Oaxaca, Querétaro o Sonora, entre otros, establece los 12 años para que una menor pueda dar su consentimiento para una relación sexual; Campeche Chihuahua, Durago Puebla o Tlaxcala a los 14 años; y el Estado de México, Hidalgo y Yucatán a los 15 años.
El Estado de México es la única entidad en el país que diferencía el ejercicio voluntario de la sexualidad de las personas a partir del artículo 273 de su Código Penal, en el que establece si existen o no las condiciones para considerar una violación equiparada; o sea, toda relación sexual con una persona menor de 15 años es considerada una violación, no siendo de esta forma si es mayor de 13 años y se garantice que no hubo abuso, es decir que se garantice que la menor no modificó su consentimiento antes de haber mantenido la relación, que exista una relación afectiva con el inculpado o si la diferencia de edad entre ambos, es menor de 5 años.
“A partir de estas puntualizaciones, la legislación mexiquense busca de alguna forma el equilibrio entre proteger a las menores, pero también dejar a salvo su derecho a la libertad sexual y a ejercer su sexualidad”, asegura la abogada Fernanda Díaz de León, ya que en muchas ocasiones se sataniza el ejercicio de la sexualidad de las y los adolescentes, el ejercicio de apropiarse de su cuerpo, cosa que la educación sexual oficial no lo permite o no lo contempla.
Desde la modificación en 2016 de la Norma Oficial Mexicana (NOM 046), para la atención de violencia familiar, sexual y contra las mujeres, podría ser más sencillo el acceso a los servicios de atención por violencia sexual, independientemente si una niña acude con la necesidad de solicitar una anticoncepción de emergencia de manera pronta, o si tiene la necesidad de interrumpir un embarazo, pero muchas veces no hay un conocimiento muy claro de la normatividad de actuación para acceder al aborto, máxime tratándose de menores de edad, pero a partir de las complicaciones físicas y de salud a las que son más propensas de sufrir las niñas menores de 15 años, que pudieran poner en riesgo su vida, podría justificarse legalmente la interrupción del embarazo en la mayor parte del país.
“Cuando se tiene la necesidad de interrumpir el embarazo se cuenta con procedimientos que son muy seguros, utilizando medicamentos o mediante la Aspiración Manual Endouterina (AMEU), cuando se determine que la mujer es candidata idónea; además de ser seguro y recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, menciona la doctora Claudia Margarita Martínez.
En contextos culturales como el de México y el Estado de México, donde la normalización de la violencia es una constante, y con la ideología imperante del patriarcado, en el que se ve a las mujeres en general y a las niñas en particular como un objeto y no como un sujeto, la recomendación de la organización internacional iPas México, a partir del estudio presentado puntualizan en la necesidad de otorgar un servicio de salud integral a la niñez mexicana. “Es necesario un programa que esté adaptado específicamente para contrarrestar esta problemática, asegurar la implementación de acciones específicas tanto en el sector salud, como en la educación y la procuración de justicia, para identificar y atender situaciones de violencia sexual detrás de cada embarazo infantil”, concluye el informe.