¿Qué hacemos con un mundo que ha normalizado al extremo las formas de crueldad? es la compleja interrogante que la antropóloga argentina Rita Segato ha construido al estudiar los distintos fenómenos sociales que atraviesan Latinoamérica, y a la que buscó responder durante su participación en la mesa de diálogo “Contra la pedagogía de la crueldad: la experiencia vincular y comunitaria de las mujeres” organizada por el Centro de Estudios Latinoamericanos Avanzados (CALAS).
Por única vez presente en esta edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la también activista feminista aseguró que la violencia desmedida hacia las mujeres no se podrá erradicar mediante movimientos revolucionarios, sino mediante la replantación del Estado.
Por Leslie Zepeda / @lesszep2 / @Zonadocs
Ante un aforo presencial y virtual dentro de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Rita Segato, antropóloga, escritora y activista feminista argentina buscó aterrizar varias de las hipótesis que ha desarrollado a lo largo de su carrera, así como sus múltiples textos enfocados en la violencia de género.
En un espacio organizado por el Centro Maria Sibylla Merian de Estudios Latinoamericanos Avanzados (CALAS), y en el marco de la mesa de diálogo “Contra la pedagogía de la crueldad: la experiencia vincular y comunitaria de las mujeres”, explicó a las y los asistentes qué le llevó a construir el concepto “pedagogía de la cultura”. Si bien, reconoció que lo desarrolló a través de años de trabajo y reflexiones, dijo que hubo dos momentos cruciales que lo determinaron:
El testimonio del actor protagonista de la película “La naranja mecánica”, Malcolm McDowell, quien relató los estragos mentales que dejó en él representar su personaje. El filme fue censurado en varios países, incluida Argentina, por la violencia explícita que mostraba. Segato pudo acceder a ella en 1994 en México, dos años después de su lanzamiento y debido a que en este país no fue prohibido.
Sin embargo, para la antropóloga el testimonio de McDowell, la censura que se impuso al filme y la reacciones de ese momento contrastan con lo que en la actualidad significa y representa para la audiencia “La naranja mecánica”: una comedia.
“Entonces empecé a preguntarme, qué está pasando con nosotros, cómo puede ser que nuestra sensibilidad, nuestro umbral de sensibilidad a la crueldad y a las violaciones ha cambiado tanto desde que se realizó. Eso a mí me encendió una curiosidad y me llamó a pensar que a algo estamos siendo sometidos que nos ha vuelto insensibles”.
Por otro lado, la también activista encontró una entrevista en el New York Times la ex militar Bradley Manning tras haber filtrado múltiples documentos militares y diplomáticos al portal WikiLeaks. La historia de Bradley, posteriormente identificado como Chelsea Manning durante su encierro en una cárcel norteamericana por el delito de espionaje.
El testimonio de Chelsea conmovió a Rita y le pareció una historia extraordinaria. El relato comienza en la infancia y adolescencia de esta mujer, quien pasó mucho tiempo jugando videojuegos en una oficina llena de computadoras propiedad de su padre, un exmilitar. Gracias a esto ingresa al ejército estadounidense y comienza su trabajo en el área de Sistemas, donde archivaba fotografías de la guerra en Medio Oriente. Aunque su trabajo no lo exponía a la violencia directa, la ex militar reflexionó sobre la violencia, sobre cómo aquel grupo al que pertenecía asesinaba personas continuamente, así decidió exponer la información a la que tenía acceso:
“Eso es tan conmovedor, cuando yo leí la entrevista lloré conmovedoramente, me causó una gran emoción y fue también otro vislumbre como el de “La naranja mecánica” manifestó la antropóloga.
¿Qué es la “Pedagogía de la crueldad”?
“El ataque sexual y la explotación sexual de las mujeres son actos de rapiña y consumición del cuerpo que constituyen el lenguaje más preciso de la cosificación de la vida El cuerpo de las mujeres es como nada, el lugar donde esa cosificación, esa apropiación, esa depredación sobre la vida, sobre el cuerpo vivo se realiza de una forma, como un síntoma de esa realidad” expuso Rita Segato.
Después de las inquietudes que estos dos momentos cruciales causaron en Rita fue que comenzó a moldear su concepto “Pedagogía de la crueldad”.
“Rita Segato habla de una enseñanza cultural de la violencia a la cual denomina ‘Pedagogía de la crueldad’, la idea es que esta pedagogía lleva a los sujetos a transformar lo que está vivo en un objeto y en una cosa, la finalidad es convertir lo que está vivo en mercancía. Según la aurora así se promueve la insensibilización de los objetos ante la violencia y el sufrimiento de los demás” explicó Joachim Michael, quien también participó en la mesa de diálogo y es cofundador del CALAS.
Por su parte, la coordinadora local del Laboratorio de Conocimiento “Visiones de Paz” del CALAS en Guadalajara, Carmen Chinas reconoció que la pedagogía de la crueldad se ve manifestada más que nunca en la actualidad dentro del contexto mexicano:
“En México podemos dar cuenta de la dimensión de la tragedia de la violencia, pues nuestro país se encuentra inmerso en una crisis humanitaria. Doy algunos ejemplos: en materia de desaparición de personas hay más de 94 mil sin ser localizadas hasta la fecha y en el caso particular de las mujeres, la mayoría de las desaparecidas tiene entre 14 y 16 años, lo que nos lleva a pensar en el tema de la trata y el comercio sexual que Rita señala como un ejemplo de lo que significa la pedagogía de la crueldad”.
