Por Mercedes Matz/@abraxas_m
La comunidad indígena otomí que radica en diversos puntos de la Ciudad de México evidenció a través de imágenes, las despensas que les fueron entregadas en cajas que superaban en tamaño el contenido de las mismas, por lo que las calificaron como “una burla”.
Filiberto Margarito Juan, perteneciente a la comunidad e integrante del Concejo Indígena de Gobierno informó que el pasado 22 de mayo, autoridades del Gobierno capitalino acudieron a las calles donde habitan para entregarles por primera vez un apoyo. Se trató de la “entrega de una despensa con una caja muy grande con muy pocos productos”, relató el integrante de la comunidad.
En el interior de cada caja se hallaban dos kilos de frijol, uno de arroz, medio de lenteja, medio de avena y cuatro paquetes de espagueti. “Esto es una burla, como puede dar despensas según ellos, cuando realmente no tienen nada”, expresó.
Por su parte, el colectivo en defensa de los derechos humanos Colectivo Aequus, detalló en un comunicado que, el pasado viernes, se presentó ante la comunidad, personal de la Secretaria de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes, con el objetivo de entregar las despensas a las familias.
De acuerdo al colectivo, las despensas “fueron empaquetadas en cajas de aproximadamente 60 cm, por 30 cm, por 33 centímetros”, sin embargo, el valor de la despensa antes mencionada no supera lo equivalente “a un día de salario mínimo en la Ciudad de México, que es de 123 pesos con 22 centavos”.
En un comunicado, el colectivo aclaró que las despensas pudieron “ser empaquetadas en una caja de dimensiones infinitamente más pequeñas, sin embargo, quizás a juicio de las autoridades, esto no se hubiera visto bien en las fotografías y videos que tomaron al realizar la entrega”.
El colectivo recordó que las autoridades “han mantenido a la comunidad indígena otomí fuera de los programas de atención a grupos vulnerables en medio de la contingencia sanitaria derivada del Covid-19”.
Desde las primeras semanas del confinamiento en la Ciudad, Margarito Juan calificó como grave la situación que enfrentan alrededor de 110 familias pertenecientes a la comunidad a consecuencia de la falta de acceso al agua, y al impedimento que tienen para salir a las calles de manera normal para vender sus artesanías, y con lo que logran el sustento del día para sus familias.
Esta situación no es nueva para la comunidad que vive en tres predios ubicados en las calles Zacatecas, Guanajuato y Roma de la capital. Para los integrantes que habitan en la calle Roma la situación es aún más complicada, pues en 2017 fueron desalojados del edificio que habitaban y desde entonces permanecen campamentos levantados en la calle, sin que se resuelva la situación legal del predio en el que habitaban.