“La colonización es en sí misma un acto de violencia del más fuerte al más débil. Esta violencia se vuelve todavía más odiosa cuando se ejerce sobre las mujeres y los niños”.
Ho Chi Minh (1890-1969)
Por Molay Maza Ontiveros/Política Zombie
Un viejo video nos muestra como en un campo de trigo se amontonan y rodean niñas y niños al Tío Ho, él sentado en la tierra y ellos expectantes en derredor conversan, juegan, bromean. Por supuesto que se trata de una grabación propagandística, pero hasta en estos casos o justo por su condición de ser documentos preparados para un objeto político, se hace presente con mayor plasticidad la espontaneidad, de tal forma que una pequeña niña tira de las barbas del Tío Ho causando la hilaridad del anciano y la infantil complicidad de la pandilla circundante. Ríe el Tío Ho asediado por las potencias imperialistas; primer presidente de la tierra liberada, del pueblo digno y gigante de Vietnam.
Esa es la imagen de un guerrero, un revolucionario anticolonialista, un comunista a carta cabal, constructor de su país y artífice de la historia y el porvenir, la imagen de un hombre que ríe y juega, tanto como planifica, discute, escribe y lucha. Un gigante que mide 1. 65m.
Poeta y trabajador, nació el 19 de mayo de 1890, hijo de Hoang Thi Boan; mujer campesina y protectora madre de tres contando a Ho, su padre se llamó Nguyen Sinb Huy o Nguyen Sinh Sac (1863-1929) quien recibió educación y trabajó como mandarín del Estado colonial. Desde muy joven el Tío Ho conoció las dificultades y peligros de la vida insurgente, su padre quien fuera un patriota fue castigado en repetidas ocasiones por el régimen colonial francés con la prisión que lo mantuvo alejado de su familia, el joven Ho que nació con el nombre de Nguyen Tat Thanh se vinculó desde 1911 al movimiento nacionalista y dejó la escuela para viajar a Saigón, posteriormente se embarcó como ayudante de cocina en el barco Latouche-Tréville a bordo del cual recorrió las costas de África, América y Europa estrechando lazos y múltiples relaciones con trabajadores de varios países.
Durante la llamada 1ª Guerra Mundial vivió en Londres y posteriormente viajó a París en donde se relacionó con el Partido Socialista y conoció las ideas de Marx, Engels y Lenin. Participó en discusiones relevantes del Partido y siempre puso sobre la mesa la importancia de la liberación de los pueblos coloniales oprimidos por la metrópolis, problema que incluso la izquierda escamoteaba refiriéndose a los territorios y pueblos de Indochina como la Francia de ultramar.
Adoptó el nombre de Nguyen Ai Quoc que quiere decir “El patriota”, y en 1919 envió una célebre carta a los líderes de Estado firmantes del Tratado de Versalles al final de la guerra, exigiendo libertad, igualdad, autodeterminación y democracia para el pueblo de Vietnam y los pueblos de Indochina. Esta carta es ignorada por las potencias triunfantes, pero causa grandes esperanzas en las masas populares y el movimiento de liberación nacional. Durante el mismo año Ho participa en la discusión que escinde al Partido Socialista y participa de la fundación del Partido Comunista Francés en 1920.
A los múltiples oficios del Tío Ho se incorporan el de periodista, militante y organizador. Escribió en L´ Humanité, en La Vie Ouvriére, del Partido Comunista y de la Confederación General de Trabajadores de Francia respectivamente. Fundó la Unión de los Pueblos Coloniales adscrita a la Internacional Comunista y el periódico Le Paria del que fue editor, director, redactor y administrador a la vez que formó el grupo militante que viajó con él a Vietnam para fundar el Partido Comunista de Indochina y posteriormente el Partido Comunista de Vietnam, pasado el tiempo publicó en los periódicos soviéticos Problemas de Oriente y Pravda entre muchos otros por todo el mundo.
Vivió en China y fue preso también, estuvo a punto de morir por orden de Chiang Kai shek el traidor y perseguidor de Mao, y escribió varios poemas en prisión, de la cual escapó para cumplir su misión libertadora en su tierra natal.
En 1945 se da una coyuntura internacional excepcional, la 2ª Guerra Mundial terminó con la derrota del Eje y por lo tanto con la derrota del imperio japones, que azotó con el terror de la guerra a los pueblos de Indochina y de la China misma; la derrota japonesa permitió el debilitamiento de las estructuras coloniales de la Francia de Vichy, y la lucha frontal de las masas populares dirigidas por el Partido Comunista y un dinámico movimiento guerrillero y de masas contra el Estado, las clases y el ejército francés coloniales. Hacia 1954 Ho Chi Minh ondea la bandera roja de la libertad y se firma el acuerdo que divide a Vietnam en el Paralelo 17 permitiendo la fundación de la República Democrática de Vietnam y el Vietnam del Sur controlado por Estados Unidos mediante una dictadura sangrienta. Así ingresa Vietnam en el tablero de la Guerra Fría.
Ho Chi Min, “El Iluminado” o “El que Ilumina” fue un dirigente que articuló sabiamente la construcción del Partido leninista de nuevo tipo con el movimiento de masas clandestino, la movilización guerrillera con mando centralizado y el desarrollo de la táctica más audaz y afinada capaz de derrotar al ejército colonial francés y capaz de batirse con la fuerza militar más terrible jamás conocida, la maquinaria de muerte de los Estados Unidos; quienes fueron combatidos por el presidente Ho Chi Minh desde 1955 hasta el día de su muerte en 1969.
