Desde un dios hasta un ser de los 4 elementos, un eterno niño, un monstruo que es capaz de regenerarse, todo eso y más se cuenta a través de distintas historias, mitos y leyendas que giran en torno al axolote mexicano.
Por Victor Luna / @vick_lunar
El axolote para la Ciudad de México se ha convertido en un referente icónico de sus calles y de su gráfica, poco a poco podría convertirse en un nuevo emblema o símbolo representativo pues pese a que se le asocia principalmente con la zona lacustre de Xochimilco es común ver sus representaciones por toda la ciudad.
Aunque se habla poco del anfibio, en comparación con otras especies, tiene un gran peso de importancia cultural en el país, pues es una especie cien por ciento mexicana, presente desde la mitología prehispánica, ligado a las chinampas y los antiguos ecosistemas de cultivo de Tenochtitlan, siendo parte de la gastronomía y medicina tradicional de algunas poblaciones, además el axolote ha hecho aparición en diversas obras literarias y más recientemente adoptado como un referente en el ámbito comercial donde negocios y establecimientos han adoptado su imagen, por ello, es necesario informar, no solo en el ámbito biológico y natural sino también cultural, sobre todo lo que envuelve a éste mítico animal que ha acompañado a las poblaciones de la Ciudad de México por cientos de años.
¿Quiénes los axolotes?
El axolote es un anfibio que vive en una etapa eterna de niñez, es decir, pese a los años no pasa de un estado larvario, esta es una característica única que ha dado mucho que investigar pues aún sin llegar a una etapa de adultez, donde tendría que adoptar todas las características de una salamandra, ha desarrollado su madurez sexual lo que le permite reproducirse sin llegar a la etapa adulta, a dicho fenómeno se le conoce como neotenia. Los axolotes son animales que pese a pasar la mayor parte de su vida en el agua pueden salir a tierra, pueden llegar a medir entre 25 y 30 cm, cuentan con cuatro dedos en las patas delanteras y cinco en las traseras, su cuerpo es alargado y aplastado y su característica más reconocida es el crecimiento de las tres branquias exteriores con las que cuenta a cada lado, es un animal carnívoro y capaz de regenerar las partes de su cuerpo, incluso su propio cerebro, existen diferentes tipos de axolotes en México, estos pueden variar en colores y formas dependiendo de la zona de la que sean originarios.
Los axolotes pese a no ser de la especie más reconocida sí son de los animales que juegan un papel importante para la historia de México, pues el axolote ha acompañado y sobrevivido con la ciudad durante las diferentes etapas, desde el mito prehispánico y su abundancia con las antiguas culturas, donde juega un papel de la mano del dios Xólotl en la etapa final de la creación del quinto sol y el cambio de era, pasando por el interés de naturalistas y biólogos así como los enigmas que les representó durante la época colonial, hasta sus estudios científicos así como su representatividad literaria y visual en el México independiente.
El Axolote y el quinto sol
Son pocos y privilegiados los animales que tienen la oportunidad de aparecer en la mitología de un pueblo o civilización y más aún son pocos los animales que son relacionados a una divinidad, el axolote tiene esos privilegios,
El mito del quinto sol, es el que tiene una representatividad más profunda con el axolote pues además se trata del mito de la creación de nuestra era, del sol y de la luna que permitirían el desarrollo de la vida en la tierra, por medio de este se le relaciona al dios Xólotl de quien es evidente proviene su nombre, este dios es considerado el gemelo inverso de Quetzalcóatl, es decir, es su gemelo contrario mientras Quetzalcóatl es considerado un dios precioso Xólotl es un monstruo, se le conoce también como dios de los mellizos, los anormales y el movimiento además de fungir como guía de las almas hacía el Mictlán
En el mito del quinto sol se cuenta que tras el sacrificio de Nanauatzin y Tecuciztécatl, para la creación del sol y de la luna, los astros permanecieron inmóviles, los dioses al percatarse de esto no llegaron a otra conclusión que la de sacrificarse con el fin de que su muerte diera movimiento a nuestra estrella y satélite, así el aire fue el encargado de darles muerte, pero Xólotl se negó al sacrificio y huyo.
A continuación, un fragmento del mito del quinto sol traducido por Fray Bernardino de Sahagún.
Después que hubieron salido ambos sobre la tierra estuvieron quedos, sin moverse de un lugar el sol y la luna; y los dioses otra vez se hablaron, y dijeron: “¿Cómo podemos vivir? ¿No se menea el sol?, ¿Hemos de vivir entre los villanos? Muramos todos y hagámosle que resucite por nuestra muerte”.
