El COVID-19 no pausa el cambio climático. Los científicos aseguran que el Ártico se calienta a un ritmo que es el doble del resto del planeta, pero la tendencia se ve en ambos polos: hace apenas unos meses el Antártico también reportó una temperatura récord de 18,4 grados centígrados. Además, los incendios forestales en el noreste de Siberia y el círculo polar ártico siguen aumentando en los últimos días y una gran cantidad de especies como osos polares, caribúes y ballenas están en especial peligro a medida que el hielo marino desaparece por el calor.
Por ONU Noticias
La Organización Meteorológica Mundial anunció este martes que se encuentra verificando los informes de una posible nueva temperatura récord en el Ártico de 38 grados centígrados reportada en la ciudad rusa de Verkoyanks el pasado 20 de junio.
En Siberia se vive una prolongada ola de calor acompañada de un aumento de la actividad de incendios forestales. La región tiene extremos tanto en invierno como en verano, por lo que las temperaturas superiores a 30 grados no son inusuales en el mes de julio, según el servicio meteorológico ruso.
“Un equipo de evaluación de respuesta rápida de la OMM ha dado su aceptación tentativa de esta observación como una observación legítima, que es consistente con las medidas actuales en el aire superior en ese momento en Siberia”, dijo el profesor Cerveny, experto en condiciones climáticas y climáticas extremas. “Esto ahora estará sujeto a un proceso normal para una revisión formal detallada por un panel de científicos atmosféricos de la Organización”, explicó.
El experto, presidente de profesores de ciencias geográficas en la universidad de Arizona, en Estados Unidos, aseguró que la falta de nieve subyacente en la región combinada con los aumentos globales de la temperatura, han jugado un papel indudable y crítico en el calor extremo.
La tendencia se ve en ambos polos: en febrero, la base de investigación argentina Esperanza en el antártico también alcanzó una nueva temperatura récord de 18,4 grados, según el Servicio Meteorológico Nacional de ese país.
“Con el cambio climático y lo que estamos viendo en el Ártico y en la Antártida, no podemos decir que es algo nuevo. Cada mes estamos sorprendidos y preocupados por nuevas marcas de temperatura. El cambio climático no está tomándose un descanso por el COVID y las temperaturas siguen subiendo y vemos eventos climáticos extremos. Lo que reafirma el mensaje de la ONU: tenemos que recuperarnos mejor y de forma más ecológica”, aseguró la portavoz de la Organización Meteorológica Mundial, Claire Nullis, durante una conferencia de prensa virtual.
La Organización Meteorológica Mundial asegura que el Ártico se está calentando al doble del promedio mundial, y de una manera muy rápida.
Las temperaturas anuales del aire en la superficie durante los últimos cuatro años, de 2016 a 2019, han sido las más altas registradas. Además, el volumen de hielo marino del Ártico en el mes de septiembre de 2019, después de la temporada de fusión, ha disminuido en más del 50% en comparación con el valor medio para 1979-2019.
Siberia ha sido testigo de un calor excepcional, con temperaturas de hasta 10 grados por encima del promedio en mayo y el mayo más cálido registrado en todo el hemisferio norte y, de hecho, en el mundo.
Pero no fue solo mayo. Durante todo el invierno y la primavera hubo períodos repetidos de temperaturas del aire en la superficie superiores a la media, especialmente a partir de enero. El calor inusual en invierno y primavera se asoció con una ruptura de hielo excepcionalmente temprana en los ríos de Siberia.
Aunque el planeta en su conjunto se está calentando, esto no está sucediendo de manera uniforme. Por ejemplo, Siberia occidental se destaca como una región que se calienta más rápido que el promedio y donde las variaciones de temperatura de mes a mes y de año a año tienden a ser grandes. Esto significa que, hasta cierto punto, las grandes anomalías de temperatura no son inesperadas. Sin embargo, lo inusual en este caso es cuánto tiempo han persistido las anomalías más cálidas que el promedio”, afirmó el Servicio de Cambio Climático de Copérnico de Europa.
La cantidad e intensidad de incendios forestales en el noreste de Siberia y el círculo polar ártico ha seguido aumentando en los últimos días. La intensidad total diaria está en niveles similares a los observados en 2019.
“Vimos imágenes de satélite y es como ver una gran masa roja, son impresionantes y preocupantes, también se ve el humo desde espacio”, aseguró la portavoz de la Organización Meteorológica Mundial.
Se espera que las temperaturas superiores a lo normal continúen en la mayor parte del Ártico para el periodo entre junio y agosto de 2020, según el Arctic Climate Forum, que proporciona información para los responsables de tomar decisiones sobre una región que cambia rápidamente.
En la discusión sobre los impactos regionales para Siberia occidental y oriental, el Foro advirtió sobre un posible riesgo de incendios forestales al comienzo del verano debido a una temperatura superior a la normal y una precipitación inferior a la normal.
Las altas temperaturas previstas pueden conducir a la continua degradación del permafrost y la erosión costera. La reducción en la extensión del hielo marino y la degradación del permafrost en la tundra puede crear dificultades para especies “clave” como osos polares, caribúes, ballenas, etc.
La descongelación del permafrost también tiene implicaciones para la estabilidad de las estructuras construidas allí, así como para la posible liberación de metano, un poderoso gas de efecto invernadero.
“Hay definitivamente una conexión entre el cambio climático y el calor. Acabamos de tener los cinco años más cálidos en la historia. En el caso de los incendios, hay múltiples factores que influyen en su aparición”, dijo Claire Nullis.
La portavoz informó que la Organización considera añadir una categoría de “calor extremo en el Ártico” a su archivo de eventos climáticos extremos.