Familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa inauguran un memorial en Chilpancingo, exigiendo justicia y la protección del espacio para evitar actos de vandalismo, mientras reiteran su demanda al gobierno de esclarecer el caso.
Por Mario Marlo / @Mariomarlo
Fotografías Tlachinollan / @Tlachinollan
Chilpancingo, Guerrero, a 21 de septiembre del 2024.- Este sábado, en la Glorieta del Monumento a las Banderas, se inauguró el memorial en honor a los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, desaparecidos en septiembre de 2014. El espacio, compuesto por diez estelas, simboliza la incansable lucha de los padres y madres por la verdad y la justicia, en medio de un entorno que sigue marcado por la impunidad y la violencia.
El acto fue presidido por la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, quien entregó oficialmente el memorial a las familias de los desaparecidos. Acompañados por organizaciones sociales, colectivos de desaparecidos y la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), los familiares hicieron un emotivo llamado a que el gobierno local se apropie del espacio, brinde seguridad y evite que sea vandalizado, como ha sucedido con el Antimonumento +43.
Vidulfo Rosales Sierra, abogado de las familias, destacó la importancia del memorial como símbolo de la lucha contra el olvido. “Es fundamental mantener viva la memoria de estos hechos ominosos, de estas graves violaciones a los derechos humanos. Este memorial es una expresión viva de esta exigencia, una señal de que esta herida sigue abierta y pendiente para los gobiernos”, afirmó Rosales.
Durante su intervención, Rosales también criticó la falta de avances en la investigación de la desaparición de los 43 estudiantes y denunció la colusión entre las fuerzas de seguridad y el crimen organizado. Señaló la necesidad de que el gobierno federal retome el apoyo que inicialmente brindó a las familias, pero que se ha debilitado, especialmente tras la exigencia de investigar al ejército.
Mario César González Contreras, padre de César Manuel González Hernández, uno de los desaparecidos, expresó su agradecimiento por la iniciativa del gobierno local, pero también manifestó su preocupación por la seguridad del memorial. “Es muy triste para nosotros ver cómo vandalizan algo tan significativo. Nos gustaría que hubiera cámaras de seguridad y que este espacio tuviera un nombre relacionado con el caso”, declaró González, subrayando la importancia de que el memorial no caiga en el olvido ni sea destruido por quienes se oponen al movimiento de Ayotzinapa.
Por su parte, Emiliano Navarrete, padre de José Ángel Navarrete González, fue más contundente en su mensaje. Navarrete criticó la narrativa oficial que atribuye la desaparición de los estudiantes a un grupo criminal, subrayando la responsabilidad de las autoridades. “Para nosotros, los que atacaron a nuestros hijos fueron policías municipales coludidos con la delincuencia. No sabemos quién los tiene, pero estamos seguros de que el ejército sabe dónde están”, señaló, en una de las declaraciones más crudas del evento.
Norma Otilia Hernández Martínez, presidenta municipal de Chilpancingo, reafirmó su compromiso con el movimiento de los 43 y anunció una serie de medidas para proteger el memorial, entre ellas la instalación de cámaras de seguridad para evitar futuros actos vandálicos. “Este espacio será protegido para que nunca más aquellos que quieren borrar la memoria de lo que le duele a México puedan destruirlo”, aseguró Hernández.
La presidenta también se comprometió a trabajar en la rehabilitación del área y elevar la estela en memoria de los 43 estudiantes. Asimismo, prometió conectar el memorial con el circuito de vigilancia urbana y ampliar la presencia de imágenes y monumentos alusivos a la lucha social en otros puntos de la ciudad.
El evento cerró con las palabras de estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, quienes recordaron que, a casi diez años de la desaparición de sus compañeros, no se ha hecho justicia. Criticaron la campaña de desprestigio hacia las normales rurales y condenaron la colusión entre las autoridades y el crimen organizado, una complicidad que, según ellos, continúa afectando al país.
“Nosotros no vamos a quedarnos callados viendo las injusticias. Mientras existan las normales rurales, no habrá ningún pueblo de rodillas. Seguiremos luchando hasta encontrar a nuestros compañeros”, concluyeron.
Este memorial representa no solo un espacio de memoria, sino también un símbolo de resistencia y de exigencia constante de justicia. Para las madres y padres de los 43, así como para sus aliados, el memorial en la Glorieta del Monumento a las Banderas es un recordatorio de que la lucha por la verdad no ha terminado.