Por: Cristian Jiménez Machorro
En tan solo 15 días, la violencia policial ha sido acusada del asesinato de un estudiante en Puebla, así como un asesinato y un feminicidio en Hidalgo. Las fuerzas municipales y estatales de ambos estados han ejercido violencia al momento de realizar sus tareas dejando estos saldos alarmantes.
El pasado 1 de junio frente al acceso del palacio de gobierno de Hidalgo se registró un enfrentamiento entre habitantes del municipio de San Salvador en contra de policías municipales y estatales, donde Leobardo Hernández Regino resultara herido por el impacto de una granada de gas lacrimógeno, para posteriormente morir tras 15 días hospitalizado de gravedad, mientras sus compañeros campesinos eran reprimidos como respuesta a su exigencia de entablar una reunión con Simón Vargas, secretario de gobernación de la entidad.
Por otro lado, en el municipio de Progreso de Obregón se suscitó el día 9 de junio el feminicidio por parte de policías municipales de la doctora Beatriz Hernández Ruiz, quien fuera abordada en un percance vial en el cual ella se encontraba asistiendo a las personas con las cuales chocó, para posteriormente ser sometida por el cuello por una mujer policía.
Posteriormente se dio su traslado a las instalaciones de detención primaria de la Secretaria de Seguridad Publica Municipal, lugar donde las autoridades reportaran su suicidio. A partir de las muestras de la violencia policial ejercida en contra de Hernández Ruiz, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo giró una orden de detención por el delito de feminicidio en contra de siete policías municipales que han resultado ser presuntos partícipes en esta acción.
Mientras tanto, en el municipio de Xoxtla, estado de Puebla, se dio la detención arbitraria de Juan Carlos Portillo Pérez, egresado de la primera generación de la Escuela de Artes Plásticas y Audiovisuales, perteneciente a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla el pasado 12 de junio.
Los hechos se dieron cuando la policía atendió el reporte de una riña, dónde Carlos Portillo fue detenido para posteriormente ser trasladado a los separos de la corporación municipal, lugar en el cual según indican los uniformados, se le encontró muerto en la madrugada, cuando se buscaba presentarlo en las oficinas del juez calificador. Ante la solicitud de los familiares por observar las cámaras de los separos municipales, la respuesta dada por parte del municipio fue negativa debido a que estas “Se encontraban en mantenimiento”, mientras que siguen argumentando un suicidio por parte de Carlos Portillo.