Martha, madre de José Martín, desaparecido en Jalisco, marchó este sábado en la vigilia nacional por las víctimas de Teuchitlán. Con sus nietos en una mano y la foto de su hijo en la otra, exige verdad y justicia en medio de un sistema que ha fallado. Junto a cientos de familias, clama por los más de 1,360 desaparecidos en Colima y denuncia la indiferencia de las autoridades ante los sitios de exterminio del crimen organizado. Su voz, como la de miles, resuena en todo el país: “Presentación con vida y castigo a los culpables”.
Por Monserrat Cárdenas / @Somoselmedio
Colima, Colima, 15 de marzo 2025.- Con la quijada apretada, aferrada a la esperanza y reconociéndose en el dolor de las mujeres a su alrededor, Martha recorrió este sábado la avenida principal de la capital en la vigilia nacional por las víctimas de Teuchitlán, Jalisco. Desde la Plaza de las y los Desaparecidos hasta Casa de Gobierno lleva en una mano a sus tres nietos y en la otra la foto de su hijo desaparecido. Como es común escuchar entre las madres buscadoras, “nunca pensó tener que estar aquí”, pero está. Viene porque el horror de lo encontrado en ese predio de la comunidad de La Estanzuela la mantiene en vilo ante la posibilidad de que su hijo se encuentre ahí.
José Martín León Bautista, de 26 años, desapareció en Cihuatlán, Jalisco, el 30 de agosto de 2024. Viajó desde Colima con su patrón y un compañero para trabajar como albañil en aquel poblado, pero sólo el patrón regresó. Martha únicamente sabe que fue levantado por presuntos sicarios junto a su compañero de trabajo, pero más no. Tanto las autoridades de Colima como las de Jalisco se han lavado las manos en el caso. “La Fiscalía de Colima no puede hacer nada porque pasó en Jalisco, y nos dieron un número para llamar a Jalisco y no hubo contestación”, narra Martha en medio de la manifestación de hoy.
Ahora que forma parte de la Red Desaparecidos en Colima A.C. se encuentra aquí, frente a Casa de Gobierno, rodeada por decenas de veladoras y zapatos que representan los cerca de 400 pares encontrados en Teuchitlán, en el presunto campo de adiestramiento y exterminio del crimen organizado. Mirándolos, Martha describe como “inhumano” aquello que se sospecha que se hacía en ese lugar: secuestros, torturas, asesinatos y cremación clandestina de cuerpos para no dejar rastro. Piensa, llorando, en la posibilidad de que José Martín fuese llevado ahí, así como otros muchachos que simplemente iban “con ideas de trabajar, de superarse”.
“No sé si a mi hijo ahí le quitaron la vida. Lo que yo quiero saber es dónde está y que me lo entreguen sea como sea, pero que me lo entreguen”, pide. Ese es el propósito de los colectivos de búsqueda de Colima, trabajar mano a mano con compañeras y compañeros de Jalisco para intentar localizar víctimas colimenses en Teuchitlán. Tanto la Red como el Colectivo Solidario de Búsqueda han expresado desde el hallazgo sus intenciones de viajar al poblado para rastrear desaparecidos del estado.
Pero Teuchitlán no es su único sitio de interés. Durante la protesta, las madres recuerdan el arduo trabajo que queda en la entidad: “En Colima también encontramos estos sitios de exterminio en lugares como Santa Rosa, Tecomán, y Agua de la Virgen, en Ixtlahuacán”, comunidad en la que, según reportaron medios informativos locales, habrían sido encontrados alrededor de 200 cuerpos en 2024, hipótesis que hasta ahora no ha sido aclarada públicamente por el gobierno estatal y federal.
Hoy, Casa de Gobierno es tapizada por fotografías, nombres y prendas de ropa, y es momentáneamente apropiada por las jóvenes que encienden una por una las decenas de veladoras que acompañan los gritos de las madres y su llamado a la dignidad: “Señor, señora, no sea indiferente, se llevan a nuestros hijos delante de la gente”; “las madres buscando y el gobierno huevoneando”; “de norte a sur, de este a oeste, encontraremos a nuestros hijos cueste lo que cueste”; “ahora, ahora, se hace indispensable, presentación con vida y castigo a los culpables”.
Las 200 personas que hoy marchan lo hacen por las mil 360 víctimas de desaparición en el estado, mil 027 hombres, 331 mujeres y 2 más sin sexo determinado. Su voz resuena en las 20 entidades que se unieron a la vigilia nacional y que encarnan el clamor de verdad, justicia, memoria y no repetición.
En esta convocatoria nacional las buscadoras exigen a los gobiernos “dejar de lado los egos, las agendas personales y político-electorales, para que cumplan su trabajo como servidores públicos, con el objetivo de preservar la vida y la dignidad humana”. Y con determinación les dicen: “Su silencio no es lealtad partidista, es complicidad homicida”.