El evento congregó a distintas generaciones de seguidores del movimiento Emo, quienes recorrieron del Palacio de Bellas Artes a la Glorieta de los Insurgentes entonando canciones de sus grupos favoritos.
Por AlanJHM / @AlanDJHM
Ciudad de México, 19 de marzo 2025.- La Marcha Emo 2025 se llevó a cabo el pasado sábado 15 de marzo, reuniendo a cientos de personas, el Palacio de Bellas Artes fue el punto de partida de este recorrido cargado de melancolía y rebeldía. Alrededor de las 13:30 horas, los asistentes iniciaron su camino hacia la Glorieta de los Insurgentes, coreando canciones de Allison y Panda mientras entonaban gritos de “¡Somos emos y qué!”. Los asistentes fueron apoyados por oficiales de tránsito que cerraron algunas calles por dónde pasaban.
Esta marcha se realizó 17 años después de la histórica manifestación donde seguidores del movimiento Emo exigían respeto y el reconocimiento de su identidad sin etiquetas despectivas. En aquel entonces, el evento terminó en enfrentamientos con otras subculturas, como los punks, en la misma Glorieta de los Insurgentes. Algunos de los asistentes a esa primera marcha se presentaron nuevamente en esta edición, recordando aquellos días de tensión y reivindicación.
Entre los participantes, se podía notar una mezcla de generaciones: aquellos que vivieron el auge emo en su adolescencia y otros más jóvenes que han encontrado en este movimiento una forma de expresión. Para algunos, fue un reencuentro con el pasado; para otros, una oportunidad de experimentar algo que no vivieron en su momento. “Porque es algo que en su momento no me tocó vivir y ahorita que se vuelve a hacer, se me hace algo padre venir a ver. Está divertido, está gracioso, es algo diferente a lo que normalmente se ve”, comentó Cristian, uno de los asistentes.
El fenómeno emo: un movimiento que sigue vivo
El término emo proviene de emocore (emotional hardcore), un subgénero del punk que surgió en los años 80 y se caracteriza por letras cargadas de nostalgia y emoción. Aunque en sus inicios estuvo ligado a bandas como Rites of Spring y Embrace, su evolución llevó a la popularidad de grupos como My Chemical Romance y Fall Out Boy a principios de los 2000. Estos últimos, con su estética dramática y letras melancólicas, marcaron a toda una generación.
Más que un género musical, el emo se convirtió en una subcultura fácilmente reconocible. Sus seguidores solían vestir ropa en tonos oscuros, pantalones ajustados, camisetas de bandas y accesorios con corazones rotos o calaveras. El cabello con flequillo largo y el delineado negro en los ojos eran elementos distintivos que reforzaban su identidad visual.
El legado emo y su impacto actual
“Especialmente, para mí, hoy en día yo lo veo como algo de ser más nosotros mismos. En su tiempo era más como el emo emocional. Aunque la gente lo vea como ser emocionalmente triste, también puede ser de todas las emociones, porque las canciones de mucha banda emo son más a lo emocional, triste, de pérdida, tristeza o de ruptura”, expresó Leonardo, un joven de 18 años que asistió al evento.