Como antropóloga y activista Rita Segato ha trabajado en estudiar distintos fenómenos sociales en Latinoamérica, entre ellos ha resaltado su análisis sobre la situación de alta violencia de género en Ciudad Juárez en contra de las mujeres, el cual dejó registrado en su libro “La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. Territorio, soberanía y crímenes de segundo estado”.
Sobre lo anterior, la antropóloga ha identificado que los altos grados de violencia se han extendido a lo largo del país y aseguró: “México se ha Juarizado.” Bajo la violenta realidad del país ha reconocido que las distintas formas de violencia en contra las mujeres representan un lenguaje; así, su hipótesis dice que la violencia es ejercida como una forma de poder, para demostrar al mundo que los cuerpos como objetivación están apropiados, dominados ante la ausencia de un Estado legítimo:
“Esa violencia no es para algo, no es para nada que no sea mostrar al mundo que estos territorios están apropiados por la ausencia del Estado, por la incapacidad del Estado debido a su falta de legitimidad en el territorio que administra, sino que se generan formas de comunicar que el territorio está adueñado, o sea que hay dueños. Son crímenes, dicho de otra forma, de jurisdicción apropiadas que muestran su capacidad, su impunidad”.
El patriarcado es una manifestación del poder que es ejercido de manera asimétrica en contra de las mujeres, advirtió Rita Segato y explicó que éste debe entenderse como el sistema que es para poder atacarlo políticamente, “nunca desde lo privado o lo íntimo” señaló:
“El patriarcado es un sistema político disfrazado de religión, de moralidad, de costumbres, pero en el fondo, por detrás de estos disfraces se trata de un orden político. El patriarcado es un sistema político, el primer orden de poder, de prestigio y de valor, también un sistema jerárquico”.
“Tumbar el sistema patriarcal y el Estado hegemónico necesita de la colectividad, la unión, el cuerpo a cuerpo, boca a boca, todo para llegar a la Revolución”
¿Qué hacemos con un mundo que ha normalizado al extremo las formas de crueldad? Es un cuestionamiento que la antropóloga argentina se ha hecho a lo largo del tiempo como investigadora del tema, pues tiene la certeza de que es en la teoría y en las palabras, donde puede llegarse a la y/o las respuestas que podrían explicar las múltiples formas de violencia que son ejercidas en los cuerpos de las mujeres, pero, sobre todo, a detenerlas.
A pesar ello, Rita Segato considera que ningún movimiento revolucionario puede acabar con este gran problema. Sin demeritar los movimientos, en específico el feminista, la antropóloga explica que éste se ha enfocado en derrocar el sistema patriarcal con el mismo sistema, a través del estado y las leyes, algo que para ella simplemente no es posible:
“¿Por qué el movimiento feminista no ha conseguido contener los feminicidios, las torturas sobre el cuerpo de las mujeres, las violaciones? ¿por qué no ha conseguido, mucho menos, hacer disminuir los números de esas agresiones fatales? Yo creo que ha sido por una excesiva fe estatal y jurídica, que no comparto al menos para nuestros países”.
Para la antropóloga, los Estados no tienen ninguna relación con la gente, al menos no en Latinoamérica, porque no son el resultado de nuestra historia, sino de una adaptación de los países europeos a la región. La autora considera que las leyes no tienen relación alguna con las personas, por el contrario, las pocas referencias del Estado están basadas en el uso de la fuerza bruta, autoritaria y armada, así como en el temor.
“En el caso mexicano, lo que se genera entonces es un para-Estado, como le llamo en mi texto sobre Ciudad Juárez, una segunda realidad como le llamo diez años después en mi texto “Las nuevas formas de la guerra y el cuerpo de las mujeres” o sea un para-Estado, con su para-economía, con su para-legalidad, con su para-seguridad, para-policía e, incluso con su para-comunicación”.
La principal razón de los Estados fallidos en Latinoamérica, para Rita Sageto, se debe principal y sencillamente a que el Estado no se originó aquí: es una creación de quienes nos colonizaron.
“Ese ojo rapiñador, depredador de cosas, que es un ojo que se inicia con la guerra de conquista y ve en ellas algo apropiable, que son cosas, cuerpos apropiables para la violación, para el trabajo servil, para el trabajo esclavo. Ese es el ojo que inventa la cosificación del mundo, el ojo colonial, conquistual”.
Tumbar el sistema patriarcal y el Estado hegemónico que conlleva a las múltiples formas de violencia hacia las y los desiguales necesita de reestructuración, pero mayormente, como lo comentó Rita Segato, necesita de la colectividad, la unión, el cuerpo a cuerpo, boca a boca, todo para llegar a la Revolución.
En opinión de la antropóloga, “Las Tesis” son el mejor ejemplo de revolución con su himno “El violador eres tú”. La performance demostró la presencia y fuerza a nivel internacional de un grupo de mujeres que visibilizó una agresión sexual tan común, como un acto más de cosificación de los cuerpos y vidas de las mujeres, así como lo ha denunciado Rita en sus investigaciones.