Por Max González Reyes
Desde que asumió la presidencia, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador declaró que durante su mandato se establecería la “Austeridad Republicana”, lo cual significaba reducir los gastos públicos a lo más mínimo con al argumento de que los gobiernos anteriores habían gastado mucho en lujos y cosas secundarias las cuales corrían a cargo del erario. Con eso como base, el gobierno lopezobradorista llevó a rango de constitucional la “Austeridad Republicana”.
Esta austeridad se aplicó en todos los ámbitos de la administración pública, incluso los gobiernos estatales emanados de Morena han aplicado esta misma política. Hoy que estamos a unos meses de la conclusión de este gobierno ya se pueden empezar hacer conclusiones de este sexenio.
En términos de salud, el gobierno hizo todo un cambio en política de salubridad. En 2018, el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 (PND) estableció como meta para 2024 alcanzar la salud pública universal, lo que implicaría ofrecer atención médica a todos los mexicanos. Para ello despareció el Seguir Popular y concentró en el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi) la distribución de medicamentos, entre otras cosas. Sin embargo, después de la pandemia, el Insabi desapareció y se creó entonces el Organismo Público Descentralizado (OPD) IMSS-Bienestar. Pero a casi seis años, los resultados no fueron los esperados. Actualmente en las instituciones de salud pública se ha atendido a menos pacientes en buena medida porque el precio de los tratamientos ha subido. Según un estudio de Animal Político una parte de este incremento de costos se explica por los cambios de estrategia en la actual administración para comprar medicinas, los cuales han resultado en la adquisición de medicamentos más caros. En el fondo de estos cambios se encuentra la gestión deficiente de las compras consolidadas —política que consiste en agrupar la demanda de las instituciones para comprar todas las medicinas en un solo procedimiento—, que llevó a que las instituciones públicas de salud tuvieran que recurrir a compras independientes con urgencia y con poco tiempo de anticipación[i].
Según este estudio dicho fracaso resultó en que durante 2022 se realizaran en promedio 67 compras urgentes de medicamentos por día, lo que implicó competencia entre las unidades compradoras para evitar el desabasto y, por ello, mayores precios”. El estudio finaliza señalando que “la experiencia de años anteriores y lo que han hecho otros países como China, Sudáfrica o Brasil nos dice que no bastan las políticas simplistas para comprar medicamentos a precios accesibles. Si el problema fueran únicamente los monopolios, como se diagnosticó desde el Ejecutivo, los precios se habrían reducido en este sexenio. Lo que obtuvimos con los cambios de esquema de compras, por el contrario, fue una sustitución de precios de monopolio por una subasta que los llevó incluso más arriba que antes.
Otro de los proyectos donde no se lograron los recursos presupuestados originalmente fue el caso de la refinería de Dos Bocas, la cual terminará costando entre 16 mil y 17 mil millones de dólares, el doble del presupuesto original de 8 mil millones de pesos.
El propio secretario de Hacienda ha reconocido este incremento en la construcción de la Refinería planeada como una de las obras cumbre de este sexenio junto al Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). En su diseño original la construcción de la refinería tendía una duración de tres años, iniciando en julio de 2019 y finalizando el 22 de julio de 2022. Desde luego esta última fecha no se cumplió pues es la hora que no opera.
Otro de los obstáculos que ha tenido la construcción de la refinería es que es un proyecto con poca transparencia, toda vez que no hay información suficiente para saber las contrataciones que se han realizado mediante procesos competitivos o no.
En este sentido, este gobierno ha sido igual a los anteriores al momento de destinar los recursos a las obras de sus gobiernos, pues en un principio plantean un presupuesto y termina costando mucho -pero mucho más- de lo asignado originalmente. Lo singular de este gobierno es que no justifica estos incrementos. En materia de salud, el presidente ha señalado infinidad de veces que durante su gobierno operaría un sistema de salud como el de los países desarrollados, como en Dinamarca. Incluso se atrevió a poner una fecha, pero llegada ésta lo posterga y posterga, a tal grado que a custro meses de deje el cargo, no hay una mejoría en los servicios de salud.
En lo que respecta a la Refinería Dos Bocas, según diversos analistas, no operará en este sexenio, pues ya están sobre el tiempo; además del costo, no ha hecho una sola prueba y al momento no ha producido un sólo barril de petróleo.
Es muy probable que estas obras queden inconclusas al momento de entregar la estafeta a quien resulte ganador de la próxima elección del 2 de junio. Más allá de eso, la pregunta que queda en al aire es de qué sirvió la Austeridad Republicana, si al final se termina pagando más por medicamentos y la construcción de la refinería.
[i] Más lejos de la salud pública universal.
https://animalpolitico.com/analisis/organizaciones/de-cronicas-y-datos/salud-publica-servicio-universal