Un contingente de alrededor de 200 personas marchó para exigir playas y arroyos libres de aguas negras, accesos libres a las playas de Ensenada, la restauración de las dunas de Playa Hermosa y que regresen las oficinas de PROFEPA a Ensenada.

Texto: Gabriela Elena Suárez  Fotografía: @dronebajapictures_video / @Somoselmedio

Ensenada, Baja California, 15 de mayo de 2022.- El pasado sábado 14 de mayo un grupo de gente inconforme salió a marchar en la ciudad de Ensenada, Baja California, quienes fueron convocados por el grupo de jóvenes Fridays For Future Ensenada, Ensenada Ciudadana y Conspiracionistas Ensenada. Un contingente de alrededor de 200 personas marchó para exigir playas y arroyos libres de aguas negras, accesos libres a las playas de la ciudad, la restauración de las dunas de Playa Hermosa y que regresen las oficinas de PROFEPA a Ensenada. La marcha fue organizada debido a que estas demandas no han sido solucionadas.

De acuerdo a la Comisión Estatal para la Protección De los Riesgos Sanitarios (COEPRIS) a la altura del punto de descargas de la planta tratadora de aguas negras de El gallo se registran 24 mil 196 enterococos por cada 100 mililitros de agua oceánica. De acuerdo a los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud, y la Secretaría de Salud y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) una playa implica un riesgo sanitario si tiene más de 200 enterococos en 100 mililitros de agua. Así, Playa Hermosa es la playa más contaminada del país, razón por la cual ha permanecido cerrada desde hace más de dos años. Esta contaminación en lugar de disminuir aumenta, ya que la playa colindante, Playa CONALEP, fue cerrada por las mismas condiciones.

Las playas de Ensenada, entre la caca y la privatización

Por otro lado, los manifestantes apuntaron otra problemática que atraviesan las playas de la ciudad y el Estado, que es la privatización de las playas y sus accesos. El reciente cierre de la playa denominada Stacks en el poblado de El Sauzal, que fue cerrado en noviembre del 2021 sirve de bandera para apuntar cómo hoteles y empresas cierran los accesos a las playas, ya sea con un policía privado como en el caso de Stacks, o cobrando la entrada para estacionarse como San Miguel en El Sauzal o Monalisa en el sur de la ciudad.

Por otro lado, hoteles como Quintas Papagayo, Monalisa Beach Resort y Estero Beach prohíben el acceso a los peatones que quieren entrar a las playas. Este proceso de privatización está aumentando en el estado como el caso de Puertecitos en el Golfo de California que cobran 500 pesos por atravesar un predio y poder llegar a la playa. Esta práctica está dejando a la mayor parte de la población de Ensenada sin acceso a sus playas, una población con una íntima relación con el mar. Caso particular es el de la comunidad de surfistas en Ensenada, a quienes se les niega el acceso a las playas, como al resto de la población enfatizando el racismo, pues el acceso a surfistas extranjeros si está garantizado.

Las playas de Ensenada, entre la caca y la privatización

Esta marcha fue un llamado a las autoridades para regular los accesos de servidumbre que debieron de estar considerados en el planeamiento urbano y hacer valer el derecho de los locales al libre acceso a todas las playas del país y por otro lado regular todas las playas del Estado.

La tercera demanda fue la exigencia de que las oficinas de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente PROFEPA vuelvan a Ensenada, ya que éstas fueron trasladadas a Mexicali. Las exigencias de esta marcha estuvieron dirigidas al presidente municipal Armando Ayala Robles y a la gobernadora del Estado de Baja California Marina del Pilar Ávila Olmeda para que se actúe en consecuencia, de manera eficiente y libre de corrupción para hacer una ciudad más inclusiva para los locales y el medio ambiente.

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