Y luego el Aire se encargó de matar a todos los dioses y matólos; y dícese que uno llamado Xólotl rehusaba la muerte, y dijo a los dioses: “¡Oh dioses! ¡No muera yo!”.
Y lloraba en gran manera, de suerte que se le hincharon los ojos de llorar; y cuando llego a él el que mataba echó a huir y escondióse entre los maizales y convirtióse en pie de maíz, que tiene dos cañas, y los labradores le llamaban Xólotl; y fue visto y hallado entre los pies del maíz; otra vez echó a huir, y se escondió entre los magueyes, y convirtióse en maguey que tiene dos cuerpos que se llama mexólotl; otra véz fue visto, y echó a huir y metióse en el agua, y hízose pez que se llama axólotl, y de allí le tomaron y le mataron.
Y dicen que aunque fueron muertos los dioses, no por eso se movió el sol, y luego el viento comenzó a soplar y ventear reciamente, y él le hizo moverse para que anduviese su camino; y después que el sol comenzó a caminar la luna que se estuvo queda en el lugar donde estaba.
Después del sol, comenzó la luna a andar; de esta manera se desviaron el uno del otro y así salen en diversos tiempos, el sol dura un día, y la luna trabaja en la noche, o alumbra en la noche.
Así Xólotl fue dejando rastros de sí al irse transformando mientras huía creando nuevas especies, entre ellas la última que deja es el axolote. Pero su aparición en el mito del quinto solo no es la única participación del anfibio en la cultura, pues de él se han desprendido diferentes historias y leyendas. El Doctor en Lingüística e investigador José Antonio Flores Farfán nos cuenta este mito en su libro “El Ajolote” resaltándolo como un elemento central, a través de un libro ilustrado con grandes y coloridos diseños que aluden a las culturas prehispánicas y originarias, así se nos aproxima a la importancia cultural del anfibio.
Existen otras historias sobre la creación del axolote, una de estas historias es retomada de los tiempos coloniales, y es ubicada en un lago de nombre Axotla o Axoltitla, dicha historia es retomada por Andrés Cota Hiriat en su libro “El ajolote, biología del anfibio más sorprendente del mundo”.
Dijéronme los viejo que comían axólotl asados que estos pejes venían de una dama principal que estaba con su costumbre, y que un señor de otro lugar la había tomado por fuerza y ella no quiso su descendencia, y que se había lavado luego en la laguna que dicen Axoltitla, y que de allí vienen los acholotes
Existe otra historia creada a partir de las creencias populares de la época colonial, esta también es rescatada por Andrés Cota, en ella se mezcla el folclor de las viejas creencias europeas con el de las culturas americanas para formar la especie de los cuatro elementos, haciendo del axolote un animal envuelto en una atmosfera mística.
A las salamandras en particular se les identifica con el fuego. Esto debido a la salamandra europea, SALAMANDRA SALAMANDRA, que posee un veneno poderoso que genera sudoraciones y convulsiones en el intoxicado.
Por eso algunos autores de la época declaraban que los ajolotes eran organismos de los cuatro elementos: nacían y vivían dentro del agua pero en ocasiones emergían a tierra. Podía respirar aire y según el folclor ibérico eran el animal del fuego.
El axolote también participó en otras vertientes como en la gastronomía pues existen registros del siglo XVI documentados por el explorador Francisco Hernández donde se cuenta sobre sus propiedades y el modo de preparación, se creía que su consumo excita la actividad genésica, además de ser un alimento saludable y de buen sabor como la carne de anguila, se cree que lo preparaban de diferentes maneras, ya sea frito, asado o cocido, mientras los españoles solían aderezarlo con clavo y pimientos de las indias los mexicanos lo hacían con el pimiento solo, molido o entero.
Pero el consumo del axolote se remonta a las civilizaciones prehispánicas, donde se le consideraba un manjar de señores, su uso está relacionado con la vida lacustre del centro de México pues era utilizado debido a su abundancia en la zona, se le consideraba un alimento nutritivo siendo el axolote negro el que más era consumido preparado en chile verde o tamal.
La utilización del ajolote en la gastronomía fue de gran importancia para antiguos pobladores de México, es importante recalcarlo pues una parte de la cultura también es expresada por medio de la cocina tradicional siendo esta de gran aporte para la identificación de los pueblos o regiones.
