¡Y que retiemble en sus centros la tierra… y Ayotzinapa! Pese a lluvias y microsismos, la lucha por la justicia sigue en pie. Manifestantes se hacen presentes en Paseo de la Reforma, este 26 de septiembre. Ayotzinapa no está solo.
Por Aurora Ayala / @AuroGuada
Foto de portada Jorge Yeicatl / @Jorge_Yeicatl
26 de septiembre del 2024. CDMX.- La tarde de este jueves 26 de septiembre se cumplió el 10° aniversario de la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Los manifestantes marcharon del Ángel de la Independencia hasta el Zócalo capitalino.
Previo al avance de los contingentes, un estudiante anónimo de la normal de Ayotzinapa me compartió unas breves palabras sobre su sentir ante la situación de sus compañeros.
“No cumplen con sus promesas el gobierno, por eso estamos aquí manifestándonos. Por nuestros compañeros nosotros sentimos algo así como tristeza y nos esforzamos por venir aquí a apoyar a los padres, ¿no? a lo que sea para llegar a la verdad, y que el gobierno nos entreguen los folios que hacen falta, que son 800”.
Las movilizaciones de los contingentes comenzaron a las 5 de la tarde guiados por una camioneta con carteles donde se podía leer “ni perdón, ni olvido” y un camión con altavoces en donde se podía escuchar la historia de lo acontecido hace 10 años: la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa que fueron interceptados, agredidos y desaparecidos por elementos de la policía. También se pidió justicia por medio de los altavoces por Aldo Gutierrez, estudiante herido de bala que desde el ataque está en estado de coma y finalmente se pidió marchar en conjunto de forma pacífica, y arrancaron los contingentes rumbo al Zócalo.
La lluvia, el viento y los petardos lanzados dentro de algunos locales resonaban por todo Paseo de la Reforma y provocaban que la piel se erizara ya sea por frío, ya sea por miedo. Se escuchaban consignas como “el que no brinque es Peña”, “van a volver, las balas que disparaste van a volver, la sangre que derramaste la pagarás, el pueblo al que asesinaste no morirá, ¡NO MORIRÁ!”, “1,2,3,4… ¡43!”; acompañadas con el resonar de tambores, los contingentes avanzaron hacia el Zócalo. Los primeros en marchar fueron los estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa, la mayoría vistiendo playeras y paliacates negros.
Tras ellos siguieron varios grupos estudiantiles de diferentes instituciones como la UNAM, IPN, IEMS y la UACM portando símbolos como: 3 tumbas con cruces de cartón, fotos y nombres de los estudiantes; una figura militar con aspecto putrefacto sobre restos humanos; machetes con la leyenda “atenco rebelde”; un hombre con hojas en el torso y cabello; pancartas y carteles exigiendo justicia y señalando al estado como responsable; palomas de papel con los rostros de los estudiantes; banderas de Palestina y rojas con simbolismos antifascistas como la estrella roja, la hoz y el martillo, el EZLN, el Che y Pancho Villa.
Me encontré con Vianey, una estudiante de la Lic. en Ciencias Sociales de la UACM, quién no encontraba su colectivo, pero eso no frenó que marchara hacia el Zócalo con su cartel en mano. Varios medios de comunicación se acercaron a ella para tomar fotografías y juntas nos reunimos con el contingente de la UACM cerca del caballito. Durante el recorrido no faltaron los disturbios como incendios y saqueos a algunos comercios capitalistas y extranjeros.
En una entrevista, Samanta Zaragoza, profesora e investigadora del plantel San Lorenzo Tezonco de la UACM, comentó que su universidad no solo se solidarizó en la marcha, sino que también organizaron una jornada en su plantel dedicada a las familias y estudiantes normalistas. Junto con la los docentes Tania Paloma, Ana Rosen, Samuel Cielo, Martha Olivares y varios estudiantes organizaron actividades como la instalación de las sillas con las fotos y nombres de los normalistas, un foro con presencia de familiares y estudiantes de Ayotzinapa y una tortuga de cartonería, la proyección de una película “Ayotzinapa, la noche en donde desaparecieron 43 estudiantes” seguida de un análisis. Además se organizó un círculo de la palabra donde estudiantes de la normal rural con reflexionaron sobre “qué significa ser normalista en tiempos de crimen de estado”, al concluir se invitó a la comunidad a la marcha y partieron rumbo al Ángel de la Independencia en un camión que les facilitó Julia de Servicios administrativos. Para finalizar la jornada se levantó el memorial, donde quedaron las fotografías de los estudiantes desaparecidos y sus flores.
Samanta también destacó la gratitud de los normalistas que asistieron el 26 de septiembre al círculo de la palabra, reconociendo la dedicación y compromiso ante el caso Ayotzinapa, generando satisfacción para ellos que son generaciones nuevas de la escuela rural normal de Ayotzinapa. Como docente, Samanta reflexiona sobre cómo la desaparición forzada en México ha marcado su vida, destacando que faltan no sólo 43, sino muchas más en todo el país.
Según un informe de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), la marcha finalizó pacíficamente alrededor de las 18:15 hrs con saldo blanco en el Zócalo. Sobre las vallas que rodeaban al palacio nacional se prendió fuego y pintó “viven en nuestra rebeldía” junto una tortuga, símbolo emblemático de la normal rural de Ayotzinapa.
Así se conmemoró el aniversario de la búsqueda de justicia para los estudiantes de Ayotzinapa. Cristina Bautista, madre de Benjamin Ascencio Bautista; Nicanora García, madre de Saúl Bruno García; y Santiago Aguirre, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (prodh) en donde se ha llevado el seguimiento al caso de Ayotzinapa, compartieron sus reflexiones al finalizar la marcha.
Nicanora expresó la decepción que siente hacía nuestro actual presidente Andrés Manuel López Obrador, quién, al iniciar su gobierno prometió llegar a la verdad, pero siguen sin obtener resultados y no cumplió con su palabra, confirmando de esta manera lo que el estudiante anónimo entrevistado anteriormente compartió conmigo: “No cumple con sus promesas el gobierno”.