La activista y exintegrante de la Liga Comunista 23 de Septiembre, Bertha Lilia Gutiérrez Campos, es galardonada por su incansable labor en favor de los derechos humanos, la educación y la justicia social en México.
Por Mario Marlo / @Mariomarlo
Ciudad de México, 30 de septiembre de 2024 — La incansable activista y exintegrante de la Liga Comunista 23 de Septiembre, Bertha Lilia Gutiérrez Campos, conocida como “La Tita”, fue reconocida con el Premio Nacional Carlos Montemayor 2024, galardón que honra a personalidades destacadas por su compromiso con la justicia, la cultura y el bienestar social.
La Tita, actualmente integrante del Colectivo Rodolfo Reyes Crespo, fue seleccionada junto al doctor Hugo López-Gatell Ramírez y los periodistas Julio Hernández López y Nancy Paola Flores Nández, en una ceremonia que destacó la labor de aquellos que abogan por los derechos de los sectores más vulnerables.
El Premio Nacional Carlos Montemayor, instaurado en 2010 en memoria del renombrado poeta y escritor, busca cada año reconocer a quienes, desde diversas trincheras, han brindado aportaciones significativas en los ámbitos de la ciencia, las artes y el activismo social. Los organizadores expresaron que este reconocimiento es un llamado a visibilizar a aquellos comprometidos con las luchas sociales y que, como Montemayor, han defendido a quienes históricamente se les ha intentado silenciar.
Una vida de lucha y resistencia
Originaria de Guadalajara, Jalisco, Bertha Lilia Gutiérrez Campos creció en el seno de una familia trabajadora y comenzó su activismo en la juventud, influenciada por el entorno de desigualdad social. Estudió en la escuela primaria Lázaro Cárdenas y se formó como profesora en Educación Básica, obteniendo posteriormente posgrados en Pedagogía y Estudios de Género. Desde su juventud, integró el Frente Estudiantil Revolucionario (FER), donde participó en la Brigada Femenil “Mujeres Proletarias”, realizando tareas de propaganda y difusión. Posteriormente, se unió a la Liga Comunista 23 de Septiembre, un movimiento de resistencia que luchaba contra la represión y las injusticias de la época.
Su activismo la llevó a ser encarcelada en la Penitenciaría de Oblatos en 1974, donde permaneció hasta su liberación en 1978, gracias a la primera etapa de la Ley de Amnistía. Durante su encarcelamiento, Gutiérrez Campos impartió clases de alfabetización a otros internos, una muestra de su compromiso con la educación y la emancipación del conocimiento. Tras su liberación, regresó al magisterio, dedicando su vida a la enseñanza en Educación Básica, así como en programas de licenciatura y posgrado, hasta su jubilación.
El reconocimiento a Bertha Lilia Gutiérrez Campos simboliza un homenaje a décadas de resistencia, perseverancia y dedicación al cambio social. Su historia de vida y su lucha por la justicia social continúan siendo un ejemplo de tenacidad y compromiso, especialmente para las nuevas generaciones de activistas y educadores que buscan construir un mundo más equitativo.