Otro de los usos que se le solía dar al axolote es dentro de la medicina tradicional, es José Antonia Alzate quien en 1790 describió las propiedades del axolote, resaltando la utilidad de esta especie para tratar enfermedades respiratorias como la tisis una enfermedad que en Europa había dado muchos problemas hasta entonces, de esta manera resaltó los conocimientos que los antiguos pobladores tenían para tratar ciertas enfermedades con resultados asombrosos, de este modo, aunque hoy parezca muy lejano, el axolote estuvo presente acompañando la cotidianidad de los antiguos pobladores del México.
Las personas que empleaban estos saberes y costumbres e incorporaban al axolote en sus prácticas culturales y saberes tradicionales fueron poco a poco abandonándolas, esto perduro hasta finales del siglo XX, donde se abandonaron casi en su totalidad debido a los problemas de su hábitat y de su conservación.
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Representación en la cultura moderna
Alrededor del mundo han existido muchos animales totémicos que han representado grandes mitos, historias o incluso territorios, en la actualidad uno de los animales que cumple con estas características en México es el axolote, un animal lleno de historias, misticismo y un futuro incierto que a pesar de contar con gran reconocimiento poco se habla de su participación en los diferentes ámbitos de la cultura mexicana.
El axolote siempre ha despertado inquietudes entre todas las personas que suelen conocerlo, recordemos las antiguas historias alrededor de él, pero no solo ha repercutido en historias, sino también en las letras, varios escritores se han visto influenciados por los misterios del anfibio, teniendo variadas menciones en diferentes tipos de escritos, es por medio de estos que también se ha podido acercar a las personas con el axolote. Algunos de los autores que han retomado a la salamandra mexicana en sus letras son:
- Julio Cortázar; escribió el cuento “Axolotl” donde retoma a la especie como una forma de alteridad humana, en este cuento el axolote termina por ser algo en lo que cualquiera se puede convertir, jugando desde las perspectivas y dándole un sentido de identificación.
- Octavio Paz; manifestó su interés por el axolote mediante un poema llamado “SALAMANDRA”, por medio de este nos narra a su manera, el mito de la creación del axolote, relacionándolo con la creación de la vida en la tierra y la del quinto sol.
- José Emilio Pacheco; se da a la tarea de expresarse del axolote mediante un poema “El ajolote es nuestro emblema” donde lo establece como un símbolo de identidad del pasado histórico, pero también de temores presentes, también realiza una narrativa de nombre “Acrosoma” aquí se vuelve a colocar al axolote como una especie de alteridad de lo humano.
- Roger Bartra; mediante su libro “La jaula de la melancolía” coloca al axolote en una analogía de la identidad nacional del mexicano, realizando una comparación sobre el estancamiento del mexicano como individuo y la resistencia del axolote a metamorfosearse, posteriormente realiza una colección de textos entorno a la salamandra mediante su libro “Axolotiada”.
Sin embargo, no solo podemos encontrar al axolote en la inspiración de algunos escritores, también podemos encontrarlo como una iconografía visual en distintos formatos que además resultan de gran influencia para la cultura. Una de las mayores referencias visuales a los axolotes es su aparición en el mural de Diego Rivera de 224m² pintado en 1951 en la Biblioteca de las Artes-CENART, ahí se cuenta con la representación de dos axolotes.
En la actualidad encontramos varios murales y representaciones del axolote no solo en Xochimilco sino por toda la Ciudad de México y sus alrededores, principalmente encontramos su imagen plasmada en recintos culturales, espacios deportivos y arte urbano.
La influencia reciente de este anfibio es tal que actualmente la Ciudad de México cuenta con dos museos, el primero el Museo del Axolote Axolotitlán fue fundado en el 2017 en la alcaldía Álvaro Obregón y cuenta con actividades educativas en materia del medio ambiente, recorridos bioculturales, así como el cuidado y refugio de ejemplares. El segundo es ANFIBIUM: Museo del Axolote y Centro de Conservación de Anfibios abierto desde 2022 y ubicado al interior del zoológico de Chapultepec y perteneciente al proyecto Chapultepec Naturaleza y cultura, en sus instalaciones cuentan con diferentes especies además de encontrar talleres infantiles y humedales artificiales, así como laboratorios para su cuidado y reproducción.
En la actualidad su imagen se está volviendo cada vez más recurrente, muchos negocios, desde pequeños locales comerciales, marcas de trabajos artesanales, colectivos culturales, y pequeños emprendedores han adoptado la imagen del axolote.
