Miles despiden al sacerdote tsotsil, quien dedicó su vida a la defensa de los derechos de los pueblos indígenas en Chiapas, mientras crece la exigencia de justicia ante la creciente violencia en la región.
Fotografías: Xun Sero / @XunSero
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 22 de octubre 2024.- El 20 de octubre de 2024, la comunidad de Chiapas sufrió una pérdida irreparable con el asesinato del sacerdote tsotsil y defensor de los derechos humanos, Marcelo Pérez Pérez. Reconocido por su liderazgo dentro del movimiento Pueblo Creyente y su incansable labor en la defensa de la tierra y el territorio, el padre Marcelo fue atacado por sujetos desconocidos cuando se transportaba en su vehículo tras oficiar una misa en el barrio de Cuxtitali, en San Cristóbal de las Casas. El ataque fue ejecutado por dos hombres encapuchados a bordo de una motocicleta, quienes le dispararon en al menos cuatro ocasiones, dejándolo sin vida en el lugar.
Este crimen se suma a la alarmante escalada de violencia en Chiapas, donde defensores de derechos humanos y líderes comunitarios han sido blanco de agresiones por denunciar las injusticias que enfrentan los pueblos originarios. El Padre Marcelo era conocido no solo por su fe, sino también por su compromiso con la justicia social y la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, enfrentando al crimen organizado y denunciando la impunidad que impera en la región.
Este 22 de octubre, miles de personas se congregaron en San Andrés Larraínzar para rendir homenaje al sacerdote, en una emotiva despedida que reflejó el dolor y la indignación de las comunidades que él protegió.
La Fiscalía General del Estado de Chiapas informó sobre la detención de Edgar “N”, uno de los presuntos responsables del homicidio, lo que marca el inicio de una investigación que ha generado gran expectativa en la población. A nivel nacional e internacional, decenas de organizaciones han condenado el asesinato del párroco, demandando justicia y acciones concretas para proteger a quienes, como Marcelo Pérez Pérez, dedican su vida a defender los derechos humanos.
El legado del Padre Marcelo permanecerá vivo en la memoria colectiva de los pueblos indígenas de Chiapas, quienes hoy claman por justicia, paz y dignidad ante la impunidad y la violencia que persiste en la región.