Organizaciones denunciaron que pese a contingencia sanitaria, industrias establecidas en el Parque Industrial El Salto, responsables de la contaminación ambiental, continuaron trabajando pese a la pandemia por Covid-19.
Por Mario Marlo/@Mariomarlo
Las empresas que se ubican en la ribera del Río Santiago y del Lago de Chapala, a decir de diversas organizaciones civiles, no sólo son las responsables de la contaminación ambiental en la zona sino también del deterioro de la salud de sus trabajadores, ya que durante la contingencia de COVID-19 no dejaron de laborar porque encontraron la manera de que se les declarara como “empresas esenciales”.
“En la ribera de río Santiago y Lago de Chapala, centenares de empresas como Nestlé, Urrea, Quimikao, Virbac, Sach, Celanese,Hutsman, IBM, HP, Sanmina, entre otras; ponen a diario en peligro la vida de los ecosistemas y la salud de millones de personas que habitan el río Santiago y el Lago de Chapala, por el vertido al ambiente de sustancias tóxicas y peligrosas que están causando efectos nocivos sobre la seguridad, salud y bienestar de los seres vivos.”
Así lo afirmaron, el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (IMDEC); la Coalicion de Ex trabajadoras(es) y trabajadoras(es) de la Industria Electrónica Nacional (CETIEN); el Comité Ciudadano en Defensa Ambiental de El Salto, Jalisco; el Instituto Vida, entre otras organizaciones que han demandado desde hace años que se declare una emergencia sanitaria por la contaminación en la región.
Esta petición, aseguran, ha sido ignorada y rechazada por décadas al considerarse perjudicial para el modelo de producción, consumo y ganancias de las empresas asentadas en los corredores industriales de la zona; mismas que se declararon como esenciales cuando en realidad no lo son.
Como ejemplo, la CETIEN documentó que las empresas del sector electrónico, una actividad no esencial, instaladas en el Corredor Industrial Ocotlán-El Salto, nunca suspendieron su producción poniendo en riesgo a miles de trabajadoras. Tal es el caso de la empresa Benchmark Electronics donde se han presentado tres casos de trabajadores con COVID-19.
En un estudio presentado la primera semana de mayo, la SEMARNAT dio a conocer que el 78% de los decesos que se han registrado por causa del COVID-19 a nivel nacional se concentran en las zonas con mayor impacto ambiental, dentro de un polígono que abarca del río Santiago, en Jalisco, hasta el río Coatzacoalcos, en Veracruz.
Lo anterior concuerda con los datos ofrecidos por la Secretaría de Salud, al 28 de junio, donde se detalla que el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, se encuentra en el quinto lugar de número de contagios a nivel estatal, con 734 casos; El Salto en el séptimo lugar con 336; Ocotlán en el décimo lugar con 118; Poncitlán con 48 casos; Chapala con 29 y Juanacatlán con 18.
Hasta el momento, las organizaciones informaron que tienen un registro de 15 personas fallecidas por COVID-19 en El Salto; 11 de ellas padecían enfermedades crónicas graves derivadas de la contaminación ambiental. En la ribera del río Santiago y en el municipio de Poncitlán, cinco personas han fallecido dentro de las que se encontraban niños y jóvenes que padecían insuficiencia renal y que murieron tras ser diagnosticados por COVID-19.
Ante lo anterior, las organizaciones solicitaron al gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, que conciba a la salud de manera integral, salud humana y salud ambiental. Esto implica la creación de acciones y políticas de atención especial durante la actual pandemia para zonas de alto riesgo por la degradación ambiental, tal y como lo es la región de la ribera del Río Santigo y el Lago de Chapala.