Otra representación muy importante es la del billete mexicano con denominación de 50 pesos que comenzó a circular en 2021 donde al reverso se representa el ecosistema de ríos y lagos con el ajolote y el maíz en Xochimilco, en la Ciudad de México.
Perder al axolote como una especie libre naturalmente y que además estuvo presente en muchos grandes momentos históricos para la cultura de nuestro país nos habla de cómo ha cambiado nuestro contexto, no solo histórico sino también del medio ambiente pues hoy en día al no ser una especie común poco a poco se había ido perdiendo su historia, su resurgimiento no debe ser solamente inspiracional y en las gráficas populares, debe darse también un esfuerzo por la conservación del hábitat natural de esta y de muchas otras especies, sumándonos a las analogías de los grandes escritores literarios que se han inspirado en este mítico animal podríamos decir que con la actual crisis hídrica que vive el país, los mexicanos somos como los axolotitos en un rio sin agua.
El monstruo de agua, una complicada situación ambiental
El axolote es una especie endémica de la región central del país, desde Michoacán a Puebla, fue una de las especies que convivió con las primeras culturas del centro de México, sin embargo, su población se ha ido reduciendo tremendamente en las últimas décadas pues su hábitat se ha visto afectado por la desecación de los lagos, ríos y canales así como por la terrible contaminación a causa del crecimiento poblacional y de aguas residuales que llegan a las pocas zonas acuíferas restantes de la ciudad.
Existe otro problema que afectó la vida del axolote, la introducción mal planificada en zonas lacustres de México, como Xochimilco, de fauna como la carpa, cyprinus carpio, originaria de China quien fue introducida con la intención de que esta especie se alimentara de sedimentos y algunos contaminantes, pero resultó en un terrible daño para el axolote pues es capaz de devorar cientos de sus huevecillos, lo que pone en peligro la subsistencia del axolote. Otra especie que fue introducida fue la tilapia, oreocromis niloticus, proveniente de África, ésta especie cuenta con una gran capacidad de reproducción creciendo exponencialmente en la zona, provocando una seria desventaja para el axolote al tener que competir por el alimento, si bien, dichas especies no son depredadores naturales del axolote, si han terminado por invadir el hábitat natural poniendo en grave peligro la subsistencia de la salamandra mexicana.
Una problemática más que afecta la vida de estos anfibios es el tema administrativo de las autoridades de la ciudad, pues a pesar de ser declarada como una especie en peligro de extinción y de su gran reconocimiento, así como con la apertura de un museo y aun siendo Xochimilco patrimonio cultural, no se cuenta con el presupuesto suficiente que permita la adecuada preservación y rescate de la especie, así como de los canales.
En la actualidad la mayoría de la reducida población del axolote se encuentra en algunas partes de Xochimilco, Tláhuac y Chalco, viviendo en áreas designadas como adecuadas, libres de las especies introducidas. Para su preservación y adecuada reproducción, pobladores, académicos e investigadores han desarrollado algunos programas de conservación que permiten la existencia en un estado natural y de esta manera llevar a cabo su reproducción fuera de criaderos dedicados a la venta, cabe mencionar que hay criaderos tanto ilegales como regulados, sin embargo, los axolotes de criaderos no pueden ser reintroducidos a su hábitat natural debido a las serias afectaciones que presenta el ecosistema, la intención de éstos programas es salvar al anfibio de ser una pieza de pecera o de acuarios y que por el contrario se logre su conservación en su estado y hábitat natural.
El axolote ha sido declarado en peligro por distintas normas y organismos de conservación ambiental tal es el caso del CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres) que desde 1975 aparece en el apéndice II con el fin de protegerlo del comercio internacional y la Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-1994 que lo considera bajo protección especial.
El axolote corre un riesgo muy grande en nuestros tiempos, pues se encara de frente a su extinción en su hábitat natural, para preservarlo es necesario la concientización de las personas en torno a toda su problemática, se necesita profundizar en todo el mágico mundo que rodea a ésta especie para que pueda ser realmente salvado e identificado como una especie más que emblemática de la ciudad, se debe poner el conocimiento y la información al alcance de la sociedad mexicana, se debe hablar de su lado mitológico, de su lugar en la cultura tradicional, de las letras que ha inspirado, de su interpretación, de su imagen y lo que puede representar y de toda su larga relación con los habitantes de la Ciudad de México.
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