Por Paco Dorado
Ciudad de México, 09 de agosto de 2017.- A unos días de cumplirse tres meses que Lesvy Berlín Rivera Osorio, de 22 años, fue encontrada muerta, con signos de violencia y ahorcada con un cable de teléfono, en una caseta telefónica, el pasado 3 de mayo en el camino entre la Facultad de Química y el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); el Rector de la universidad, Enrique Graue Wiechers, minimizó el hecho durante una entrevista con el periodista Javier Solorzano, al asegurar que se trató de “un problema de violencia entre pareja” y que además no fue dentro de las actividades cotidianas de la Universidad. La historia del asesinato de Lesvy está marcada por la impunidad, omisión y el silencio por parte de las autoridades, y la estigmatización y revictimización para la joven; mientras que el camino por la búsqueda de justicia para Lesvy a obligado a familiares, amigas y a la sociedad civil solidaria a organizarse cada vez con más precisión ante la omisión y la opacidad con que se ha manejado el caso; a gritar cada vez con más fuerza, con más rabia y una mayor puntualidad, para poder ser escuchadas y derribar el silencio que ha imperado.
Cuatro días antes de la entrevista de Graue, diversas organizaciones civiles y feministas que han acompañado a la familia de Lesvy Rivera en la exigencia de justicia, habían presentado un pronunciamiento que leyeron frente a Rectoría de la UNAM durante un mitin realizado en conmemoración a tres meses del hallazgo del cuerpo de la joven; en dicho pronunciamiento le cuestionaron a las autoridades universitarias el silencio que han mantenido por el caso y les exigieron se pronuncien ante la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ-CDMX) para el esclarecimiento y la investigación del asesinato de Lesvy como feminicidio ya que ha sido tipificado por las Procuraduría como suicidio.
“Tanto Luis Agustín Álvarez Icaza, director del Instituto de Ingeniería de la UNAM como el rector Enrique Luis Graue Wiechers, han permanecido en silencio ante una situación tan grave para la comunidad universitaria: un feminicidio que ejemplifica el riesgo que enfrentan las estudiantes, docentes y trabajadoras de la máxima casa de estudios.”, puntualizaron las colectivas feministas dentro de su pronunciamiento el 3 de agosto pasado.
Asimismo solicitaron que José Luis González Hernández, pareja sentimental de Lesvy, sea procesado por el delito de feminicidio, ya que él fue la última persona que estuvo con ella y de acuerdo al testimonio de Carlos, un amigo en común que convivió con ellos esa noche, y las cámaras de seguridad del lugar, José Luis la golpeó minutos antes de que Lesvy apareciera ahorcada. La Procuraduría ha ignorado estos detalles y se ha negado a incluirlos en las investigaciones del caso.
De igual forma las organizaciones civiles aseguraron que “el proceso de investigación está plagado de irregularidades y que revictimizan a Lesvy”, al respecto, Araceli Osorio, madre de la joven, aseguró que “las autoridades mienten, y han mentido desde el inicio”; y continuó: “Lo que no alcanzamos a comprender es por qué a tres meses las autoridades siguen con esa cadena de encubrimiento, con esa cadena de favores donde no permiten que la investigación avance como debe ser. Las autoridades de la UNAM tuvieron desde el primer momento los videos (de las cámaras de seguridad)… Nosotros (la familia) estuvimos más de dos meses sin conocer esa evidencia”.
De acuerdo a la señora Osorio, las autoridades les negaron los videos con el argumento de que los tenía la Procuraduría General de la República (PGR), porque les estaban haciendo trabajos de limpieza para poder verlos con mayor nitidez, sin embargo se los entregaron doce horas antes de la primera audiencia pública, impidiendo completamente que los pudieran revisar, pues se trataba de más de 20 horas de grabaciones.
“Desde el primer momento en que tuvimos acceso a los videos nos dimos cuenta que no era necesarios ni uno, ni dos, ni tres meses, para llegar a una conclusión que está sustentando la misma investigación. No estamos hablando de agregar elementos, sino que los mismos peritajes que están sustentados científicamente tanto por la PGJ, como por la PGR, son suficientes para que este crimen sea dictaminado como feminicidio. Sin embargo, tristemente, nos enfrentamos a una UNAM, a unas autoridades universitarias que guardaron y siguen guardando silencio hasta el día de hoy. Nos enfrentamos a una Procuraduría que sigue guardando silencio ante un caso por demás evidente”, aseguró.
De acuerdo a las investigaciones realizadas por la PGJ-CDMX, el pasado mes de julio la dependencia aseguró que contaban con pruebas de que Lesvy Rivera se había suicidado con el cable de teléfono de la caseta donde fue encontrado su cuerpo, e incluso detuvieron a José Luis González, por el delito de homicidio simple doloso, pues de acuerdo a la Procuraduría, el suicidio ocurrió en su presencia y “no lo evitó cuando le fue posible hacerlo”.
Ante esto el Observatorio Nacional Ciudadano del Feminicidio (ONCF) presentó un peritaje alterno junto con el perito independiente Víctor Chávez, y mediante una conferencia de prensa solicitaron la reclasificación del caso a feminicidio.
En el peritaje presentado recrearon meticulosamente los hechos y situaciones en que murió Lesvy, mismos que sostienen que la versión manejada por la PGJ-CDMX es falsa, ya que a partir de las pruebas realizadas no se pudo lograr la suspensión del cuerpo, y tampoco existió la suficiente presión del cuello, por lo que concluyen que definitivamente no pudo existir la asfixia. Tampoco se pudo reproducir la posición en que fue encontrada Lesvy.
