El alto al fuego, mediado por Estados Unidos y Francia, pone fin a un año de hostilidades que dejó miles de víctimas y desplazados en Líbano, mientras ambas partes inician una retirada estratégica en busca de estabilidad en la región.
Por Redacción / @Somoselmedio
En un histórico avance diplomático, Israel y Hezbolá firmaron un acuerdo de alto al fuego que pone fin a más de un año de hostilidades en Líbano. Este armisticio, mediado por Estados Unidos y Francia, marca un cese significativo en el conflicto que se intensificó tras los ataques de Hamás en octubre de 2023.
El anuncio oficial llegó el 26 de noviembre, cuando el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó su respaldo al acuerdo durante un mensaje televisado. Horas después, el presidente estadounidense Joe Biden, desde los jardines de la Casa Blanca, celebró el compromiso de ambas partes mientras advertía que Israel mantendrá su “derecho a la autodefensa” en caso de incumplimientos.
El conflicto entre Israel y Hezbolá, que se intensificó tras los atentados del 7 de octubre en Israel, ha dejado un saldo devastador en Líbano: más de 3,768 muertos y 1.2 millones de desplazados internos. Las embestidas aéreas y el fuego cruzado marcaron hasta las últimas horas previas al alto al fuego, que entró en vigor a las 4:00 horas del 27 de noviembre, hora local.
El armisticio incluye una primera fase de 60 días, en la que las fuerzas israelíes comenzarán a retirarse progresivamente del sur de Líbano, ocupado desde octubre. Paralelamente, Hezbolá se compromete a replegar sus unidades hacia el norte del país, dejando la administración de la región fronteriza en manos del Ejército libanés y las fuerzas de paz de la ONU (UNIFIL).
El acuerdo también establece que Israel cesará operaciones militares en territorio libanés, mientras Hezbolá y sus aliados detendrán todas las hostilidades. Este enfoque busca garantizar una paz duradera en la frontera sur de Líbano, según declaraciones de Biden, quien confirmó que EE. UU. y Francia liderarán una misión de monitoreo para verificar el cumplimiento del pacto.
Netanyahu explicó que el cese al fuego permitirá a Israel concentrarse en amenazas estratégicas como Irán, aislar a Hamás y fortalecer a sus tropas. Según el primer ministro, este movimiento refuerza la capacidad militar israelí en un conflicto regional que ha mermado recursos y personal en varios frentes.
El liderazgo de Hezbolá ha enfrentado crecientes presiones internas y externas. La muerte de su líder, Hassan Nasrallah, en un ataque aéreo en septiembre, junto con los embates económicos y militares israelíes, debilitó significativamente a la milicia. Además, la oposición política dentro de Líbano acusó a Hezbolá de vincular el destino del país al conflicto en Gaza, lo que aceleró la búsqueda de una tregua.
Sin embargo, el vicepresidente del Consejo Político de Hezbolá, Mahmoud Qamati, expresó dudas sobre las condiciones del acuerdo, señalando que la postura israelí de “autodefensa” podría justificar nuevas agresiones.
Aunque el acuerdo representa un alivio inmediato para las poblaciones afectadas, su sostenibilidad depende de la voluntad política y el cumplimiento estricto de ambas partes. Mientras Israel busca consolidar sus objetivos estratégicos, Hezbolá enfrenta el reto de mantener su relevancia en un Líbano dividido.
El cese al fuego, aunque frágil, ofrece una oportunidad para reconstruir vidas y fomentar la estabilidad en una región marcada por décadas de conflicto. La comunidad internacional estará atenta a los avances en los próximos 60 días, un período que podría definir el futuro de la paz en Medio Oriente.