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“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como como a ti mismo”.
L. 10,27
El primero de enero pasado se cumplieron 25 años del alzamiento zapatista en Chiapas, 25 años de una breve pero terrible confrontación armada entre las fuerzas milicianas compuestas por comunidades indígenas en contra del ejército mexicano, rápidamente repelidas por una capacidad de fuego inmensamente superior. Acto seguido se desarrolló una amplia movilización de masas urbanas exigiendo el alto al fuego y la desmovilización militar (de las dos fuerzas). Dichas movilizaciones pacíficas y fraternas se registraron sobre todo en la capital del país, organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles, urbano populares, salieron a la calle exigiendo una salida negociada al conflicto, logrando el cese al fuego unas semanas después. Así comienzan las mesas de negociación, la creación de la COCOPA, la firma de los Acuerdos de San Andrés, incumplidos por el Estado mexicano hasta nuestros días, y un largo trayecto del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en la búsqueda de una y otra forma de lograr sus objetivos e influyendo en la vida política nacional e internacional.
Debe estarce enterada que el cadáver viviente de la política zombie mordió fuerte en Chiapas haciendo la guerra en contra de los pueblos originarios, no desde 1994 sino desde 1525, cuando la invasión española mermó su territorio y pasados los años nos hicimos una misma nació más a huevo que a fuerzas. Así nos hicimos patria, a la fuerza y violentamente, quien crea que la guerra en Chiapas comenzó en el 94 simplemente no sabe nada de historia o de plano tiene intenciones muy oscuras, la guerra la empezaron ellos y es de larga data.
En todo caso, así nos haremos patria nueva, liberándonos totalmente de cualquier tipo de opresión, buscando caminos, de una y otra forma, para lograr nuestra libertad, la justicia, la democracia. Para todas, para todos y para todes, en todas las lenguas y de todos los colores. Los que no caben en un mundo donde quepan muchos mundos son los explotadores, con perdón, no caben.
Vale también la pena recordar lo fuerte que mordió el zombie en Aguas Blancas, Guerrero en 1996, en Acteal en 1997, con la entrada de la PFP a ciudad universitaria en 2000, con las victimas de Atenco del sexenio de Fox y las victimas brutales patrocinadas por Peña Nieto el 3 y 4 de mayo de 2006, por las víctimas de la represión en contra de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca en 2006 y 2007. Por la brutal represión en contra de los mineros de SICARTSA del puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán en 2006 también. Así una tras otra hasta llegar a Ayotzinapa y los 43 estudiantes normalistas que esperamos aún, a la brutal guerra en contra de las libertades democráticas enmascarada como guerra contra el narco, con nuestros más de 300 mil desaparecidos y 200 mil asesinados, rompiendo récords mundiales de asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres, y de periodistas en países sin guerras declaradas, sólo por debajo de Siria hasta el año pasado.
El zombie de la política burguesa, capitalista, patriarcal, blanca, y heteronormada, ha mordido fuerte a nuestro pueblo y ahora nos presenta una prueba difícil de resolver, pues el Sub Marcos, o Galeano, a nombre del zapatismo presenta su postura en contra del gobierno electo democráticamente el 1 de julio de 2018, advirtiendo la franca resistencia en contra del plan de construir un tren que conecte el sureste mexicano, con la intención de detonar el desarrollo económico, ciertamente esto es de urgente redefinición para quienes pensamos que la Tierra como espacio de vida está en riesgo, pero que es imperante un proceso de redistribución de la riqueza que saque a los pueblos indígenas de la miseria, YA MAÑANA.
Lo cierto es que es compleja la situación y nadie debería llamarse a sorpresa, pues asiste la razón tanto al gobierno de Andrés Manuel López Obrador en función de la urgente necesidad de estructurar planes y procesos de desarrollo económico y social en esa zona del país, como a la idea encabezada por el EZLN de que deben aplicarse los “frenos de emergencia” para que el desarrollo que se aplique sea distinto y no depredador de la naturaleza, avasallador de las culturas y los pueblos originarios y demás lacras conocidas.
Nadie podrá resolver esto de un plumazo, ni de forma unilateral u autoritaria, estamos frente a un problema que deberá resolverse sí o sí, por la vía del diálogo, la negociación y el entendimiento, donde ambas partes tendrán que ceder, y cederán en función de un interés general humano y en favor de la Madre Tierra o será un fracaso.
Donde no podamos ponernos de acuerdo, las fuerzas de la reacción encontrarán camino.