El mapa político se reconfiguró a partir de la elección del primero de julio de 2018. El resultado electoral dio al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) la Presidencia de la República, aunado a que puso al partido como primera fuerza legislativa en el Congreso de la Unión, es decir, en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República. Con lo anterior, los legisladores que conforman la LXIV legislatura tomaron protesta el pasado primero de septiembre en que se instalaron ambas Cámaras. Con ello, la coalición Juntos Haremos Historia, que compitió la pasada jornada electoral, quedó repartida de la siguiente manera: Morena 255 diputados, de 500, es decir mayoría relativa, seguido del Partido Encuentro Social (PES) con 30 diputados y el Partido del Trabajo (PT) con 28; mientras que en la Cámara de Senadores conformada en su totalidad de 128, 59 son de Morena, con lo cual también obtuvo la mayoría relativa; 5 del PES y 6 del PT.
A partir de esas mayorías, Morena obtuvo las presidencias de las Mesas Directivas tanto del Senado como de la Cámara de Diputados, así como la mayoría en las presidencias de comisiones en ambas cámaras. Esta mayoría se ha visto reflejada claramente en las sesiones que desde ese primero de septiembre se han tenido. La mayoría de las iniciativas las han presentado legisladores de Morena, aunado a que cuando se presenta algún dictamen que no es de su preferencia se nota claramente su desacuerdo.
Desde la óptica del observador legislativo se percibe una especie de revanchismo político en el Congreso. En varias ocasiones desde la misma Mesa Directiva, escaño o curul, los legisladores morenistas han señalado que son nuevos tiempos y que la otrora mayoría del PRI y del PAN debe ajustarse a la realidad de hoy. Ponemos dos ejemplos.
En la sesión del 20 de septiembre el pleno del Senado aprobó un acuerdo de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) respecto al tiempo en la participación de los Senadores para la presentación de iniciativas y las intervenciones desde los escaños para formular preguntas al orador en tribuna. Cabe señalar que previo a la presentación de este acuerdo los legisladores tenían diez minutos para presentar iniciativas y/o dictámenes en tribuna, y desde su escaño tres minutos para preguntar o argumentar al orador. El acuerdo presentado estableció que la presentación sería de cinco minutos y las preguntas sólo de uno.
Este tema causó un largo debate durante la sesión. Los legisladores de Morena estaban a favor, mientras que los Senadores del PRI y del PAN estaban en contra. Finalmente se aprobó el Acuerdo con el voto de la mayoría de Morena y los partidos que conformaron la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES). Ello provocó que los senadores del PAN y del PRI se ausentaran de la sesión. Asimismo, durante el desarrollo de ésta, la Senadora Alejandra del Carmen León Gastélum (PT) dijo “es difícil no ser mayoría con los berrinches que hacen los compañeros del PRI-AN, sin embargo, creo que he tenido un sueño hecho realidad, un Senado sin el PRI-AN”, con lo que los Senadores presentes la aplaudieron.
Algo parecido ocurrió en la Cámara de Diputados durante la comparecencia del Secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya el 3 de octubre, con motivo de la glosa del informe de Gobierno en materia económica. Al final de dicho acto, la diputada Dolores Padierna (Morena) señaló que “aquí se han vertido datos, cifras que es necesario precisar a la luz del contenido del documento que fue recibido por esta soberanía. El informe es una amplia explicación de las reformas estructurales que, según prometió Peña Nieto, harían mejorar la economía y sin embargo la realidad y todos los datos oficiales contradicen esas expectativas”. Esta intervención provocó el reclamo de los legisladores del PRI quienes interrumpían a la Diputada que en ese momento hacía las funciones de presidenta de la Mesa Directiva, pues la diputada estaba dando el posicionamiento de su fracción parlamentaria, y no el de la Mesa Directiva. Al sentirse constantemente interrumpida la diputada Padierna gritó: “estamos en el Poder Legislativo y el Poder Legislativo es el último que tiene la palabra, no el Poder Ejecutivo, por eso estoy hablando yo a nombre del grupo mayoritario en esta Cámara… Nosotros, la mayoría democrática, vamos a cambiar el modelo económico, haremos finanzas públicas basadas en la austeridad republicana y le daremos vuelta a la historia. Que viva la mayoría democrática que ganó en la elección”. En esa misma sesión la diputada Margarita García García (PT) pidió la palabra para señalar que “a los diputados del PRI y a quienes están gritando, que se acostumbren, y que les quede claro, se les acabaron los tiempos donde ellos imponían y donde ellos decían lo que en contra, lo que hacían en contra del pueblo de México”[i].
Estos dos hechos reflejan una actitud de revanchismo frente a los legisladores del PRI y del PAN que ahora son minoría. Las prácticas son las mismas, sólo que ahora en sentido contrario. Si antes el PRI y el PAN hacían mayoría y aprobaban las reformas “en contra del pueblo de México”, ahora Morena y sus aliados también mayoritean para descalificar al actual gobierno; si antes la oposición se salía de las sesiones para protestar porque no los dejaban hablar en tribuna o porque al final perdían todas las votaciones, ahora la minoría PRI-AN en el Senado también se sale para no ser parte de la fachada de sesiones que de antemano ya están votadas. Revanchismo político.
No se puede negar la legitimidad que obtuvo el bloque Morena-PT-PES en las urnas, sin embargo, tomar una actitud de revancha no es en favor de la nueva realidad política. Es cierto que en tiempos pasados el bloque mayoritario del PRI y del PAN aprobaron infinidad de proyectos que llevaron al país a constantes crisis económicas, a que el crimen organizado sea el que domine en prácticamente todo el país, a postergar las reformas electorales, por mencionar sólo algunos temas. Pero reaccionar con esa misma actitud lejos de llevar a buen puerto a la administración que aun no comienza la orillará a envolverse en sí misma. La política es el arte de la negociación de acuerdos y si el bloque comandado por Morena no entiende esto estamos lejos de consolidar nuestra aun deficiente democracia.
[i] Las cursivas son mías. Las declaraciones son extractos de las versiones estenográficas de las sesiones de la Cámara de Diputados y del Senado en su fecha respectiva.