Organizaciones y colectivos de Argentina, Brasil, Colombia, México y Estados Unidos, llaman a la prohibición total del fracking en la región.
La Alianza Mexicana Contra el Fracking pide a Claudia Sheinbaum cumplir su compromiso de campaña, poner un alto a esta práctica y liderar la lucha climática.
Por Alejandra González / @AleGonSol
Ciudad de México, 31 de marzo del 2025.- El pasado 24 de marzo en conferencia de prensa en el Centro de Derechos Agustín Pro, diversas organizaciones de Argentina, Brasil, Colombia, México y Estados Unidos y la Alianza Mexicana Contra el Fracking, exigieron la prohibición total del fracking. Destacando la necesidad de evitar que la región se siga convirtiendo en zona de desastre, frente a la extracción de gas y petróleo.
Santiago Cané, secretario técnico de la Alianza Latinoamericana Frente al Fracking, destacó que el consumo y contaminación del agua es inmensa, y que los Estados anteponen el desarrollo económico, antes que la vida y los derechos humanos de la población local y del medio ambiente.
En Argentina la población vive los impactos de está práctica, Matías Cena de la Fundación ambiente y Recursos Naturales (FARN) de Argentina, mencionó que desde el 2012 el avance del fracking ha provocado centenares de sismos, afectando la vida de las comunidades, consumiendo millones de litros de agua y generando toneladas de residuos contaminantes.
Miguel Escoto de la organización Oilfield Witness mencionó que en Texas los impactos del fracking han dañado la salud de la comunidad, contaminado sus fuentes de agua y ha dejado residuos radioactivos.
Juliana Mendoza, de la Alianza Colombia libre de Fracking denunció que Colombia ha sufrido profundos impactos ambientales, climáticos y de salud, exigiendo a su gobierno la prohibición del fracking.
Blanca Deile de la Fundación Oswaldo Cruz del Ministerio de Salud de Brasil, destacó los logros que ha tenido su país, gracias a la movilización social, los que han permitido la prohibición del fracking en dos estados brasileños, Paraná y Santa Catarina, aunque mencionó la posible reactivación mediante proyectos piloto por parte del gobierno.
En México las consecuencias de esta práctica han dejado contaminación de agua y suelos en las comunidades indígenas, como en las zonas de Poza Rica y Papantla, Veracruz, donde pueblos originarios del Totonacapan, han resultado afectados por los derrames de hidrocarburos, dañando fuentes de agua, cultivos y formas de vida de las comunidades.
Romualdo García de Luna, de la comunidad de Ojital Viejo, denunció “La ineficiencia de parte del gobierno estatal y federal para atender el problema de la contaminación en las diferentes comunidades del Totonacapan, afectadas por derrames de hidrocarburos, es una constante, un atentado continuo a nuestra dignidad como pueblos originarios. Para nosotros, la naturaleza tiene su espíritu, su energía, al igual que los animales, la extracción petrolera está dañando continuamente nuestra vida y la de nuestros animales, cultivos y de nuestro pueblo”.
Ramón García, del Centro de Derechos Humanos Bety Cariño y de la Alianza Mexicana Contra el Fracking, alertó: “La Presidenta Claudia Sheinbaum tiene en sus manos la oportunidad de prohibir esta técnica y cumplir su compromiso de campaña, que se ha venido diluyendo a lo largo de los meses. Ella tiene la formación académica, el liderazgo necesario y un pueblo que la respalda para asumir y liderar la lucha anti fracking y la lucha climática en la región”.
Mencionaron que a pesar del compromiso presidencial del sexenio pasado de no permitir el fracking en México, se han detectado 7,879 pozos fracturados y el presupuesto de egresos de la Federación destinó más de 12 mil millones de pesos a cuatro proyectos que implican el uso de fracking para la extracción de hidrocarburos.
La Alianza Latinoamericana Frente al Francking (ALFF) fue fundada en 2014 como una respuesta coordinada a la expansión del fracking en la región, está conformada por personas, instituciones, colectivos y organizaciones de la sociedad civil de varios países como México, Colombia, Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Bolivia y Argentina. Su objetivo es la defensa de los bienes comunes y la resistencia a la extracción de combustibles fósiles por medio de técnicas de fracturación hidráulica.