Ho Chi Minh fue el primer presidente del Vietnam libre, durante su gobierno se emprendió la construcción del socialismo con base en la educación y la cultura, la organización del pueblo trabajador campesino y la industrialización, se construyeron escuelas, hospitales y teatros. También se impulsó la reforma agraria, la cual tuvo sus problemas y de la que se recuerda la capacidad del Tío Ho para corregir el rumbo en agosto de 1956.
Tras la muerte de Ho el 2 de septiembre de 1969, el pueblo de Vietnam se mantuvo cohesionado y organizado bajo el mando militar del Napoleón Rojo, Vo Nguyen Giap (1911-2013) y la dirección colectiva del Partido Comunista. La participación férreamente organizada del pueblo, entendiendo por pueblo el bloque histórico de los oprimidos en plena actividad emancipadora, articulado por la vida partidaria y la estructura militar con su disciplina, le dio la victoria en 1975 generando las condiciones para proclamar la República Socialista de Vietnam, reunificando el norte con el sur en 1976.
Antonio Gramsci escribió en una ocasión que la revolución en Rusia había sido una revolución contra El capital, es decir, contra el libro de Marx, en particular aquella tesis de que la revolución socialista era sólo posible en los países desarrollados económica e industrialmente. La Revolución de Octubre al desatarse en un país con una industria capitalista insipiente y mayoritariamente campesino había roto con esa idea convertida en dogma por las ortodoxias de la época. Por esos días de 1917, un trabajador vietnamita que barría la nieve de las entradas de los colegios de Londres por las mañanas y por las tardes era ayudante de cocina, estudiaba con emoción los acontecimientos mientras se reunía con sus camaradas de la Asociación de Trabajadores Chinos de Ultramar.
Sería la revolución de Ho Chi Min otra gran revolución impulsada por las ideas de Carlos Marx, pero más aún por las ideas de Lenin y en particular sus escritos sobre el colonialismo y los pueblos de Oriente, los textos sobre el Partido y la guerra proletaria. Sin embargo, la revolución en Vietnam no deja de ser una revolución contra una parte del Leninismo o contra la versión doctrinaria de la época; el marxismo-leninismo abrazada por Ho Chi Min, en particular aquella tesis en la que se afirma que sólo la clase obrera es la clase revolucionaria de la época del imperialismo y el campesinado no es más que su aliado temporal. Pero en un país con el 95% de la población sumergida en la explotación colonial-feudal no cabe esperar una industrialización capitalista para desarrollar las tareas de la emancipación social, de tal forma, que así envuelto en la bandera roja el Tío Ho organizó una revolución socialista en un país sin proletariado.
Ho Chi Min supo rebasar la dogmática del momento y desenvolver su política revolucionaria engranando su visión practica de la política con la lucha anticolonial, la lucha de liberación nacional con la lucha por la democracia y la lucha por el socialismo. Fue un incansable internacionalista al mismo tiempo que un ardiente nacionalista comprendiendo y llevando a los hechos la lucha de clases en varias de sus múltiples esferas: de clase, de nacionalidad y de raza sin subordinar una a otra. En la dirección del Partido y en la dirección del Estado la ética política, la austeridad, la humildad y el amor hacia sus camaradas distinguieron la praxis de Ho.
En nuestros días una terrible pandemia azota a la humanidad, poniendo en jaque la economía global capitalista y su conducta psicópata neoliberal, mostrando las debilidades de todos los sistemas de salud del mundo, ubicando su epicentro en Estados Unidos de Norte América con 89 mil 589 muertes, pese a que su comienzo se registró en China quien suma un total de 4 mil 634 muertes, de un total de 313 mil muertes en todo el mundo. Vietnam reporta cero hasta el cierre de esta edición, con 318 casos de personas infectadas en una población de 90 millones es el país que mejor ha gestionado la crisis del SARS-COV 2.
Vietnam ya está reactivando su economía, de la cual el Estado mantiene el control de la industria estratégica, comparte con la inversión privada, la apertura de mercados y el turismo, así como una creciente economía de servicios. No sin problemas Vietnam es un pueblo libre que lucha todos los días por su felicidad, un pueblo con una expectativa de crecimiento del 5% del Producto Interno Bruto para este año y con un crecimiento del 3,82% durante el primer trimestre que ha sorprendido al mundo. Desde los muros de las ciudades y la historia guerrera de su pueblo el presidente Ho Chi Minh sonríe y en los hechos traza la única ruta viable para un futuro justo, la ruta del socialismo y el bienestar para los pueblos del mundo frente a la barbarie actual.
Ese de la sonrisa y los gráciles movimientos de Tai Chi, ese viejo sabio que vivió en una cabaña de pescador durante los 15 años de su gobierno, el viejito que platicaba con las campesinas por las tardes, siempre rodeado de niñas y niños es el presidente indómito del Vietnam, quien vence una vez más con la victoria moral de quien trabaja para la gente. A 130 años de su nacimiento Ho Chi Minh sonríe por mostrar en los hechos la superioridad de una sociedad socialista, sonríe en la salud de su pueblo.
Muy interesante y motivante introduccion a Ho Chi Minh. ¿Qué libros se recomiendan para adentrarse en su pensamiento y su gobierno?