Además de que de acuerdo al perito Víctor Chávez, quien tuvo acceso a la carpeta de investigación, aseguró en entrevista a Noticieros Televisa que Lesvy sufrió una fractura del hueso hioides, mismo que “necesita una presión simétrica y concéntrica, o sea, que (debe ser) a la misma altura (del cuello), y que (por lo tanto) no corresponde a una mecánica de ahorcamiento”, o sea, que este hueso solamente se rompe por estrangulamiento.
Pese a las exigencias de la familia y de la comunidad universitaria, el Rector de la UNAM sigue sin pronunciarse a favor del esclarecimiento del feminicidio de Lesvy, muy al contrario, dentro de la entrevista otorgada a Javier Solorzano para Once Noticias, aseguró que Lesvy no pertenece a la casa de estudios, sino que fue estudiante en el 2012 del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), y que es hija de trabajadores universitarios. Asimismo explicó que Lesvy “fallece por ahorcamiento en el campus universitario a las cuatro de la mañana, es decir, no fue en las actividades cotidianas y es el producto de un problema de violencia entre pareja”.
Graue fue invitado al programa de televisión para platicar del próximo regreso a clases, así como de las oportunidades que tienen miles de estudiantes en esa institución a cuatro días del mitin realizado por colectivas feministas y organizaciones de la sociedad civil conmemorando tres meses del feminicidio de Lesvy Rivera, y donde le exigieron junto a Álvarez Icaza que ambos se pronuncien ante la PGJ-CDMX por la investigación del asesinato de Lesvy como feminicidio; que garanticen la seguridad, la vida y la libertad de las estudiantes, docentes y trabajadoras de la UNAM; así como planificar e implementar un sistema de seguridad con perspectiva feminista. Sin embargo ante estas demandas ha reinado el silencio por parte de ambos funcionarios.
Lo que sí precisó el Rector en la entrevista, fue que la UNAM entregó al Ministerio Público (MP) todas las grabaciones de las cámaras de seguridad junto con la documentación con que se contaba del caso. “De hecho al acompañante de ‘esta joven, Lesvy’, lo identificamos y lo acompañamos al MP nosotros”, mencionó.
Ante el cuestionamiento de cómo ve a la institución, el Rector Graue expresó: “Yo la veo muy bien, y cada vez mejorando, los rankings internacionales, si uno quiere creer; los más serios nos colocan como la segunda o tercera Universidad Iberoamericana, después de Sao Paulo”, y concluyó que la UNAM “es el motor del cambio del país”.
Pero para Araceli Osorio, madre de Lesvy, ese “motor de cambio” ha permanecido en un silencio cómplice y omiso, permitiendo la especulación, la estigmatización, y violentando los derechos de su hija; “porque mi hija no podía defenderse ella misma. Pero estamos nosotros, estamos nosotras. Las autoridades pensaron que nadie iba a salir a reclamar un feminicidio en Ciudad Universitaria, se están equivocando y se siguen equivocando; están del lado contrario. Quienes deberían procurar la justicia en la Ciudad de México prefieren seguir con su cadena de favores, favoreciendo a un feminicida”, asegura, y que ese “silencio cómplice permitió que unos días después de hallar el cuerpo de Lesvy, un grupo ecoextremista se adjudicara tranquilamente su muerte junto con la de otras personas, queriendo aterrorizar a una comunidad universitaria solidaria que se manifestó (exigiendo justicia).”
“¿Quién es Jorge Luis González Hernández? ¿Quién es? ¿Qué representa? ¿Por qué lo encubren? ¿Por qué lo protegen? ¿Quién es Jorge Luis González Hernández?”, se cuestiona dentro de su discurso.
“Por qué nosotros como víctimas tenemos que estar haciendo su trabajo?, y sin embargo lo vamos a seguir haciendo porque queremos justicia para nuestras hijas; para nosotros hubiera sido muy fácil a unos días, cuando nos citaron en el Centro de Apoyo Sociojurídico a Víctimas del Delito Violento (ADEVI) y querían darnos un primer cheque como reparación material del daño; hubiera sido muy fácil extender la mano y quedarnos callados y calladas, pero no lo hicimos y no lo vamos a hacer porque no vamos a permitir que este feminicida como muchos otros siga tranquilamente, impunemente caminando por nuestras calles”.
Además aseguró que con esto las autoridades insisten en enviar un mensaje de muerte a la sociedad al proteger a feminicidas y asesinos, al no investigar, ni castigar y mucho menos sentenciar. “Quienes estamos aquí decimos que no queremos su mensaje de muerte, que el mensaje que venimos a dar es un mensaje de vida; de recuperar la vida de las mujeres, el derecho de transitar libremente y sin violencia, sin miedo y sin agresión. A tres meses le seguimos apostando a la vida, le seguimos apostando a la dignidad, le seguimos apostando a la justicia, y vamos a abonar para ello”.
“Quisieron presentar a Lesvy por medio del dicho del feminicida, quisieron conocerla de esa manera, porque así les convenía. Y ahora las autoridades están sorprendidas, y se van a sorprender más. A tres meses y lo que falta, vamos a seguir dando a conocer quien era Lesvy, porque ellos no la conocían y porque resulta que falta el rostro de mi hija, pero está el de todos y todas ustedes. Lesvy no esta muerta, Lesvy somos todas, Lesvy somos todos, ¡Ni un feminicidio más!, no lo vamos a permitir, no les vamos a dar una vida más y si ellos quieren tomarla, si quieren arrebatarla, van por el camino correcto, con sus omisiones, con su complicidad”, concluyó Araceli Osorio, con una voz fuerte y entrecortada, pero con la decisión de levantarla más fuerte si es necesario, con tal de hacerse escuchar, para lograr terminar con ese silencio cómplice y omiso que ha inundado a las autoridades universitarias y de procuración de justicia de la ciudad y del país.